"Necesitas una ducha"

10 0 0
                                    

Notas de la autora: Historia de gatitos, advierto que se tratan temas como abandono de mascotas. 

Vuk es Serbia.

°°°

"Necesitas una ducha"

...

Vladimir lo había perseguido por alrededor de media hora por todo el Centro cívico, a la vista de los turistas y los oficinistas que estaban en la hora de su descanso, pero las miradas ajenas le importaron muy poco, ya que estaba centrado en su "objetivo".

Aquel ser de pelaje negro se escabulló por los arbustos, mientras que Vlad estaba a menos de un metro abriendo el follaje. El animal de un salto se aferró al tronco más cercano, comenzando a trepar hasta llegar a una rama.

Sin embargo, antes de que Vladimir perdiera toda oportunidad con aquella "presa" se olvidó de todo sentido civilizado que poseía y saltó

...

—Vladimir... ¿qué es eso?

—Un gatito, me lo topé en el Centro.

—¿Y por qué se te está cayendo la manga de tu saco?... también, tienes el rostro y las manos llenas de arañazos.

—Ah, me dio mucha pelea el pequeñín, pero valió la pena.

—¿Y por qué lo recogiste si en tu edificio no permiten mascotas?

Vlad se rascó la nuca mientras el minino maullaba insistentemente. A Dimitri no le gustaba para nada la expresión que el rumano hacía, el mohín en su boca y la presión en su mirada, como buscando el llanto... oh, descifró desde el principio sus intenciones.

—No se va a quedar aquí.

—Pero Dimitri, no quiero dejarlo en la calle

—¿No conoces a alguien más que pueda acogerlo? ¿O sabes de algún refugio?

—Es que... quiero conservarlo, mira te prometo que yo pagaré por todo lo que necesite, es más, mañana a primera hora lo llevaré al veterinario.

—Pudiste haber ido al veterinario antes que conmigo.

—¡Demonios!, no quería que me vieran tan desaliñado ¿de acuerdo? —suspiró cansado. El gato intentaba zafarse insistentemente, hasta clavarle una mordida al rumano— ¡Auch!

—Como siempre no sabes poner en orden tus prioridades —se frotó las sienes mientras que el pequeño gato se metía bajó el sofá buscando refugio— ¿No crees que quizá necesite a su madre?

—Nunca la encontré, no creas que atraparlo fue un impulso del momento, ya llevaba varios días observándolo. Lo perseguían los perros, buscaba comida en la basura... ni siquiera lloraba para llamar a alguien que lo ayudara —Vlad sintió un nudo en la garganta, recordando que la primera vez que lo vio fue bajo la lluvia, encontrando refugio bajo un cesto de basura—. Una noche, es todo lo que te pido. Después veré que hacer con él.

Dimitri apretó los labios y se acercó a Vlad, jalando la manga de su saco y rasgándola un poco más. Lo miró fijamente, estaba manchando con tierra desde el rostro hasta las rodillas, además aún habían pequeñas ramas y hojas enredadas en su cabello, sin contar el desagradable olor que lo rodeaba; para que alguien como Vlad, con fama de extravagante y obsesivo con su ropa, se arriesgara desaliñarse de tal forma por otro ser vivo decía mucho de sus intenciones, y no podía negar que algo que le gustaba de él era la sensibilidad que brotaba de su persona cuando algo realmente le había tocado el corazón.

—Bien, sólo una noche con una condición, —lo olfateó un poco y de brinco se alejó— ¡Ugh! Necesitas una ducha.

—¿Puedo usar la tuya por favor?... ah e igual necesitaré algo de ropa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Recuerdos de BucarestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora