Honolulu, Hawái.
Febrero del 2016.
—¡Oh Mierda!, Si así — gime llena de placer. Era demandante, mi dulce y tierna castaña había desaparecido y ahora era la ardiente mujer que le gustaba explorar su sexualidad conmigo y yo feliz de la vida de ser su juguete, y hablando de juguete...
—Vamos preciosa, muevete así — pedí ardiendo por ella. Subía y bajaba desesperada por el dildo y yo solo podía ver embobada como este era tragado por su feminidad, maravillosa visión.
El sudor siempre era nuestro fiel compañero en estas noches de pasión y desenfreno, sus manos apretando mis hombros y la tensión en su cuerpo era un indicativo de que ya estaba apunto de llegar pero ya se notaba el cansancio en su cuerpo, teníamos varias horas teniendo sexo y aunque habían momentos donde nos deteníamos unos minutos para recuperar energías el cansancio ya se hacia notar
«Bendito sea el cuerpo de la mujer y por ser multiorgásmica»
No le di tregua y la hice quedar de espaldas al colchón y en movimientos ondulatorios la empezé a penetrar más duro.
—¡Oh si! Así ya...casi — mis manos se fueron a sus piernas y las coloque en mis hombros y seguí dando embestidas profundas mientras la veía masajearse sus pechos, baje mi mano derecha hasta su clítoris y empecé a frotar, cuando sentí su orgasmo más cerca salí de ella y la oí gruñir.
—¿Que...que haces? — preguntó cuando la gire y la puse en cuatro.
—¡Shh! — callé y entré en ella apretando sus caderas. Su cabeza y parte de su torso se recostó en la almohada y oía sus gemidos reprimidos por esta.
Mi mano derecha impacto contra su nalga derecha y fue maravilloso escuchar su grito, la volví a nalguear dos veces más hasta que ví mi mano marcada en su piel, ella sollozaba de placer y para mí eso era el máximo gusto verla delirar por mi.
—Quiero más — sollozó y mi cuerpo se estremeció completamente al escucharla y sin dejar de penetrarla la puse de rodillas junto a mi y volví más profundos mis empujes, ambas con las manos apoyadas en el espaldar de la cama su cuerpo entro en una serie de espasmos cuando su orgasmo llegó que me apreté más a ella para controlar su cuerpo, sus manos apretando las mías, el grito que soltó al liberarse fue música para mis oidos trate de alargar su climax lo más que pude hasta que cedió y se desplomó en mis brazos, nos acosté en la cama, me deshice del arnés y me acomode sobre mi costado izquierdo para estar al frente de ella.
—Demonios nena...eso fue — susurré incrédula, estaba jadeante y ella estaba como en las nubes, soltó una risita mientras se giraba a mi y retenía su labio inferior entre sus dientes.
—Me siento flotando — susurró entre risa.
Fue imposible no unirme a su risa.
—Lo estas — la miré un poco divertida y ella me miró con tanta intensidad que me abrumó, aparte la mirada al frente y me coloque sobre mi espalda para fijar mi vista en el techo.
—Tienes esa mirada — murmuró tan bajo que de no ser por qué estábamos muy cerca no la hubiese escuchado.
—¿Cuál mirada? — pregunté y la vi a los ojos por unos breve segundos. Su rostro se tenso un poco y se reacomodo en la cama
—La de que algo no te gusta — contestó con el ceño fruncido sin dejar de observar me.
—Si, pues tú tienes esa mirada que a mí no me gusta — contesté con sinceridad sentandome en la cama, ella repitió mi acción pero cubriéndose con una sábana.
—¿Cuál mirada según tú? — cuestiona mientras me mira con una ceja arqueada y poniendo me terriblemente incómoda.
—Esa de "Me podría enamorar de ti"— conteste con sarcasmo pues mi buen humor se fue al carajo, veo como su cara se desencaja por un momento y mis alarmas se disparan.
«Mierda» pensé.
—Calle te dije que eso nunca será posible — me puse de pie para comenzar a vestirme.
—Y yo te dije que sería capaz de enamorarte aunque sea bajo mi propia responsabilidad — refutó con seguridad. Solté una risa amarga, me acerque a ella en la cama y tome su barbilla entre mis dedos.
—Eso nunca va a pasar preciosa, yo no llegué a tu vida para enamorarte, llegué para enseñarte las maravillas del sexo conmigo — mordí su labio inferior y luego me aleje de ella
—Cuanta seguridad te tienes — dijo con ironía, me encogí de hombros, terminé de poner mi camisa mientras ella se ponía de pies para acercarse a mi.
—Vas a caer María José, tarde o temprano pero te vas a enamorar — susurró antes de darme un beso casto en los labios y entrar al baño.
[...]
Hawái era una maravilla que me tenía fascinada, quise venir con Calle para disfrutar del mar juntas y deleitarme con su cuerpo bronceado.
Es un completo placer ver a la castaña en bikini pero era jodidamente estresante ver cómo a los camareros se les iban los ojos por ella.
—Derek aleja a ese camarero de mi vista — ordene a mi jefe de seguridad, el imbécil del camarero estaba ya incomodando a mi chica y eso no lo iba a permitir.
—Enseguida señora — él se retiró y yo me fui a mi camastro para ver a Daniela bañándose en la playa.
—Che donna deliziosa «que mujer tan deliciosa ». — susurré al verla salir del mar.
—¿Pouch vienes? — pregunta sentándose a mi lado y colocando sus manos húmedas y frías en mi abdomen por debajo de mi camisa causandome escalofríos.
Ella sabía que era una tentación para mí, ver cómo las gotas se perdían por el valle de sus senos me tenía delirando.
—Si entro contigo soy capaz de hacerte mía dentro del mar y creeme que no quiero que nadie más que yo te vea desnuda — susurro muy cerca de su oído.
—¡Ush! piensas en puro sexo — Se pone de pie fingiendo enojo pero puede ver qué está tratando de ocultar su sonrojo, le encanta que sea dominante y posesiva con ella.
—Eres una reina, imposible de que no esté caliente por ti — me mira a los ojos y puedo ver el deseo en ellos, sin decir una sola palabra más quito mi camisa quedando en bikini y siento su mirada comerme por completo no en vano pasaba bastante tiempo entrenando
—Ven conmigo — tomo su mano y camino con ella por la arena mientras les hago señas a mis guardas de no seguirme.
Llegamos a un lado dónde no habia nadie, conocía este lado de la isla porque pertenecia a un amigo de la familia que por la época del año no se encontraba en ella.
Me detengo cerca de las rocas hasta apoyar su cuerpo entre está y yo.
—Me estás matando — murmuro en su cuello mientras lo beso, sus manos encajan sobre mi nuca y la siento acercarme más a su cuerpo.
—Maldita sea hazme tuya — jadea cuando muerdo sobre el área del pulso, tomo sus muslos y la hago enrollarse en mi cintura con su piernas.
—Tu ya eres mía Daniela, eres mía desde el primer momento, recuérdalo siempre — susurro mientras le como la boca a besos. Siento como jadea y muerde mis labios mientras sus manos van como viajero borrando las líneas de su cuerpo junto al mio.
Sin poderlo evitar me aprieto más a ella y ¡Maldición!, soy adicta a ella, a cada una de las cosas que me da y no hablo de solo sexo y ¡Carajo!, eso daba miedo.
—Te quiero — susurró al llegar al orgasmo mientras nos frotabamos sobre la ropa y solo me perdí en mis pensamientos.
Se me estaba yendo de las putas manos.
🌻
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Fantasías Oscuras +21
FanfictionLa energía que desprendemos cuando estamos juntas es tan fuerte como la explosión de mil soles, ella es una reina y mi cuerpo su trono, esclava y tirana de sus deseos más oscuro, mi dulce y tierno pajarito lleva por dentro encadenada a una sexy y se...