Siempre digo que tuve una niñez preciosa. Llena de momentos que me calientan el corazón. Padres atentos y cariñosos, todos los juguetes, cumpleaños increíbles. Familiares? Es algo complicado.
Crecer abarca muchas cosas. De la que quiero escribir hoy, es del golpe de realidad. Empezas a conocer gente o a tener mas confianza con esos amigos qué conoces desde jardín. Para mí, siendo nueva en la secundaria, crecer, en parte, me hizo apreciar mucho mas a mis papás.
"Nosotros tenemos los problemas que nuestros padres podrían haber evitado tan solo con ir a terapia". Es una frase que leí hace ya algunos años y cada vez estoy más de acuerdo. Siempre fui una chica muy protegida, mis viejos siempre me cuidaron de más. A mi viejo lo vi siempre como ese tipazo que le cae bien a todos y es gracioso. El típico hombre que hace chistes y comentarios cancelables pero es mi papá, es el humor de mi papá. Ese que es acogedor por más que sea humor negro.
Tengo un hermano, fanático del fútbol, mismo equipo que mi viejo. Es algo que siempre compartieron, es su cosa. Podemos estar charlando y de la nada uno de los dos interrumpe la conversación y tira datos de jugadores o de clubes de todo el mundo. Estamos viendo una serie y uno baja las escaleras con el celular en la mano y hasta no tener la mirada del otro en la suya, no dice la noticia de fútbol.
Van a la cancha todas las semanas. Él le cocina cuando mi hermano no tiene ganas de hacerlo. Cuando se junta con amigos los findes, se ofrece a llevar y traerlos a todos, incluso puede que viaje como padre acompañante en su viaje de egresados.
Tiene interacciones con los amigos de él. Discuten, se gritan. Despues de unas horas ya están bien.
Veo mucho un canal de stream llamado "LUZU TV". Suelo dejarlo de fondo para cuando hago cosas. Mi viejo era fanático de una banda argentina llamada "Los Ratones Paranóicos". El vocalista de esa banda se llama Juanse. Se separaron hace un buen tiempo. Hace unos meses, en este canal de stream, Juanse fue invitado a una entrevista. Como había visto una parte por un reel en instagram, me pareció gracioso y quería que papá lo viera completo. Fui al comedor de casa, lo puse en la tele y en el momento que escuche que estaba por bajar, empece a reproducir la entrevista. Baja las escaleras. Camina de un lado al otro. El celular le empieza a sonar por las notificaciones de mensajes. No le gusta llevarlo sin sonido, se olvida muchas veces donde lo deja. Abre las notificaciones y empieza a contestar mensajes. Se lleva el celular a la oreja por unos diez segundos. Se ríe y se va a la cocina, pasando frente a la tele para cerrar la puerta y grabar un audio. Vuelve, pasando otra vez por el televisor. Los entrevistadores están llorando de la risa. Juanse también. Él no lo ve. Yo si. Mirá, le hicieron una entrevista a Juanse, es un cago de risa, le digo. Levanta la mirada del celular, mira la tele, asiente con la cabeza con rastros de la sonrisa provocada por lo que sea que escuchó. Mira vos, es todo lo que obtengo de él.
Se sienta en el sillón. Sigue viendo su celular. Yo subo el volumen de la tele, así eso le llama la atención. Nada. Lo miro, pero él mira al celular. No se da cuenta lo mucho que lo necesito cerca. Yo no me doy cuenta lo mucho que necesita su celular cerca para poder escribir bien.
Caigo en cuenta que no le interesa. Caigo en cuenta que siempre fue así. Por más que me esfuerce, nunca se esfuerza. Por las cosas que me necesita, como hacer trámites por internet o sacar turnos, no lo necesita a mi hermano, prefiere hacerlo conmigo. Soy una persona paciente y tranquila, supongo. Su malhumor y puteadas por "lo complicado que es hacer todo" me lo como yo, no mi hermano.
"Mira esto de Casciari hoy en el programa de Andy" me dice con una sonrisa.
"Lo escuche mientras volvía del trabajo por la radio" me dice mientras escribe con su dedo indice derecho el teclado de su celular. Elige el video. Dura 9:52 minutos. Lo veo. Lo miro. Lo observo. No me interesa, pero me esfuerzo, aunque la esperanza sea cada vez más lejana.