Capitulo 4: La caída de Lunargenta Parte 1

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La batalla por los asentamientos centrales de Kuel talas, y  el fuerte asalto de las fuerzas  imperiales, obligo a los altos elfos, a ceder mas terreno al imperio, dejando mas dividido a su pueblo y al remanente de civiles que se encontraban dentro de sus hogares, mientras el ejercito de Garithos mariscal del imperio, asediaba tranquillien, las fuerzas del mariscal Petrus, llegaban a Windrunner con un total de 100,000 soldados, un ejercito mucho mas grande y fuerte, que la guarnición de elfos sílbanos, de la general Sylvanas que preparaba sus fuerzas para defender el puerto marítimo de los imperiales, sin embargo, su apresurado movimiento no fue capaz de proveer que la fuerza naval del imperio, se aproximaba a sus costas con una flota de 50.000 buques acorazados de guerra, la ostentosa ciudad portuaria se encontraba asediada por ambos frentes, y los ciudadanos élficos no solo temían por la seguridad de sus familias, si no también por la de sus hijos, mientras Petrus aseguraba el control de la ciudad por tierra, el general  "Atreyos el plateado" se dirigía con un contingente de 5000 tanques de asedio, para brindar apoyo a la toma de Windrunner.

Los  elfos observaron con asombro el grueso de las filas imperiales, que desde la vista que les proporcionaban las murallas, podían calcular un sin fin de soldados del imperio invadiendo sus dorados campos, -"Resistid mis valerosos elfos, sois los mejores soldados del rey, no le defraudemos y repleguemos a los invasores!, ¡POR KUEL TALAS!, Abrid fuego!, que no quede ninguno!!"-, a su orden, el contingente de 5000 elfos dispararon desde las murallas un lluvia de flechas y balistas sobre el ejercito imperial, mientras los soldados acorazados del mariscal Petrus, apresuraban su paso hacía las grande murallas de la ciudades, eran cubiertos por las piezas de artillería, que les brindaban fuego de cobertura desde la retaguardia, -"Por el EMPERADOR ARTHAS!"-, conforme avanzaban bajo la protección de sus gruesos escudos, el infierno se desato, cuando solo uno de los Pretorianos de la guardia personal del emperador, se abrió paso entre la lluvia de flechas,  y tan solo con el poder su maza dorada imbuida en poder sagrado, asesto un fuerte golpe contra las puertas de la muralla, resquebrajándolas y partiéndolas en mil astillas, a la par que las piezas de artillería desmoronaban las murallas de la ciudad, aniquilando entre los escombros a toda la guardia de soldados elfos que se encontraban apostados en su cima. -"A la carga!!!!!!!"-. un grito abrumador se escucho de fondo, y ambos bandos alzaron sus estandartes y cargaron los unos con los otros sobre las ruinas de la murallas, -"Acabad con ellos!, destruid sus defensas!!"-, los legionarios cargaron en un ímpetu destructor y amenazante, y los caballeros élficos irradiaban un aura de muerte  gloria, solo cuando la espada del centurión, IanPedros choco contra el sable de un oficial elfos, ambos salieron retrocediendo por la intensidad del choque, a la par que el resto de ejércitos chocaban entre si, -"No me rendiré!, por la victoria, ¡POR LORDAERON!"- un aura imbuida su armadura, y sus golpes embestían al oficial elfo, el choque de poderes asombraban al resto de soldados, quienes aumentaban su valor y se permanecían reacios a ceder terreno, IanPedros  permanecía firme, y con fuerza bruta obligo a retroceder al elfo, en un intercambio de ráfagas poderosas y abrumadoras, sus armaduras chocaban entre si, -"Ahh!!!!!"-, gritaba el centurión, mientras el elfos repelía sus ataques con una marcialidad digna de un paladín élfico, el poder que emanaba el centurión, era abrumador, y aunque lleno de odio, el oficial élfico reconoció que de entre todos sus enemigos que alguna vez pudo enfrentar, este sin lugar a dudas era el mas fuerte, -"Humano, será un placer que mueras por mi sable"- le replico el oficial elfo, mientras le observaba con ira, -"La gracia del emperador esta conmigo, no cederé, ni me acobardare, aun si los cielos y las montañas cayesen sobre mi, yo IanPedros centurión imperial, les hare frente y saldré victorioso!!"-, acercándose hacía su pecho, el oficial elfo estiro su espada y usando todo su poder restante imbuyo su sable en todo el poder mágico que le quedaba  y dando su ultimo suspiro grito con rabia, -"¡MUEREE!!!"-, el centurión imperial siendo consciente de la fuerza de tal poderoso ataque, no bajo la guardia y sosteniendo su gladius, imbuyo todo su ser con su poder sagrado, y cual tormento nebulosa ambos guerreros impactaron,  y tal fue su poder que sus armaduras se agrietaron y en una fracción de segundo quedaron polvo, y mientras el oficial élfico se  mantenía en pie,  era capaz de sonreír a duras penas, y  cuando sintió la hoja de su enemigo atravesando su corazón, solo pudo decir amargamente -"Alessia.."- mientras una lagrima recorría su mejilla y se desplomaba cual pluma, ligera y liviana, sobre el campo de batalla. No obstante, el centurión permanecía en pie y alzando su espada en señal de victoria, siguió cargando hacía las ya desmoralizadas tropas élficas, arremetiendo contra sus filas y destruyéndolas por completo, -"Las fuerzas élficas se están replegando, Windrunner es nuestra!!"-.

Fin de la parte 1

ARTHAS:  La Historia De un  Héroe CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora