13. Count On Me

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You can count on me like
one, two, three, I'll be there
And I know when I need it,
I can count on you like
four, three, two, and you'll be there

Callie Montgomery

Todas las mañanas en California han sido las mismas, ir a la playa y practicar mi habilidad sobre la tabla, pero esta ha sido distinta. Ha sido diferente porque los hermanos Harris no han estado. Aunque Ian no suela ser el más hablador cualquiera puede notar que no está. Y no hablemos de Skylar, que es la más animada de todas y la que siempre está hablando.

¿Les habrá pasado algo? Ayer, en el parque acuático, los vi bien. Quizá solo me esté imaginando cosas y simplemente no les haya apetecido venir. Pero esa idea se va de mi cabeza cuando veo a Jake serio y escribiendo en su móvil al llegar a casa.

Además, desde que llegamos a casa el día anterior, ninguno se ha manifestado por el grupo. De Ian lo veo normal, pero de Skylar no. Ella siempre contesta a los pocos minutos de alguien haber escrito algo, lo cual, apoya mi hipótesis inicial y me indica que no estaba loca al pensar que algo podría andar mal con esos dos.

—¿Escribes a Ian? — pregunto, curiosa.

Jake se desabrocha el cinturón del coche y sin prestarme atención, baja de él. Hago lo mismo para ver si decide responderme una vez estemos los dos fuera.

—Ajá — masculla sin quitar la vista del teléfono. Deberá de ser importante si no le presta atención a nada más.

—¿Ocurre algo? Porque esta mañana no han estado en la playa y ahora parece que solo sabes estar con el móvil — le reprocho por ni siquiera mirarme a la cara por un segundo.

Jake abre la puerta de casa y entramos, escribe un último mensaje y se guarda el aparato electrónico en el bolsillo.

—Digamos que no viven su mejor momento y esta mañana no les ha apetecido venir — finalmente decide dirigirme más que un asentimiento.

Ambos vamos hacia la cocina, donde abro la nevera y saco un tupper con macarrones congelados. Le quito la tapa y lo meto al microondas mientras Jake pone los cubiertos y demás sobre la barra que hay para poder comer.

El microondas emite un sonido indicando que la comida ya está calentada y la saco de su interior. Con cuidado de no quemarme, sirvo dos platos y me siento frente a mi hermano.

—¿Y se puede saber qué es lo que les pasa? ¿Es algo muy malo? — con mi tenedor pincho un par de macarrones y me los meto en la boca. Espero por la respuesta de Jake.

—Yo lo sé, pero no soy quien para contártelo. Y la verdad es que no es algo muy bueno.

Jake me imita y comienza a comer también. Decido no presionar porque tiene razón en lo primero que ha dicho. Tal vez le pregunte a algún hermano y si me lo quiere decir está bien.

No debería extrañarme que Jake lo sepa, ya que, Ian es su mejor amigo e imagino que es de las pocas personas a las que el pelinegro le cuenta todo. Sigo sin saber cómo mi hermano ha terminado teniendo ese tipo de relación con alguien como Ian, pero supongo que su don de gentes es sorprendente. Teniendo en cuenta con quien debe tratar, también lo es su paciencia.

—¿Y cómo está Skylar? No ha hablado desde ayer.

—Ian dice que no ha salido mucho de su cuarto y que no quiere hablar con nadie hasta que eso se solucione.

—Sí que debe de haber sido horrible para llegar a eso... — remuevo un poco los macarrones en mi plato.

Jake bebe un sorbo de su vaso y habla.

Un verano efímero (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora