Ivan enarcó una ceja con una media sonrisa, mientras observaba cómo Rodrigo se quedaba paralizado y su menudo cuerpo retemblaba sin respuesta. Cerró sus dedos en puños nuevamente y descendió la cabeza lo más que pudo, con el rostro ardiéndole más que nunca y sus ojos cerrados con adorable fuerza.
- ¿Qu-qué? —su voz salió entrecortada y su cuerpo se encogió un poco.
Oh, demonios, verlo de esa manera lo estaba poniendo más caliente todavía.
Ivan cerró sus brazos alrededor de su delgada cintura y sus labios volvieron hacia su oído, lamiendo la extensión con deseo y ansiedad, mientras el muchacho suspiraba de nuevo.
- Solo estaba bromeando, precioso —susurró, dándole un rápido mordisco al lóbulo de su oreja - Eso lo puedo hacer yo solo.
Notó cómo el menor se sacudía de pies a cabeza para luego lanzarse a tomar sus delicados labios con brusquedad, sintiendo que su lengua se apoderaba rápidamente de toda su dulce y caliente cavidad, mientras una de sus manos le elevaba la barbilla y la otra se encargaba de acariciar su cintura con tosquedad. Rodrigo se estremeció y retembló.
- Ivan... —susurró el mayor cuando Ivan se separó un poco, mientras los latidos de su cándido corazón se apresuraban más y más – Tu hermana puede entrar...
Ivan se le quedó mirando durante un breve instante, admirando su rostro enrojecido, sus gruesos labios hinchados, sus ojos adorablemente cerrados y sus piernas empezando a flaquear. Se mordió el labio con fuerza, mientras sentía que su respiración nunca se normalizaría, porque se apresuraba cada vez más, al igual que cada milímetro de su sangre, que abandonaba su cuerpo para agolparse en su entrepierna. Durante ese momento, parecía que todos los problemas de su jodida vida habían desaparecido.
Oh, demonios.
Lo soltó y se movió en un solo paso hasta la puerta, asegurándola y volviendo a tomar a su tembloroso criado de la cintura, acercando sus labios hacia su oído.
- ¿Así está mejor, eh?
Empezó a deslizar sus húmedos labios por su lechoso cuello, succionando lentamente y desviando sus ojos hasta su piel para observar cómo se enrojecía también ante el contacto. Succionó con más fuerza y Rodrigo suspiró otra vez, entreabriendo los labios con vergüenza, mientras sentía cómo su corazón abandonaba su cuerpo del todo. Ladeó la cabeza, presionando sus ojos y frunciendo sus labios de una manera que a Ivan le resultaba atractiva y excitante.
El menor movió su mano desde su barbilla hasta su cintura, tomando el inicio de su colorida camiseta para empezar a elevarla con necesidad. Cuando sus dedos tocaron su suave piel, sintió que la erección que crecía en su cuerpo era imposible de detener.
- Tranquilo, no te tenses —susurró, elevándole la camiseta hasta lograr quitársela y lanzarla al suelo sin ningún reparo, pasándose la lengua por los labios.
Mierda, mierda, mierda.
El mayor se encogió mucho más y la enorme vergüenza lo cubrió cuando se dio cuenta que ya no tenía camiseta, así que lo único que atinó a hacer fue pasarse los brazos alrededor de su cuerpo, descendiendo la cabeza y pegándola contra su hombro. Oprimió los labios cuando sintió que el aliento de Ivan le acariciaba el oído y sus fuertes manos tomaban las suyas, intentando que las mueva de su cuerpo.
- Ivan...
- Tienes el mejor cuerpo que he visto —masculló el otro con aspereza contra su sensible oído - El mejor...
Rodrigo se ruborizó violentamente y su cuerpo se soltó en temblores. No entendía por qué su corazón se disparaba de esa manera y sus sentidos reaccionaban como lo estaban haciendo cuando Ivan se acercaba o lo besaba. Solo sabía que quería salir corriendo o cubrirse el rostro para siempre. Exhaló y sintió cómo el miedo y la vergüenza latían por cada parte de su ser, haciéndolo desear que el mundo se lo tragase de nuevo.
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Inocencia Pasional - SxC - +18 ✓
Hayran KurguHay cinco cosas que vuelven loco a Iván. 1: La forma en la que el rostro inocente de Rodrigo se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2: Cómo Rodrigo desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3: Como Rodrigo se resiste...