Capitulo VI

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Rikki caminaba a paso lento hacia su última clase del día, rogaba para que la jornada termine y volver lo más pronto posible a su casa, había pensado ir a la playa y buscar un lugar seguro para nadar un poco, su pequeño bañera no era una opción; soltó un suspiro cansado y observó a la puerta del aula, “Biología” se podía leer en la puerta y entró al lugar esperando que esas dos horas pasarán como si nada.

No había tantas personas lo cuál agradeció y busco una mesa lo más apartada posible, en el trayecto hacia la mesa su mirada se topó con uno de los Cullen, Edward la observó con una expresión neutra mientras pasaba a su lado, Rikki frunció el ceño cuando un leve dolor de cabeza la invadió, se sentó y evitó la mirada del de ojos miel, no lo conocía y podía decir que no le agrada, era... Extraño.

—¿Edward me estás escuchando?— preguntó la Swan a su novio, este solo afirmó con una sonrisa fijando su mirada al frente.

La clase paso con tranquilidad y aburrida en la opinión de la Chadwick, en algún momento sintió la mirada del Cullen haciéndola fruncir el ceño fastidiada, la ojiazul igualmente lo observó con cautela. El chico era apuesto, una belleza que atraía la atención de todos, sus ojos eran tan extraños, y su piel, nunca había visto una piel tan pálida en su vida y eso si llamó su atención, lo analizó un poco más.

Rikki se consideraba muy curiosa para su gusto, aunque también desinteresada, los problemas y asuntos de los demás no le interesaban a menos que éstos la pudieran perjudicar, era una chica con falta de tacto y empatía, problemática ante los ojos de los demás. Observó al Cullen notando su postura, era perfecta, y su respiración... Su pecho subía y bajaba exactamente en sincronía con la de Isabella, y algunas veces era como si no respiraba.

Eso la desconcertó un poco, pero frunció el ceño al ver cómo el Cullen desincronizaba su respiración, eso extrañó a la Chadwick quién al levantar la mirada se encontró con los dorados ojos del chico, observarlos era como sentir que podía ver tu alma, e incluso leer tu... El timbre de la campana la sacó de sus pensamientos trayéndola otra vez a la realidad, recogió sus cosas y se marchó del aula siendo la primera en salir. Rikki fue directo a la salida para por fin irse de aquella cárcel a que llaman escuela, estaba apunto de salir pero se detuvo abruptamente al ver la fría lluvia caer...

—Maldición.— frunció el ceño y retrocedió unos pasos donde el salpicar de la lluvia no la mojara, siguió retrocediendo pero se detuvo cuando alguien la sostuvo de los hombres.

—¿Miedo al agua, cariño?— Rikki volteó encontrándose con un chico pelinegro de ojos marrón claro y piel caucásica, la rubia simplemente rodó los ojos y apartó las manos de sus hombros, lo había reconocido.

—¿Tienes algún problema con eso?— preguntó su rostro de volvió neutro, él pelinegro sonrió con altanería acercándose a la Chadwick.

—¿Te llevo preciosa? Y de paso puedo quedarme en tu casa para divertirnos un poco— dijo sonriendo con soberbia.

—Eres tan patético— algunas personas se detuvieron al escucharla y otras simplemente se acercaron más para ver que pasaba, Rikki las ignoró y observó burlesca al chico. —Me has pedido que me acueste contigo más de tres veces hoy, intento averiguar si es una clase de apuesta o simplemente mi rechazo te exita tanto porque piensas que cualquier chica caerá a tus pies, encuentras a alguien que de tan solo verte te manda a la mierda y quieres probarte a ti mismo...— todos guardaron silencio escuchando a la ojiazul, mientras que el chico fruncia cada vez más el ceño.

»Y puedo asegurar que nunca te has acostado con una chica, y estás tan desesperado porque alguna caiga para no llegar virgen a los treinta, o simplemente para ver si por fin te crece— se escucharon risas al rededor y el pelinegro enrojeció.

 ⁠۝ ͒Siren ⁠۝  //Jasper Hale//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora