love's for show (but i would die for you in secret)

and so it goes

Jennie respira profundamente por una octava vez mirando fijamente la puerta frente a ella, mira su teléfono borrando la notificación que aparece en la pantalla, Lisa deseándole buena suerte por quinta vez. Alcanza la manija de la puerta y tira de ella con sus manos temblorosas, le resulta casi humillante lo vulnerable que se siente.

No se había sentido tan nerviosa desde hacía tiempo, pero claro, no había tenido un horario normal desde hacía casi medio año. Estaba fuera de práctica.

Y sumamente aterrorizada de que los otros miembros del elenco y el personal vean en su cara la carga de todas sus acusaciones falsas. Sabe que, aunque todas fueron desacreditadas y la mayoría fueron simples escándalos amorosos, nunca se sabe si alguien en la industria la podría odiar por simplemente enamorarse.

Camina por los largos pasillos de pared blanca yendo directo al ascensor, aprieta el botón al lugar destinado y se queda quieta en una esquina esperando a que la ansiedad no la carcoma. Afortunadamente nadie subió durante el trayecto de ida y tuvo la oportunidad de arreglar su ropa y maquillaje las veces que penso que fuera necesario. En total: varias veces.

Apenas el ascensor se detiene en el piso más alto, y desciende, se le acerca una chica con un cabello rubio impactante y una sonrisa coqueta.

–¡Hola! Jennie Kim, ¿verdad?
Pregunta, reconociéndola de alguna manera incluso cuando lleva una máscara y un beret que tapa sus ojos. Dios, rogaba no ser la última persona en llegar. –La sala de conferencias está justo aquí.

La sigue inmediatamente, hacia la única puerta que está abierta, el silencio le da escalofríos. Su nombre es inmediatamente pronunciado cuando se para en el umbral y reconoce al director, Kim Namjoon, incluso sin ninguna presentación previa.

Jennie se inclina cortésmente y se coloca la máscara sobre la barbilla, forzando una sonrisa nerviosa y esperando que su rostro no lo demuestre tanto.

–Aún no estamos todos aquí, pero siéntase libre de tomar asiento–, le dice el director, señalando la mesa donde algunas sillas ya están ocupadas. Algunas de las caras que reconoce, otras aún son desconocidas. No hay señales de de su co-estrella. –Estaremos tomando café, así que asegúrese de enviar su pedido a Somi–. Ante eso, la chica rubia que la trajo levanta su mano. –Aparte de eso, espero que disfruten esta sesión y la traten como una forma de conocer mejor a todos. Todos esperabamos trabajar con usted.

Jennie esboza una sonrisa más genuina. – Gracias. Me siento honrada y muy feliz de ser parte de este proyecto.

El sentimiento es confortable, supone Jennie, recordando como ha pasado tanto tiempo estudiando el guión y su personaje. Los días y las noches tratando de convertirse en Aeri resultaron ser excepcionalmente útiles durante los momentos en que Jennie realmente no quería ser ella misma.

Se adentra más en la sala de conferencias, asegurándose de mantener una pequeña y educada sonrisa plasmada en su rostro mientras recorre la mesa con la mirada. Hay una silla vacía al lado de Park Jimin, quien está charlando sobre algo con Park Rosé sentada a su izquierda como si fueran viejos amigos. Probablemente lo sean. Sabe que protagonizaron uno o dos dramas juntos.

Aún así, aunque teme sentirse excluida, Jennie se acerca y pregunta: –Buenas tardes, ¿este asiento está ocupado?

Jimin la mira. – Buenos tardes! No, puedes sentarte si quieres –, dice con una sonrisa, pero Rosé se le adelanta y levanta la mano para saludar mientras se presenta.

Jennie deja de apretar sus propias manos en puños bajo la calidez del entusiasmo ajeno, y aunque solo se queda en silencio mientras los dos regresan a su conversación, se alegra de haberse sentado donde lo hizo. Poco después llega Seojoon quien a pesar de los años y la falta de comunicación la reconoce por el drama que compartieron (por menos de tres capítulos) y le dedica una amable sonrisa para luego sentarse al lado de Rosé.