Capítulo 3

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Estaba siendo tratado como una maldita sirvienta.

"Soy más que esto" Murmura mientras dobla mangas de su camisa, un regalo de su prometida. Una camisa de manga larga pegada al cuerpo, junto con unos pantalones de mezclilla azul marino. según Fei, esa ropa le resultaba más adecuada para el trabajo que está haciendo, aunque sospechaba que lo hacía para su deleite... Cómo si él le pusiera a su esposa un babydoll, un sueño en realidad. Tomo la escoba, vieja, hecha de paja prácticamente y empezó a limpiar la entrada del santuario. Apenas había pasado un mes del ingreso de su estancia en el clan Zhao, y de lo único que ha podido hacer con la PC esos días es jugar busca minas y purble place, se entretiene mucho haciendo pasteles, eso era mejor que jugar solitario, que con solo el nombre le recordaba a lo solo que estaba en ese país lleno de gente con los ojos más rasgados que él. Empezó a estornudar al levantar el polvo, tiró la escoba contra el suelo cubriendo su rostro con sus manos para seguir estornudando. Al menos esa mañana era tranquila, hasta que escucho una risa, se giro en dirección a donde provenía y miro a Fei, verlo tan directamente.

"Para alguien con tu personalidad, estornudas como un gatito." La vergüenza subió a su rostro más rápido que su enojo, apretó los dientes con fuerza. La mujer se acercó a el y levantó la escoba comenzando a barrer donde se quedó Naoya. "Hay que barrer con movimientos rápidos y cortos, así no se levanta el polvo, aunque me gustaría escucharte estornudar nuevamente." Su risa, otra vez, era algo particularmente discreto, lo había notado estos últimos días, cubría su boca con el dorso de su mano mientras hacía esta acción. Y dirán, que romántico que se fije en ese tipo de detalles, pero ¿Como no fijarse en ello cuando la maldita se ríe de el con desdén en cada oportunidad que se le presenta?

Quita la escoba de sus manos y empieza a barrer furiosamente, levantando todo el polvo posible para molestar a Fei, está suspira mirándolo desde una distancia prudente, Pero el Zenin simplemente la va siguiendo para barrerle el polvo.

"¿Que no te han dicho que si barres a alguien no se va a casar?"

"¿De que mierda estás hablando?, Si me tienes como tú concubino y dices esas idioteces" Dice el muy molesto. Fei se acerca a el y lo agarra del cabello sonriente, este solo aprieta sus puños sintiendo unas intensas ganas de golpearlo.

"Pues eres mi concubino." Siente sus largos dedos apretar su cabello y guiar su cara cerca de la suya, está lo suelta con brusquedad y camina en dirección al santuario "Termina de barrer esto y te espero en el comedor". El cólera comienza a surgir en Naoya, sintiéndose totalmente humillado.

"A la mierda" Tira la escoba y va detrás de ella, extiende su mano también hacia su cabello, la toma por este y la jala hacia atrás, o eso era lo que planeaba hacer, de no ser por qué su cara estaba contra el suelo y Fei sobre ella.

Aún no terminaba de comprender su habilidad por completo, era tan impredecible y tan... FRUSTRANTE.  Se hacía un poco a la idea pero sabía de antemano que el los chinos, y especialmente el clan Zhao era muy discreto con cualquier técnica que tuvieran.  Siente la tierra sobre su cara y en sus labios, mientras Fei lo mantiene sometido.

"Haré caso, ¿Vale?" Dice él, la mujer se levanta y mientras él hace lo mismo le ayuda a sacudirse del polvo, Naoya limpia la tierra de su rostro con sus manos y mira a la mujer, fijamente. Su corazón se aprieta sintiendo algo de coraje, y toma la escoba nuevamente para barrer. Fei observo este comportamiento extrañada, finalmente, después de un mes completo Naoya había entendido algo, sonrió para si misma al verlo tan dedicado a su labor, se acercó a el y tomo sus manos encantada.

"Ya, vamos a desayunar" y lo jalo como una niña pequeña en dirección a la casona principal. "¿Que se te antoja hoy?" sigue preguntando Fei, este solo se disocia.
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"¡TOMA ESO PERRA!" Grita Naoya en el monitor, tras haber ganado la partida. Rápidamente coloco a su personaje a bailar y Fei no puede sentir más que pena ajena.

"No deberías ser grosero con la gente de internet" Era relativamente nueva en eso, ella tenía su propia PC mientras intentaba aprender los controles de construcción, aunque sus dedos dolían enredarse entre todos los movimientos. Miro el personaje de Naoya en la pantalla y busco la tecla para poner a bailar el suyo, imitando a su esposo.

"Lo siento cariño, es que me emociono con esto" dice el y se levanta. "¿Quieres que vaya por algo de beber?" Fei quita sus audífonos, color púrpura con orejas de gatito y luces neon en estas, regalo de su esposo.

"No, te toca ir por los niños a la escuela" el solo vuelca los ojos y termina la partida.

"No olvides apagarlos, Fei" dice el, obedeciendo y yendo a buscar un chófer para ir por sus mocosos al colegio o más bien un poco más exacto: pre-escolar. Ya hacía mucho tiempo atrás que se había adaptado a esta vida extraña de ser el concubino de una líder de Clan, era raro pero se adapto demasiado bien. Quizá fue en 2011 que fue llevado en contra de su voluntad al gran país rojo de chino. Y ahora, en pleno 2018, ambos jugaban Fornite, o al menos Naoya intentaba enseñarle un poco a su mujer quien se la pasaba trabajando todo el día y jamás había tocado una computadora en su vida. Aún discrepa en muchas costumbres, y protestaba, Pero le tenía más miedo a Fei que a nadie más, y aún más al saber que ella literalmente, vive cinco segundos en el futuro.

Era más un hecho que un alarde, la habilidad del clan era esa, enseñada a solo mujeres, y los malditos niños se preguntarán, no tenían nada. Si bien era algo que lo frustraba, al menos tenía en cuenta de que su hijo podría heredar su propia técnica y lo mantenía feliz, enseñarle a un mini tu una técnica tan linda como la suya. Aún eran pequeños para saber si tenían el don de alguno de los padres, pero sería paciente, por ahora.

Fei apagó las PC como le había explicado Naoya, y fue a su oficina a verificar que los asuntos del clan estuvieran en orden, ya saben, cosas de líderes. Y si no saben es por qué les hace falta ver más series de época victoriana, es básicamente administrar un hogar. Que haya suficiente comida, insumos, materiales, que los sirvientes sean remunerados, la administración del negocio, el dinero que entra y en qué sale. Muchas cosas a las que estaba ya acostumbrada desde una corta edad. Reviso la caja de peticiones de su familia y sirvientes y las leyó una por una teniendo su libreta y agenda cerca de ella.

«Pizza—Naoki»

«Mas detergente del azul para la ropa y suavizante blanco para los bebes»

«Iphone XS —Naoya»

Tomo el papel y lo arrugó y deshecho. Ese maldito mimado siempre quería sacar provecho.

«Que el señor Naoya deje de tirar su ropa al suelo cuando se bañe, siempre está toda mojada y húmeda.»

«Que el señor Naoya...»

Uno, y otro, y otro más contra su esposo, ella suspiro y los guardo para recordar más tarde en reprenderlo y poner un castigo adecuado.

"Dios... Soy más que esto, ¿Verdad?" Pregunta Zhao mirando al techo intentando tomar un respiro, aunque pasen los años sus sirvientes parecen encontrar siempre defectos en Naoya, claro, tiene muchos... Muchísimos... Bastantes. Pero se ha estado esforzando en educarlo, ¡Al menos ahora ya obedece más y está dispuesto a cooperar!

Criar a sus hijos es criarlos con Naoya, y es dos veces más trabajo. Y tres veces más pronto.

Acaricio su vientre buscando paciencia.

"Solo un día más."

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Una cortita como la de su servidor 🤠

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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UNBECOMING [NAOYA ZEN'IN] |JUJUTSU KAISEN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora