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Su visita se expandió unos días más, pues los cuatro no se despegaban, los creadores de las nuevas marcas eran bastante territoriales con el pecoso, al único que deban acercase era al alfa menor.

Ahora Felix se encontraba acostado entre los tres, el pecoso estaba recargado en el pecho del pelirrojo mientras la pareja estaba a su alrededor, suspiro para levantarse mirar la ventana de la bonita vista. Amaba lo hermoso que podía ser su país, la belleza de éste era algo que muy pocos comprendían. No veían la belleza del aquellas vistas blancas.

Recuerda que desde niño lo cuidaron demasiado, era un cachorro muy particular; muy tranquilo y demasiado amoroso,y por eso mismo su familia lo cuidaban como si un muñeco de porcelana. Se acuerda como veía con su madre en la cúpula las hermosas vistas del bosque nevado o su madre mostrandole las belleza de las cosas más simples, pero cuando su madre fue asesinada las cosas cambiaron, sobre todo a su padre que pasó de ser ese hombre abierto y  con aquella aura de calidez que lo caracterizaban a ser un hombre distante y frío.

Por ordenes de su padre Felix con solo 13 fue mandado al ejército para ser entrenador, a sus 15 ya era general de una de las brigadas más letales en el continente. No le importaba estar en el frente de batalla, y a los 17 fue a sentido como general del ejército. Era un prodigio y claro que sacó provecho de esto. Gracias a la brigada 555 demostraron que Fülen no tenía miedo a derramar sangre, ni ensuciarse las manos y lo dejo muy en claro.

Felix vio la guerra, olió la pólvora y probó la sangre.

En esos tiempos el era tratado como un robot, sin sentimientos,  emociones, ni debilidades.

Pero recuerda cuando estaban en una misión de campo, en la frontera como en esos días más horribles y agotadores,  con sólo ver la nieve caer olvidaba su mundo alrededor. Esos momentos eran lo que lo mantenían humano.

Ahhh esos días, no sólo fueron la época más oscura de Felix sino del país.

- Lix. Llamó la atención una voz.

Al voltear se encontró con aquel tierno omega, le hizo el mote para que se acercará y el mayor se acercó siendo abrazado por el otro. La verdad en este punto Felix ya les tenía mucho cariño a la pareja.

En el abrazo las miradas chocaron y el mayor se dio cuenta de algo.

Seungmin y Chan eran unos soñadores, pero Seungmin tenía aquello que ninguno de los tres contaba.

Pureza.

El castaño nunca vio la guerra, y esperaba que siguiera así.

- quieres salir?. Pregunto el mayor.

- vamos.

El castaño se abrigo de pies a cabeza, todavía su cuerpo no se acostumbraba al helado clima del país. Por el otro lado el peliplata, solo se puso ropa decente.

Antes de salir los omegas vieron como el alfa mayor acercó al pelirrojo y hundirse en el cuello de éste.

Al salir de esa habitación, el mayor saludo a todos los sirvientes con una bonita sonrisa, mientras el menor hacía una leve reverencia, todos estos parecían tenerle un gran cariño al pecoso, pues les respondían con una sonrisa.

El mayor tuvo se acercó a uno de los sirvientes, por lo cual este le dijo que no tardaba, que podía ir al comer o la biblioteca mientras espera.

En los días que habían estado no había visto el castillo con detalle, hasta ahora.
Era demasiado obvio que la familia real del país era militar, todos estaban vestidos con uniformes y medallas, hasta que paro en una.

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