Cuarto capítulo

-Ehhh...¿qué es eso de ahí?
-Es un colgante,de cuando falleció mi abuelo-dijo con una media sonrisa fingida.
-No debí preguntar...
-No pasa nada.Solo son recuerdos...y una vida con él- susurró.
-Te he oído-dije con mi propia sonrisa,dibujada con cada parte de mis labios.Era triste,pero era mi sonrisa.
-Es una estupidez lo que voy a decir pero...¿me abrazas?
-...-Me quedé en blanco como una hoja de papel sin letras escritas en ella.Y de lo que hice me arrepentiré.Pero,eso será luego,después de esta incomoda situación.
Mis manos fueron directas a parar a su espalda desnuda.(como ya dije,era verano,otoñal,pero este chico era así).Él hizo lo mismo y sin pensárselo dos veces me aferró más a él,sin dejarme ninguna salida.
Notaba como sus lágrimas brotaban y mojaban mi viejo jersey coral.
Tras separarnos,no pude dejar de mirar en esas olas llamadas ojos.Chocando con un color mas oscuro que el propio azul,un marrón chocolate.¡Menuda explosión de color que tenía en esos ojos!
Reparé en lo que estaba admirando.Y no solo me di cuenta yo,sino que también el chico que se hayaba a mi lado.
-Es tarde-dijo él,como si no hubiera pasado nada entre nosotros...¡Qué por mí mejor!
--Ya...ya...
--¡Deja de incordiarme!
-Sí,debería irme ya a casa-dije apuntado con mi dedo a la puerta de su habitación.
-Lo siento por la pérdida de tiempo...no sé que me pasa, desde que rompí con mi novia...-respondió rascándose la nuca.
-Tranquilo,se solucionará-dije llendome.
Esta noche igual,la misma pesadilla.Ya no se que hacer.Decidí no despertarme y seguir con ella.Solía despertarme nada más ver su cara de niño angelical.Esta vez duré toda esta "pesadilla".No era tan mala como yo me pensaba,al final acabábamos siendo amigos...
Llamaron al timbre...¡Espera!¿¡Llamaron al timbre!?¡Y yo aquí en pijama!Abrí la puerta,menuda sorpresa...