Buster, el bravo

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La biología no había sido muy justa con él, en una camada de cinco el había sido el último, el más pequeño de todos, por esa razón supo que debía darse a notar de entre todos los demás, no importaba que sus hermanos fueran más grandes, él era más valiente que ellos, no le gustaba tampoco que los humanos lo tratasen como a un juguete (él era un sabueso después de todo) sus patas cortas y cara de cachorro podrían hacerlo parecer un peluche, pero nada más alejado de la realidad

"El perro mordió los muebles"
"El perro se comió mis pantuflas"
"El perro mordío a la hija de los vecinos"

Tal vez morder a esa niña fastidiosa no había sido la mejor solución, pero debió haber entendido que no quería que le jalara las orejas desde la primera vez le gruñó, sin embargo los humanos podían llegar a ser muy idiotas y terminaron culpandolo por la agresión de esa cría, fue así como esa misma noche lo metieron dentro de una caja y lo botaron al lado de la carretera, era algo injusto, por supuesto que si, estaba tan molesto que no dejaba de ladrar y gruñir, intento incluso salir de esa maldita caja que se había vuelto su prisión por lo que fueron muchas horas, lo peor era que los agujeros por donde entraba el aire eran demasiado pequeños, dificultando su capacidad para respirar, cada hora más que pasaba sentía la ausencia de oxigeno, empezaba a marearse y perder fuerzas, creyo que ese seria el final de su corta vida...hasta que sintió como si alguien moviera la caja, no sabía de quién se trataba, olía a desconocido y en ese mismo momento, pese a no tener fuerzas, se puso en guardia, mostrando los dientes para quien sea que estuviera ahí, no moriria como un débil,  entonces la caja se abrió y una silueta rodeada de luz se presentó ante él, como un ángel que le traía última bocanada de aire

- diablos...¿que clase de personas dejan a un perrito encerrado así? ¿Estas bien amiguito? -

Una mano se acercó y él no pudo hacer más que morderlo sin fuerzas

- tranquilo amigo...estarás bien -

Fue lo último antes de que cayera desmayado

- tranquilo Buster, cálmate un poco -

Pidió Harley mientras Buster en cuestión se encontraba rasgando y mordiendo el sillón de la habitación donde se encontraban, era un lugar muy grande, con tapetes bonitos y sillones elegantes, además de un ventanal con cortinas color marfil que dejaban entrar la luz del sol, era espacioso, pero Buster lo sentía como esa caja que lo dejaba sin aire

- no...voy... a...calmarme - decía mientras clavaba sus colmillos en el pobre sillón hasta que rasgo toda la tela - ¡quiero salir de aquí! ¡quiero regresar a Wolftrap! ¡quiero ver a nuestro Will! -

- todos queremos verlo - respondió Ellie sobre la cama

- ¿donde estará? - pregunto Zoe extrañamente quieta,  por primera vez no corría ni hablaba hiperactivamente, lucia incluso triste - ¿ya no nos quiere? -

- ¡no digas eso! - gruñó Max - nuestro Will nunca nos dejaría -

- ¿entonces donde está? - pregunto Buster - ¿por que nos dejó aquí? Con este doctor Lecter, paso justo lo que dijimos que pasaria ¿no es asi, Winston?...¿Winston? -

Ante la falta de respuesta, todos los perros voltearon a ver a Winston que se encontraba mirando en silencio por la ventana, solo sentado y con la vista hacia la distancia, esperando...

- ustedes dos están siendo muy dramáticos - intervino Jack - nuestro Will nunca se iría, él es el mejor humano del mundo, seguro regresara...pronto, nosotros como su manada que somos, debemos esperar fielmente su regreso -

- ahh...pues mientras regresa - Buster se dispuso a orinar la alfombra

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Hannibal VS La manada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora