📚Ango📚

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Pedido de Hanji_6775

Ango y tú eran pareja desde hacía unos años. Ibas a visitarlo todos los días al trabajo. Pasaba desde la mañana hasta casi la noche fuera de casa. Tú también trabajabas, eras la cajera de un bar que abría de noche y también escribías libros que se vendían bien . Lo único malo era que ustedes apenas tenían tiempo para ellos. Cuando uno regresaba, el otro se iba, y así continuamente. Por eso ibas a visitarlo cuando estabas libre, para pasar al menos unos minutos con él.
Aún así, ambos se amaban. Mucha gente les había repetido que deberían terminar porque no se veían nunca y era tontería que siguieran juntos, pero ustedes nunca hacían caso.

Sin embargo, un buen día, cuando fuiste a verlo, te dijeron que Ango no había asistido. A decir verdad, nunca alcanzabas a ver cuándo regresaba Ango y cuándo se iba porque nunca coincidían, pero siempre lo veías en el trabajo, así que te extrañó.
Preguntaste si tenían alguna idea de lo que le podría haber pasado o dónde podría estar pero nadie sabía nada. Entonces te asaltó una idea horrible; que tal vez se hubiera cansado de tí y se estaba viendo con otra mujer. Aún así, decidiste no dejarte llevar por esa idea todavía. Tan sólo había sido un día.
Les comentó a sus conocidos sobre lo ocurrido y le dijeron lo mismo que ella había pensado, que tal vez se veía con otra.
Empezaste a sentir ansiedad e inseguridad. Después de tantos años en la misma situación, era tontería que ahora hiciera eso. De nuevo, evitaste dejarte llevar por esa idea. Sólo había sido un día.
Pero la situación se repitió de nuevo. Sus compañeros de trabajo no sabían dónde podría estar. Te empezaste a sentir extrañamente sola. Tenías miedo de perderlo.
Llegaste a casa y decidiste empezar a escribir un diario para poder desahogar todo lo que te asaltaba en la mente. Escribir te relajaba y era algo que te gustaba mucho.
- Por qué está haciendo eso...? Hice algo mal...? Realmente se estará con otra mujer...?
Ni siquiera te respondía a los mensajes. De hecho, ni siquiera le llegaban. Te empezaste a preocupar y a sentirte mal. No podías dejar de pensar en qué estaría haciendo. Desapareció de repente, como en el pasado.
Algunos de tus pretendientes quisieron intentar algo contigo, pero no querías nada con nadie porque sólo tenías ojos para Ango, así que no les prestabas atención a ninguno. Tus amigas te repetían que debías dejarlo ir, que lo habías perdido, que ya no tenía casi seguir con alguien a quien ni siquiera veías ya.
En tu trabajo terminaron por despedirte porque veían que no estabas donde tenías que estar y eso no podía ser.
Hablaste con tu hermana, que era psicóloga. Le contaste todo y ella te escuchó. Por suerte, ella no te contestó con lo que la gente te decía. Ella te dijo que estaba segura de que Ango iba a regresar y te explicaría lo sucedido, pero que era imposible que se estuviera viendo con otra mujer, porque a ella le había repetido mil veces que eras la única a la que amaba, que sólo tenía ojos para tí y que si te perdiera no sabría qué hacer. Que le daba igual si no te veía todos los días, él seguiría a tu lado.
Le diste las gracias. Por un lado estabas más tranquila, pero por otro no podías evitar seguir preocupada.

Un buen día, sin esperarlo, Ango regresó. Sin más. Regresó. Te enteraste por uno de los conocidos de él que se llevaba bien contigo. Fuiste a verlo sin pensarlo. Te imaginabas que cuando te viera correría a abrazarte y a pedirte disculpas dándote un beso, pero la reacción que tuvo no era PARA NADA lo que esperabas.
Cuando te vio, desvió la mirada y evitó mirarte a los ojos. Te dolió mucho ese gesto y la inseguridad volvió a apoderarse de ti.
Por suerte, ya no ibas a trabajar de noche, así que lo verías en casa, de modo que lo esperaste allí. Cuando regresó estuvo en silencio y sólo fue a acostarse.
Varios días después, ocurrió algo que puso tu mundo patas arriba. Ango no regresó a casa a la hora que solía hacerlo. Saliste a pasear para relajarte y lo viste. Pensaste en ir a saludarlo, pero te quedaste parada sin poder moverte cuando viste que no estaba solo. Hablaba con otra mujer y parecía animado. Empezaste a sentirte muy extraña y te fuiste a casa. Una vez allí empezaste a llorar de forma descontrolada. No tenías ganas de ver a nadie. Seguiste escribiendo tu diario aunque a duras penas.

Poco tiempo después, Ango regresó a casa después del trabajo. No le dirigiste la palabra y estabas pensando la forma de terminar con eso. Entonces, se acercó a tí.
- T/N...
Lo miraste fingiendo que no sabías nada.
- Qué ocurre.
- Me preguntaba si te gustaría ir a cenar a algún sitio. Hace mucho tiempo que no salimos a ningún lado.
Te sorprendiste ante esto y te planteaste decirle que no.
- Está bien- dijiste en cambio.
Te pareció ver una sonrisa en el rostro de tu pareja. Aunque no quisieras reconocerlo, seguías enamorada de él y ese gesto te encantó.

Fueron a cenar a un restaurante de buena calidad, pues se lo podían permitir.
Decidiste no decirle nada sobre la mujer con quien lo viste hablando. No creías que fuera una buena ocasión para armar un jaleo delante de todo el mundo.
Terminaron la cena pero Ango actuaba extraño, como si ocultara algo.
- T/N...
- Sí...?
- Creo...que debo decirte algo...
- Eh...?
- Mereces una disculpa...por mi ausencia imprevista...y mi forma de actuar...
Te sorprendió que te dijera eso ya que no lo esperabas. Entonces decidiste comentarle lo de la mujer.
- Yo...te vi hablando...con otra mujer...
- No es lo que piensas... sólo...le estaba pidiendo consejos...
- Consejos...?
- Sí...para lo que voy a hacer...
- Ango...?
- El motivo de que desapareciera...fue...porque me puse a recorrer el mundo...buscando algo que estuviera a tu altura...algo que se sintiera identificado contigo...algo que se viera como tú...- se puso frente a tí levantado- lamento si en algún momento pudiste pensar que me estaría viendo con otra mujer o si te causé inseguridad...jamás haría algo parecido... sólo...estaba pensando en algo...que no sabía cómo decirte...
- No te entiendo...
- T/N...llevamos años saliendo...y yo aún te amo...no quiero terminar con esto...enserio...no quiero...pero...necesito preguntarte algo...T/N... tú...- se arrodilló sacando una cajita negra y la abrió dejando a la vista un anillo dorado con tres diamantes blancos- te casarías conmigo...?
Te sonrojaste mucho ante eso y se te llenaron los ojos de lágrimas.
- (Así que era eso...todo este tiempo...)- pensabas- (estuvo buscando un buen anillo para mí...) sí...me casaré contigo... sí!
Ango sonrió abiertamente al fin y te colocó el anillo. Luego te abrazó y te besó.
- Reduciré las horas de trabajo y pasaré más tiempo contigo. Lo prometo.
- Vale.

Desde ese día, todo volvió a la normalidad, incluso mejor. Terminaste de escribir en el diario y se te ocurrió que podrías transformarlo en un libro. Simplemente cambiarías los nombres y listo.
El libro tuvo mucha fama y vendiste rápido.
Te casaste con Ango medio año más tarde. Eras realmente feliz junto a tu esposo.

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