Humedad y quietud

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Prince POV.

—Bueno, creo que ya estás mejor —me mira y de nuevo me roba la atención con la mirada.

—Bueno —digo como un bobo.

—Debo irme mi turno en emergencias, comienza a las 8 y debo preparar mientras mis colegas llegan —me dice y me levanto para ayudarla a ponerse de pie entonces se me resbala.

—Oh qué torpe soy —sonreímos y esta vez la tomo de la cintura.

—Gracias por la crema y por cuidar a mi hermana —me da un beso en la mejilla y se voltea para ponerse el bolso.

—Estaré cuando me necesiten.

Salimos por la puerta dejando atrás una casa de mierda y se sube a su auto.

—Un día visita al viejo Tom, me pregunta por tu padre y no sé cómo decirle que ya no vive contigo —me dice.

—Iré pronto te lo prometo, cuídate mucho —arranca y me quedo allí parado viéndola partir.

Al día siguiente todo es mucho mejor porque mi querida hermana esta parada en la sala aspirando, encerando y puliendo nuestras cosas que algunos de sus compañeros de oficina rompieron por la altivez de la velada, me meto a la cocina para tomar un jugo de la nevera, piso fuerte hacia donde esta ella y sin dirigirle la palabra tomo mi suéter. Camino por la acera y los ojos azules de Emma vienen a mi mente, sacudo un poco mi cabello para pensar en otra cosa.

— ¡Oye! A dónde vas —me grita Marck quien me espera como siempre en esta esquina.

—A ningún lado —me subo y me ve extraño.

— ¿Estás bien? Gabriel dijo que le cediste una de tus presas ayer —menciona.

—Le crees todo a Gabriel, me pidió algo de ayuda y eso hice.

—Te vez distraído amigo solo espero que en clases despiertes un poco.

Nos metimos a las clases de economía hasta la 1 de la tarde, Gabriel y Juan se nos unieron para ir a buscar una comida y frutas que dejamos encargadas, todo porque vamos a la playa a pasar un rato diferente y aprovechar que es viernes. Juan no dejaba de mencionar la vagina de una de sus amigas que conforman su pequeño aren de desesperadas, Gabriel está callado mientras lee una revista sin camisa, Marck maneja con gafas puestas y yo hablo le escribo a mi abuela para saber que se tomó todas sus medicinas.

— ¿Crees que encontremos presas que valgan la pena? —dice Juan sacándome de mis pensamientos.

—No lo creo, solo porristas del equipo y las chicas nerds que siempre frecuentan esta playa para surfear—menciona Marck.

—Me dijeron que Daniela estará con su grupo de chicas practicando con la tabla de surf, me imagino que a pate de ella todas se sentirán atraídas por nuestro amigo Prince —responde Gabriel sin quitarle la vista a su revista de mierda que ve con mucho entusiasmo.

—Si deseas puedo hacerme el imbécil para que toda la atención vaya hacia ti mi amigo —lo miro por el retrovisor y la ira en sus ojos se refleja como espejo.

— ¿Cuál es la primera regla? No interponerse en el camino de ninguno es un acuerdo, solo tienen que cumplirlo —dice Marck con determinación mientras saco la cabeza por la ventana para disipar el ambiente.

Llegamos y me quito la camisa de inmediato, me quito el pantalón y me dirijo a una de las palmeras que tiene sombra. Los chicos hicieron lo mismo luego de verlos quejarse por la arena metida entre sus dedos ya estoy listo para bucear a pulmón, solo con unos lentes de para nadar, mi reloj con el cronómetro listo y mi cámara a prueba de agua amarrada a la muñeca.

—Ya vengo muchachos, aprovechen de casar sin mí —miro a Gabriel y este sonríe de mala gana, me meto en el mar.

—Ten cuidado Eric —exclama Marck quien no se quita para nada la camisa.

Voy nadando estilo libre hasta quedar en lo más hondo, el agua es más oscura y respiro hondo para sumergirme. Muevo mis brazos de forma envolvente, me sumerjo más y exploro un poco alrededor de la orilla como rodea, el agua es tan clara que siento el sol sobre mi espalda. Al frente un banco de peces que atravieso sin problema, me sumerjo mucho más para notar las almejas y corales, también algas marinas que embellecen más el entorno.

Siento el agua fría y me quedo en el fondo un momento para contemplar todo, tomo una roca y camino más hacia el fondo, observo mi reloj y solo llevo unos minutos, me quedo totalmente quieto y estoy en paz, no hay problemas, no existen deseos desmedidos ni competencias, desearía quedarme aquí para siempre o hasta que mis pulmones no aguanten aunque sé que si aguantaran la presión y la falta de aire nuevo.

Cierro los ojos y pienso en algunos momentos ardientes, el hecho de que nunca le he contado a nadie todas mis aventuras, me gustaría hacerlo relatar la mayoría de mis encuentros sexuales que me tenga a mí de protagonista sin mencionar nombres ni estatus social.

Después de unos 20 minutos decido subir por aire, voy hacia la orilla y apago mi cámara me quedo asombrado porque mis amigos no están en el sitio donde los deje, veo hacia todos lados y veo a Marck que viene corriendo hacia mi bastante cansado.

— ¡Eric! Oye estamos, estamos debajo del chalé que se ve allá —señala Marck quien no puede respirar por haber corrido.

—Bien, pero de quien es porque veo a mucha gente allí —pongo mi mano en mi frente por el sol y ya veo porque todos fueron enseguida hacia ese chalé.

Caminamos hacia allá y tuve que aguantar un poco la planta de mis pies calientes por la arena aunque no me quejo con Marck, llegamos y observo muchas chicas y solo una docena de chicos. Enseguida varias chicas clavan sus ojos en mí y la razón principal es porque estoy todo mojado de los pies a la cabeza, mis músculos me representan y mi cabello resbala de mis dedos para el deleite de estas espectadoras.

— ¿Dónde están los demás? —le digo a Marck quien intenta sonreír a las chicas que lo omiten con la mirada.

—Relájate, esta puede ser una tarde soleada de feliz cacería —dice Marck.

—No vine a cazar Marck ¿Dónde está mi ropa? —menciono.

—Vuelvo y repito relájate mira cuantas hermosuras —lo miro y le sigo la corriente, vamos hacia las sillas que están a un lado y es evidente que los otros dos estaban cazando o detrás de una estúpida palmera seduciendo a cualquiera.

A diferencias de ellos, yo no estoy con cualquier mujer, pero que bueno que la mayoría de las personas me ven tan básico como ellos que solo les interesa ilusionarse con una apariencia hermosa sin profundizar en los detalles. Una chica se me atraviesa golpeando su cuerpo a propósito con el mío, mis músculos y pectorales se pegan a camisa mojada, sus pezones endurecidos me hacen fantasear, miro hacia atrás y me doy cuenta de que la empujaron hacia mí, pongo un dedo en sus labios antes de que pueda decirme alguna idiotez y la tomo de los brazos para quitarla de mi camino.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2023 ⏰

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