Tarde (1/2)

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- No podían demorarse más en entregármelo.

Ivan dejó la bandeja sobre la mesa y se sentó, mientras el rostro de Rodrigo se iluminaba con graciosa emoción, agradecía y prácticamente se lanzaba sobre la hamburguesa. Se quedó viendo cómo tomaba una mordida con devoción y apresaba la lechuga entre sus dientes, saboreándola. Sus ojos se enfocaron en los suyos en un momento y rio, pasándose la lengua con cuidado sobre el borde de sus labios.

- Muchas gracias, está rica. Demasiado rica, a pesar de estar picante, ¿quieres?

Se quedó inmóvil cuando Rodrigo tomó un pedazo de su hamburguesa y lo llevó rápidamente hasta sus labios, aunque no le quedó más que abrir la boca y recibir. ¿Él le estaba dando de comer?, ¿no era eso lo que hacían las parejas?, ¿en verdad le estaba permitiendo eso? El sabor de la carne quemando sobre su paladar lo despertó de sus pensamientos, al igual que el rostro de Rodrigo mirándole y esperando su reacción con atención. Torció los labios en una sonrisa, guiñándole un ojo.

- Quema mucho, pero está buenísima, aunque lo que tú cocinas es mejor.

Le observó dar otra leve mordida, mientras su rostro se sonrojaba y reía con ganas, resaltando entre la cantidad de personas que se encontraban sentadas en el iluminado local. Llevaba una atractiva camiseta celeste y tenía el pelo cayéndole sobre la frente, resaltando su fresca piel.

- No mientas, Ivi... —tomó otro pedazo y volvió a acercárselo a los labios.

- No estoy mintiendo, ¿acaso no ves cómo siempre me termino tres platos de lo que haces? Todo lo tuyo es bueno. Ni muy salado ni muy dulce, ni muy amargo ni muy ácido, siempre das en el punto, mejor que en estos restaurantes.

- Gracias...

Rodrigo agarró otra rebanada de la hamburguesa y la dirigió hacia sus labios, al tiempo que Ivan abría la boca de forma exagerada y la capturaba en el aire, masticando rápido antes de detenerlo con una mano, carcajeándose.

- Vamos, come tú, me lo estás dando todo a mí. Se supone que la pizza era mía y la hamburguesa era para ti.

- Es cierto —se echó a reír con esa gracia de siempre y se pasó una servilleta alrededor de los labios - ¿No quieres que intente hablar con tu hermana? Solo un momento, déjame intentarlo.

- No, es una pérdida de tiempo, además, si no me quiere tener como hermano, me da igual, no me voy a poner a llorar por eso. Lo que me tiene enredado es que mi padre llegará y una vez que esos tres se junten, verán la forma de matarme vivo. Se inventan cada locura...

- Solo intenta escucharlos. A veces, tenía problemas con mi familia, porque no cumplía con un deber o algo así, pero se solucionaba hablando, ellos me entendían y yo hacía lo mismo.

- Porque tú eres diferente a mí.

Ivan le echó un vistazo a su pizza, que lucía un poco tentadora con la salsa de tomate desbordándose y el queso derritiéndose sobre la esponjosa y sugestiva base. Cortó una parte y la sostuvo con el tenedor, metiéndosela en la boca a Rodrigo, quien sonrió alegre ante la acción y el sabor exótico de la pizza.

- Tú eres un sexy, precioso y adorable futuro enfermero al que no se le puede decir que no.

Le dio un mordisco rápido a su tajada y frunció las cejas cuando notó que unas tipas lo miraban, saltando y susurrándose cosas entre sí como quinceañeras con las hormonas a punto de colapsar. Lo de siempre. Ni siquiera intentaban no ser tan obvias.

- ¿Has visto cómo me miran? Parece que me quisieran comer con los ojos.

- Es que eres muy guapo, Ivi... —el menor se ruborizó y rio, dándole un sorbo a su bebida - Es por eso que te miran mucho.

Inocencia Pasional - SxC - +18 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora