Pedido de LiazngEckart
Contexto: eres hija de Seung Gil Lee. Te llamas Xiaoling. Tu cabello es negro y tus ojos son como los de tu madre Liazng.
Era invierno y estaba por comenzar la competencia de patinaje sobre hielo. Una niña pequeña de 1 año y medio caminaba por los pasillos acompañada de un husky siberiano, el cual cuidaba a la pequeña por si le sucedía algo. Los trabajadores que veían a la niña trataban de atraparla pero el husky la protegía mostrando sus dientes y gruñendo. Terminaban huyendo debido al miedo de ser mordidos o algo así.
La pequeña, como no entendía qué ocurría, simplemente sonreía y seguía caminando a pesar de que le molestaba que la tocasen o agarrasen. Finalmente, los trabajadores perdieron el rastro de la niña y el perro.
El destino del animal y la niña fue la pista de patinaje, donde Seung-gil se encontraba entrenando junto a otros patinadores.
Todo el silencio fue roto ante el adorable grito de la pequeña, mirando al chico fijamente y llamándolo "papá". Nadie se esperaba eso y el chico se acercó mirando a la niña.
Ese día, el día de la competencia le tocaba a Seung-gil cuidar de la pequeña, incluso ella llevaba una carta escrita por su madre diciéndole que debía hacerse cargo de la pequeña aparte de pasar más tiempo con ella. Seung-gil no tuvo más remedio que quedarse con la pequeña durante un rato.
- Hay que ver tu madre cómo es. Sabe que tengo competición y aún así no es capaz de llevarte ella misma. Podría haberte pasado algo...- acaricia suavemente al perro en su cabeza- te ha pasado algo?
- Unos hombres intentaron agarrarme. Me molesta, papi.
- Tranquila ya estás conmigo.
La gente observaba el lado paternal de él.
Muchas chicas trataban de hacerse fotos con él, pero a la niña no le gustaba, era muy celosa. Seung-gil no miraba a ninguna chica de las que había allí. Sólo estaba con la pequeña.
- Largaos!- decía la pequeña Xiaoling.
- Miren qué niñita tan linda!- dijo Sara al verla y trató de acariciarla.
- No me toques! Papi dile algo.
- No la toques.
- Pero bueno, vaya qué modales son esos?
- A mi papi no se toca...- abraza a su padre.
- Awww- las chicas comenzaron a tomar fotos.
La pequeña se sentía acorralada y empezó a llorar tapándose la cara por las luces que le daban en todo el rostro.
- Oigan ya váyanse por favor. La están estorbando.
Min-so Park se encargó de llevarse de allí a todas las chicas y chicos que se habían formado un corro alrededor de padre e hija. Éste le agradeció y tranquilizó a la pequeña.
- Listo, ya no te molestan.
- Gracias papi...
- Tienes ganas de ver a papá patinando?
- Sí!
- Entonces deberás esperar con Min-so Park okey? Cuando papá termine irá contigo.
- Vale papi.
Dejó a la pequeña con su entrenadora y empezó a entrenar de nuevo.
Cuando llegó su turno de hacer su coreografía, Almavivo empezó a sonar.
La niña observaba a su padre sonriendo y aplaudiendo. La entrenadora veía esto sonriendo.
Lamentablemente, Seung-gil no pudo avanzar al Grand Prix, así que sin poderlo evitar lloró, dejando ver su lado suave. Regresó con su hija y se quedó con ella. Luego fue a quitarse los patines.
- Papi! Has estado increíble!
- Gracias hija...- aún estaba decepcionado.
- Por qué lloras papi? No les ha gustado?
- No es eso Xiaoling...tal vez lo entiendas cuando seas más mayor...ahora vayamos a ver cómo termina la competencia si?
- Vale papi.
La competencia terminó, y Seung-gil regresó a casa aún con el ánimo por los suelos, pero las alabanzas de su hija lo ayudaban a subirlo.
- Ya vi que no pasaste- dijo su esposa al verlo entrar a casa.
- Menudo recibimiento.
- Eso es lo de menos. Así tendrás más tiempo para tu hija.
- Hacía falta que mandases a mi hija sola? Podrías haberla acompañado hasta allí. Y si le hubiera pasado algo?
- El husky estaba con ella. Sabe protegerla bien.
- No me vengas con excusas. No eres responsable.
- Y tú? Qué clase de ejemplo estás dando? Pones en peligro a nuestra hija y te da igual. Te quedas en casa como si nada y encima actúas como si no hubiera pasado nada.
- Mira, hablemos de esto cuando Xiaoling se duerma. No debería estar escuchando estas cosas.
- Sí, mejor- miró a la pequeña, que miraba dibujos en la televisión mientras daba caricias al perro.
- No sé cómo va a terminar esto...
