"Su Sacred Gear es una que necesitamos, Rias"-Habló con calma, su frente estaba presionada fuertemente contra el suelo, sus manos atrás de su espalda y su cuerpo levantado a más no poder. Tenía una marca roca en su mejilla izquierda, enfrente suya estaba la pelirroja que no lucía feliz por la noticia que recibió de su peón.
"Es una monja..."-Empezó con calma, pero sus ojos estaban entrecerrados en el rubio bajo sus pies.- "Alguien devota a los ángeles... A ya sabes quien"-Se ahorró el dolor de cabeza, uno menos que le estaba dando su peón.
"Lo sé, pero ¿tenemos a algún sanador?"-Preguntó astutamente. -"¿Qué sucede si salimos lastimados en una misión?"-Preguntó mientras levantaba un poco su cabeza, intentando ver a la chica.
Pero solamente miraba los pies de la chica. Esta colocó su cabeza en su mano, apoyándose mientras relajaba su postura.
"Si te preocupa salir lastimado, podrá curarte yo misma"-Contestó con calma, no viendo lo necesario en esta discusión.
"Pero qué sucede si no puedes curarme? Si algo te impide hacerlo, incluso a Akeno. Asia-Chan sería una excelente pieza, imaginate tener un médico en medio de la batalla. Tus posibilidades de ganar incrementarían, piensa en ello como una ventaja sobre los demás"-Habló con calma, sabía que tarde o temprano su Rey terminaría aceptando. Sería demasiado tonta de su parte dejar pasar esta oportunidad.
"Dejame pensarlo mejor, simplemente no puedo reencarnarla así de sencillo. Podríamos llegar a tener conflictos con la iglesia. No quisiera que mi egoísmo causará una guerra"-Hablaba mientras miraba a su peón, este siguió con la frente presionada contra el suelo. Era demasiado dócil o solamente era obediente ante su Rey. Intentó probar algo, discretamente se quitó los zapatos, mirando que Naruto no levantara la cabeza por un momento.
Lentamente llevó sus pies hasta la cabeza del rubio, su corazón latía con rapidez. Sabía que estaba mal, pero solamente había una manera de comprobar si su peón era obediente o simplemente dócil.
Estaba apunto de tocar la punta de su cabello.
"Rias, hay límites"-Habló repentinamente el rubio, deteniendo a la pelirroja.
"¿Y si es un deseo de tu Rey? ¿Qué dirías?"-Preguntó la pelirroja, empujando más al rubio.
"¿Ese es tu deseo? ¿Tener a tu peón bajo tus pies?"-Le preguntó de vuelta, manteniendo su postura, esta era una buena oportunidad para evaluar mejor a su Rey.
"La familia Gremory trata a sus siervos como si fueran parte de su familia. Sería un insulto hacia mi familia si lo hiciera"-Contestó la pelirroja, inclinándose más hacia enfrente.
"No pregunte sobre tu familia, sino a ti, Rias. ¿Es esto lo que quieres hacer?"-Preguntó mientras dejaba de pegar su frente contra el suelo, elevando un poco su cabeza
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Rias se quedó un momento analizando la pregunta, solamente para suspirar y sonreirle a su peón.
"No, solo quiero que mis siervos puedan vivir una vida cómoda y sin preocupaciones"-Se inclinó un poco más, finalmente dejó su asiento y se arrodillo frente a su peón, lo tomó del mentón e hizo que la mirase a los ojos.- "Ese es el deseó de tu Rey"-Dijo la chica.
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"¿Qué harás para reclutar a la monja?"-Preguntó Akeno, estaba sentada mirando la televisión. Su viejo amigo estaba acostado sobre sus muslos, tenía una mirada relajada en su rostro mientras disfrutaba las caricias de su amiga.
"Dejaré que fluya con naturalidad"-Contestó mientras giraba su rostro para ver la televisión.- "Sabes, tengo la habilidad de Ophis de viajar entre dimensiones. Solamente que la mía es más avanzada"-Habló repentinamente,recordando su habilidad robada.