Un capitulo más de introducción antes del desmadre que acabo de hacer con mi línea del tiempo. Ire a congelarme, despiértenme cuando regrese BTS.
(Volvió BTS)
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Miraba el techo fijamente, encontrando los ánimos y la fuerza del querer levantarse, no había ni un solo rayo de luz que la ventana diera a su pieza, por lo que era obvio que despertó incluso antes de que el sol saliera, cosa que odiaba demasiado. Apreciaba el hecho de que se le otorgo una habitación para su soledad, casi tan grande como la que tenia en su ya ahora antiguo hogar, pero despreciaba el hecho de que estuviera a solo una puerta corrediza de distancia de Fei. Si se concentraba lo suficiente podía escuchar cada sonido proveniente de ella, los cuales iban desde gélidas respiraciones o micro movimientos debajo de sus sabanas. Tomo aire y suspiro pesadamente dándose la vuelta en dirección a la puerta, mientras apoyaba su cabeza con su mano, tenia unas enormes ganas de como dormía su prometida, por que algún día estaría roncando y no le dejaría dormir. Quito las sabanas de sobre su cuerpo y se levantó en silencio, discretamente dio pasos y puso sus dedos en la muesca de madera deslizando la puerta, pero, no había nadie en ese cuarto.
-¿Necesitas algo? -Cada poro de la piel se le erizo, estaba detrás de él, la pregunta era como es que lo estaba. Su respiración se corto en el momento de escuchar su voz; finalmente tomo el valor para girarse a verla... Eso era aterrador.
-Solo quería saber... Si el desayuno estaría listo pronto. -Se excuso, patéticamente.
-Ah, si tienes mucha hambre puedes ir a la cocina a tomar lo que quieras, o pedirles a los chefs que te preparen algo. -Escucho sus pasos sobre el tatami, seguía algo impresionado por lo que acababa de suceder hace apenas nada, su mirada se fijo en el papel tapiz. -Naoya, mírame cuando te hablo. -Trago saliva y giro su cabeza haciendo caso a su orden, ¿Por qué estaba tan asustado de una simple mujer? Ninguna mujer debería mirarle de esta forma tan repúgnate, como si no valiera más que una estúpida mosca.
-¿Qué quieres? - Dijo, con asco, pero sin dejar de verla fijamente a los ojos.
-Solo me gusta que la gente me mire a los ojos cuando hablamos. -Se puso detrás de el y le dio dos palmadas en el trasero, Naoya chillo. -Vamos a desayunar. -La miro sobre su hombro, la chica le guiño el ojo. Después de tratarlo como basura ahora... ¿Le esta coqueteando?
De no ser por las circunstancias seguramente la hubiera tomado como una obediente esposa, pero no es más que una de esas perras que se creen mejores. Aun después de sus pensamientos inmorales la siguió, no conocía su enorme residencia, así que si no la seguía se perdería fácil. Estaba algo molesto debido a que caminaba detrás de una mujer, y para acabar de cultivar su enojo, rodeado de toda esta sucia gente, ni siquiera entendía su estúpido idioma y de todas maneras siguió a Fei como un obediente cachorro. Enderezo su espalda y camino con la mirada en alto, viendo a todos los curiosos por debajo del hombro, después miro a su prometida, o al menos su espalda, se acerco más a ella.
-¿Ya tenias planeado esto verdad, perra? -Fei no era fácil de provocar, tenía una infinita paciencia ante las provocaciones de hombres como él. Detuvo su marcha, ni siquiera se giro a verlo, de su boca salieron discretas risas, lo que hizo enfadar más al Z'enin.
-Solo se que me gusta ver tu cara cuando por más que ruegues no puedas hacer nada. -Siguió caminando, Naoya solo podía ver su figura alejarse.
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Un vago recuerdo llego a él al estar disociando mientras los sirvientes de Fei armaban su computadora. Los vigilaba para que hicieran bien su trabajo, según Fei, se había estado portando bien estos días desde su llegada a china, específicamente a su clan.
Recuerda ser un niño, no sabe exactamente qué edad tenía, pero podía tener un punto de partida, seguramente fue después de conocer Toji. Recuerda que al menos desde niño se la pasaba siempre con Naobito, su padre, quien le enseñaba cosas sobre el clan, poco después de eso lo saco de la sala por que recibiría visitas, al estar tan aburrido decidió espiar a su padre en aquella reunión.
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-¡YA papá! -Exclamo Naoya, Naobito lo sostenía de entre el cuello de su camisa alzándolo. Era un niño muy travieso. Se había colado a escuchar toda la conversación hasta que rompió la pared de papel y quedo atorado entre la madera. Miro a su hijo y suspiro aire con la boca cerrada. Se levanto y lo saco de ahí, a su travieso hijo y lo sentó a su lado. Frente a él había un hombre y a su lado una niña... Mas alta que él, quizá ya estaba en último año de primaria. Se quedo en silencio mirando a su padre hablar. Una vez se fueron Naobito tomo a su hijo y comenzó a azotar su trasero en reprimenda por ser desobediente.
-Si quieres ser grande en este clan debes aprender a comportarte como un hombre, ¿Qué es eso de andar espiando? Y para colmo rompiste toda la puerta. -Le dio otra nalgada mientras este lloraba, no es que le doliera, si no que le daba vergüenza ser tratado así. -Tus hermanos mayores son unos inútiles, solo me quedas tu para ser el próximo líder. Así que comienza a comportarte desde ahora.
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-Ya esta lista su computadora, señor Zenin. -Fue traído devuelta al presente. Asintió levemente con la cabeza, mientras todos los sirvientes se iban, odiaba ese país, se tenia que comunicar en ingles con todos por no entender ni pio del Chino. Cuando los sirvientes salían Fei entro a la habitación.
-Entonces... -Dijo con una voz curiosa, mientras averiguaba como funcionaba lo que le había comprado a su prometido.
-¿Entonces qué? -respondió, de mala gana mientras la quitaba de su precioso obsequio y lo encendía. Extendió su mano hacia ella. -Dame tu tarjeta, para comprar juegos. -Ella se ríe con discreción.
-La computadora es solo el premio por portarte bien estos días, te tienes que ganar los juegos.
-Hay juegos gratis, perra.
-La computadora esta ahí, pero la contraseña del internet la tengo yo. -Entonces Naoya se dio cuenta de algo lógico, estaba en china, un país desconocido, con idioma desconocido para el hasta el momento. Saco su teléfono celular, con la línea que había comprado Fei para ella cuando llegaron al aeropuerto. Tampoco es como que se comunicara con alguien en japón, así que no necesito nada más.
Por otro lado, Fei miraba a Naoya, no sabia que esperar de haberse comprometido, ya se estaba arrepintiendo, prácticamente si no lo educaba bien terminaría pagando por un Nini. No podía permitir eso, no en su orgullo de cabeza de clan.
-¿Y que tengo que hacer para tener internet? -Limitado a solo jugar le buscaminas por defecto o el rompecabezas decidió cooperar.
-Bueno, hay una serie de cosas que quiero que hagas para mí. Quizá con ello en un mes te libere la contraseña del internet, amenazar al clan o mis empleados no funcionaran, nadie te dará la contraseña.
-Eso lo veremos, ¿Subestimas mi dominio sobre tus tontos empleados? -Fei solo rio mientras salía de la habitación. -¡¿A dónde vas?! ¿¡Te atreves a dejarme hablado solo?
-Si me respondes así entonces no podremos progresar en esta relación. -Dice canturreando, mientras de inmediato es abrumada por la cantidad de pendientes de su clan, si Naoya no supiera nada del clan Zhao, pensaría que esta atorado en un palacio en el siglo XVI. Regresa a la habitación y cuando ve a un empleado lo llama de inmediato. -¿Tienes el internet?
-La señora Fei dijo...-Lo interrumpió.
-Es solo una tonta clave, dámela, o habrá consecuencias graves. -El empleado se rie nerviosamente, algo apenado.
-Eso no funcionara aquí, todos los empleados y familiares... Le tenemos mas miedo a la señora Fei que a la misma muerte.
Se quedo perplejo.
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UNBECOMING [NAOYA ZEN'IN] |JUJUTSU KAISEN|
FanfictionHasta el despreciable Naoya Zen'in quien profesa su odio y repudió a las mujeres le teme a una. Su prometida.