-¿Has oído esta canción, Suguru?-Seguramente no, tu gusto de música es raro.
El peliblanco formó una mueca de sorpresa y dolor, obviamente, esta última, fingida con dramatismo.
-¿Cómo que raro? Pero si es genial! -El chico golpeó el hombro de su amigo-.
-Es ruidosa
Satoru abrió los ojos y la boca a la par.
-Me duele, Suguru.
El pelinegro sonrió levemente ante la personalidad infantil de su amigo. Suspiró, paró su andar y giró su cuerpo para mirar a su acompañante.
-Déjame escucharla. -Estiró la mano hasta coger un auricular que descansaba en la oreja del alto-.
En el oído izquierdo de Suguru comenzó a sonar una canción, era tranquila, todo lo contrario a las demás canciones que solía escuchar Satoru.
-¿Cómo se llama? -Suguru no miró a Satoru, simplemente dejó su mirada en las nubes que se aproximaban-.
-Winner, de Conan Gray, últimamente estoy escuchando más canciones de él! -Explicó orgulloso-.
Suguru hizo un sonido de aprobación y siguió escuchado la canción.
La canción se vio interrumpida por la llegada al Instituto, lamentablemente no podría seguir descifrando la letra de aquella canción que tanto le había gustado con sólo escuchar un minuto y algunos segundos.
-¿Que tenemos a primera, amigo mío? -Satoru apoyó su codo en el hombro de Suguru, algo que molestó al pelinegro-.
-Matemáticas.
Un sonoro suspiro salió de la boca del peliblanco.
-No he hecho los deberes.
-No me sorprende
-¿Cómo que no te sorprende? -Exaltó el peliblanco dejando sus pertenencias en su mesa-.
-De milagro las haces dos días seguidos -Explicó Suguru con una leve sonrisa en sus labios-.
-Ñeñeñe, de milagro, ñeñeñe -Refunfuñó el alto-.
Suguru dejó salir una leve risa que llegó a los oídos de Satoru, inmediatamente giró su cabeza a mirar aquella imagen. Pocas veces veía a su amigo reírse o simplemente sonreír, pero cuando lo hacía era lo más bello que había en su vida.
-Buenos días, alumnos -En ese momento los pensamientos de Gojo fueron interrumpidos por el profesor-.
.・✫・゜・。.
-Que hambre tengo!
-¿Has desayunado? -El pelinegro miró con los ojos levemente entrecerrados a su amigo-.
-Mmmh, no tenía hambre.
-Pero ahora si tienes -Suguru colgó la tira de su mochila en su hombro y comenzó a andar hacia la salida de la clase seguido de Satoru-.
-Lo sé, pero no te preocupes! Luego comeré algo a la hora del recreo. -Dejó salir una sonrisa mostrando sus dientes hacía su amigo-.
Ambos se dirigían hacia el Polideportivo, antes del recreo les tocaba gimnasia, algo que mucha gente de su clase odiaba y solía saltarse yéndose a su casa.
Una vez llegaron a los vestuarios del gimnasio debían cambiarse a un atuendo más recomendable para realizar las actividades.
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𝙽𝚘 𝚖𝚎 𝚍𝚎𝚓𝚎𝚜, 𝚙𝚘𝚛𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛 || 𝚂𝚊𝚝𝚘𝚜𝚞𝚐𝚞
Romansa-𝚂𝚊𝚝𝚘𝚛𝚞, 𝚖𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚊𝚜𝚝𝚎 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚙𝚕𝚊𝚢𝚊. -𝚃𝚊𝚖𝚋𝚒𝚎́𝚗 𝚖𝚎 𝚙𝚛𝚎𝚐𝚞𝚗𝚝𝚊𝚜𝚝𝚎 𝚜𝚒 𝚢𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚒́𝚊 𝚊 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚒𝚊𝚕 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚎𝚛. -𝙵𝚒𝚗𝚊𝚕𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚝𝚛𝚊...