La Venezolana

Capítulo 29

Canción que escucha Agnes más abajo. 
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Facciones definidas, un campo oscuro en otoño, labios suaves y cosquilleo en cada caricia.

Eso podía definirle.

Mis sueños seguían repitiendo aquella noche donde todo era un sin igual de emociones y fracciones de un amor que no era odio.

¿Amor?

—¡Agnes! —retumbó su voz en mi cabeza.

Lily terminó perdiendo la paciencia a pasar su mano frente mis ojos antes de señalar el salón vacío en el que nos encontrábamos.

—Ya terminó la clase, marica. ¿Qué tanto piensas? —se quejó ayudándome a guardar mis útiles en el bolso, pero mi mente estaba en otro lado.

¿Qué podía hacer para olvidarlo?

—Estaba preocupada por el examen de matemáticas de mañana. — mentí muy mal, la morena bufo por mi vaga respuesta pasándome mi paquete de pirucream olvidado.

—Voy a fingir que te creo por esta vez, aunque no es así. —dijo ella sincera, pasando su brazo por mis hombros— estaba pensando que quizás podríamos ir por unos helados de nitrógeno. ¿Quieres?

Aún quedaba una clase y mi estado de ánimo era deplorable.

—No lo sé...

—¿Quieres comer arepa? —preguntó en un vago intento de sacarme de aquel mar de sufrimiento propio.— ¡Ya sé!

—¡MI ACTRIZ FAVORITA! —escuché el chillido de Wyatt a una distancia considerable en pleno pasillo de la escuela.— ¡TAYLOR SACÓ ENTRADAS!

Había olvidado que mi adorado castaño era fan de Taylor Swift y en esas le seguía yo con sus recomendaciones.

—¿De verdad? —pregunté contagiada de su emoción corriendo a abrazarlo olvidando cualquier cosa que estuviese rondando en mi cabeza.

—Claramente, mi vida. —hizo una pose coqueta y me guiñó su ojo— apenas me llegó el correo vine a buscarte. —empezó a mover sus cejas siguiéndole con su fase de "galán" dejando a una Lily más que confundida.

—¿Será que me confundí de gustos musicales? —le escuchamos decir en nuestro mar de emoción.

—¿Crees que vaya a cantar lover?

—Debería, porque si no, ¿cómo voy a hablar de mi lover era? —pregunto con cierta indignación, sonriéndole a una pelirroja qué pasó por nuestro lado dejándola más que sonrojada.— ¿ves? Yo estoy entrando en esa era de lover.

Rodé los ojos empezando a reír por sus ocurrencias hasta que el dueño de mis sueños de esta semana entró con su típico andar galante.

Hijo de...

—Agnesia.

Nunca había deseado borrarle la sonrisa con tantas ganas, estrujé los dulces con una mano y sonreí falsamente.

—¿Vienes a presumirme tus mariqueras en el examen de matemáticas de esta semana? —sentí la mano de Lily posarse en mi hombro y la sonrisa de suficiencia en el idiota se notó más.

—No, iba a recordarte la clase de ciencias. ¿Disfrutaste sacándote la pintura azul, pitufina?

—¡Dale con la silla, hija mía! —gritó Wyatt ofendido por el apodo que el teñido me puso haciéndome enojar.

¿Cómo voy a olvidar ese día?

—Mucho no me falta para acabar contigo. —me pique más.— voy a hacer que te arrepientas de esa broma. —prometí señalando su cabello con malicia.