ᴘʀᴏғᴇsᴏʀ ෆ JAEMREN

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Le temblaba la mano izquierda, mientras que con su mano derecha apretaba sin piedad el lapicero de tinta roja, su favorito. Todas y cada una de las respuestas estaba correcta, ¡correctas! Jaemin se negaba a creer lo que veía, era simplemente imposible, mordió su labio con fuerza que hasta sintió el sabor hierrico de su propia sangre, su vena palpitaba en su frente, esa letra limpia y delicada contestando cada una de sus preguntas con facilidad, justo en la esquina superior y como una cuchilla a su orgullo brillaba el nombre Huang Renjun.

Había hecho trampa, si, era era la única explicación lógica, Jaemin pudo soltar su labio y suspirar aliviado. Huang Renjun había hecho trampa y eso era frustrante pero no más frustrante que pensar que alguien había sacado una nota perfecta en algunos de sus exámenes. Colocó el examen lejos de la pila de exámenes ya corregidos -y reprobados- apoyó los codos sobre la mesa, entrelazó sus manos, sus ojos aún observaban el examen con un poco de recelo, sonrió, por la expectativa de tener a Huang acorralado frente a su escritorio, Jungkook sabía que no debía tener ningún tipo de atracción hacia su nuevo incautó estudiante, pero con el solo pensamiento de Renjun sintiéndose intimidado por él, sus labios rojizos temblando, la forma en que nerviosamente acomodaba los lentes redondos cada cierto tiempo, si, se permitía fantasear con su alumno aterrado en su presencia que pronto sería una realidad.

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— ¿Quieres dejar de mensajearte con Chittaphon? ¿Qué el tipo no tiene clases que dar? -Preguntó irritado de ver a su mejor amigo pegado de su teléfono, Yangyang río.

-Tranquilo Ren, algún día el profesor Na te follara contra su escritorio -Canturreó aún sin despegar la vista de su teléfono. Renjun enrojeció.

— Aish, solo eres un mocoso. -Exclamó rodeándole los ojos, escaneo con la mirada al chico que le había dicho que huyera el primer día.

—Oh, ese es Xiaojun, ¡Hey Xiaojun! -Gritó Yangyang contra todo pronóstico aturdiendo a Renjun, ah, unos gritos que solo Chittaphon podía amar.

El chico de rasgos casi finos se acercó a ellos y sonrió, la verdad es que éste era bastante atractivo, ya Renjun lo había visto con cara de tragedia en las clases de Na, sin dudas este era uno de los más guapos de allí pero no era para nada su tipo.

-Oh, hola Yangyang -Saludó con una sonrisa-. Renjun.

Renjun arqueó una ceja: -¿Me conoces?

—A nadie le pasa desapercibido el odio que tú y Na se tienen -Explicó éste y Renjun le dió un codazo a Yangyang que había reclamado si claro.

-El es Xiaojun, Renjun, el responsable de distraer al estudiante de honor de la secundaria donde enseña Chittaphon-Xiaojun enrojeció mientras que Yangyang se carcajeó. Renjunno pudo reprimir su risa.

—E-eso no es cierto -Se defendió el menor con vergüenza.

Renjun dejó de escucharlos en cuanto el profesor Na pasó por la cafetería, su presencia era tan fuerte que todos a excepción de Yangyang y Xiaojun giraron a verlo, sin embargo, la penetrante mirada del profesor mírenme todos, se posó solo en él, Renjun tragó en seco incapaz de mantener aquella fuerte mirada, había algo distinto que lo hizo ponerse rígido como si Na estaba tan seguro que había ganado su pequeño juego que no le había dejado oportunidad de seguir su jugada.

—Ya comanse -Exclamó Xiaojun, Renjun pudo despegar su mirada de Na para luego observar que todos habían seguido con sus charlas triviales y solo él y Na habían seguido con su juego de miradas.

—¿D-de qué hablas? -Preguntó Renjun haciéndose el desentendido, como si ese pequeño intercambio de miradas que pareció durar una eternidad no lo hubiese calentado.

—Esa fue la tensión sexual más palpable que he sentido alguna vez -Explicó Xiaojun subiendo las cejas, Yangyang río asintiendo.

—Es peor que cuando vas a darle tutorías de inglés a Kun -Xiaojun golpeó la cabeza de Yangyang sonrojándose de nuevo.

Renjun frunció el ceño: -No había ninguna tensión sexual, yo odio a Na-Aseguró, podía que el jodido Na fuese el hombre más caliente que alguna vez haya visto, pero eso no quitaba el hecho de que lo odiase.

—Seguro -Exclamó Xiaojun con sarcasmo-. Yo odio a Na, ese idiota con complejos de grandeza hizo que repitiera un año -Admitió reacio-. En cambio tú quieres saltarle encima.

Yangyang y Xiaojun rieron y Renjun enrojecido se levantó y botó la mitad de su manzana, no se sentía hambriento, caminó hacia los primeros baños que encontró, se miró en el espejo, quitó sus lentes y lavó su cara con el agua helada, él no deseaba a Na, lo único que deseaba es que el tipo enloqueciera y perdiera su reinado del mal. Cerró los ojos masajeandolos levemente, la puerta se abrió y Renjun se colocó los lentes de inmediato, sintió su rostro perder color al ver a Na frente a él, visualizo la puerta para huir, pero Jaemin se encontraba bloqueando está con su predominante cuerpo y no quería lucir patético ante éste, no otra vez.

—Profesor Na -Saludó con un ligero asentimiento tratando con todas sus fuerzas de que sus hormonas adolescentes no lo traicionaran y saltar de una vez al profesor, también lucho contra el sonrojo que estaba punto de atacar sus pálidas mejillas, ¿Por qué demonios Na lo miraba siempre de esa forma? Como si lo desnudara con una profunda y fija mirada.

—Ciertamente no esperaba encontrarlo aquí Huang, en los baños exclusivos para los profesores -Instantáneamente sus mejillas enrojecieron, ya debía saber que ese baño era mucho más elegante y mucho más pequeño para estudiantes-. Pero me alegra de haberlo encontrado.

Renjun arqueó una ceja y lo miró a través de sus gafas entrecerrando los ojos, cruzó los brazos sobre su pecho como defendiéndose-. ¿Y por qué será eso profesor Na?

Aunque su voz haya salido un poco temblorosa, se las arregló para lucir firme y tener una respuesta tenaz ante el profesor ''soy el idiota más grande del mundo''. Jaemin no se inmutó ante su altanería pero sí que sus perfectos labios se curvaron en una sonrisa que robó el aliento de Renjun.

—No pensé que sería tan osado como para copiarse en uno de mis exámenes -Observó a Na caminando hacia él, en instinto Renjun daba pasos hacia atrás alejándose, sin embargo, la ridícula acusación de Na había encendido su molestia, pero bueno, ¿Por quién demonios lo tomaba?

—Pues piense mejor profesor Na -Respondió ladeando una sonrisa, aún retrocediendo-. Lamento bajarlo de su estrella pero su examen era muy fácil, por lo menos lo estuvo para mí -Se defendió chocando con la pared, ahora estaba acorralado entre las baldosas blancas y Jaemin mirándolo con una oscuridad abrumadora.—L-le recuerdo que fue usted quién reviso nuestras pertenencias y se mantuvo vigilando cual perro guardián, así que no hubo ni la más mínimo posibilidad de que me pudiera haber copiado, pero le gustaría creer eso, ¿Verdad, Na?, es preferible antes que pensar que un simple niñato como yo pudo vencerlo en su mejor juego.

Un destello de luz paso por los ojos de Na, Renjun apenas y se había dado cuenta de lo cerca que ambos estaban, pero le había retado, había dejado sin habla al profesor ''soy el rey '' pero se sentía como una batalla deseosa, Na no había respondido ni mucho menos Renjun que se hallaba absorto en su mirada y el ligero roce de sus cuerpos, maldición, hacia demasiado calor.

—Vaya que tienes un boca suelta, ¿Eh? -Lo grave que salió la voz de Jaemin hizo temblar todo su cuerpo, entreabrió sus labios tratando de decir algo mordaz pero fue incapaz de esto al sentir como la mirada de Na bajaba hacia sus labios, diablos, Renjun podía sentirlo, podía sentir su miembro ponerse duro con tan solo esa inocente cercanía.

Sus alientos mezclándose y sus ojos ya vidriosos deseando que Jaemin cediera y terminara con esa tortura y lo tomase justo allí, el mayor se acercaba con una mirada tan oscura y deseosa, Renjun respiraba entrecortadamente en espera de lo que tanto ansiaba. Pero justo como la vuelta a la realidad que ambos necesitaban, alguien tocó la puerta.

—¿Jaeminnie? ¿Ya saldrás? -La voz de quien parecía ser la profesora Jung interrumpió su cándido momento, Na se alejó de su cuerpo como repelente, Renjun se quedo recostado de la pared de baldosa tratando de acallar su corazón latente.

—Lo veré en clase, Huang.

Y Renjun hubiese respondido más que un solo asentimiento si no hubiese estado tan ocupado mirando la semi erección en los pantalones del profesor Na.