Hay días en los que simplemente siempre voy atrás todo el camino, mis amigas ríen y hablan de todo delante de mí, pero ahí estoy yo, atrás de ellas. Siempre pensando, siempre alejada, tan cerca y a la vez tan lejos. Ya he decidido no luchar contra la depresión, prefiero vivir con ella a vivir en guerra toda mi vida. Y también decidí a que soy la caída de la familia. Toda familia tiene una caída, es aquella que se cae del avión, es aquella que no sigue el camino, aquella que se quiebra, soy la caída de la familia. Pero no estoy en contra de eso, tal vez debería sentirme afortunada de serlo, porque no me parezco a los demás, porque no soy tan ignorante como todos ellos. Tengo el estúpido sueño de cambiar la forma de pensar a las personas, pero decidí que también es una pérdida de tiempo, porque ahí estoy yo, hablándoles a todos diciéndoles frases e historias pero ahí están todos ignorándome, como siempre. También decidí que me está dando vergüenza vivir en esta sociedad de mierda, aunque creo que no estoy en posición de quejarme de la sociedad porque yo formo parte de esta, pero lo hago porque tengo derecho de opinión, y opino que opinare todo lo que se me entre en gana. También opino que hoy decidí muchas cosas que tal vez para muchos ni sentido tienen. Pero decidí que no me importara.