T/N era una joven niña de cabellos C/O y ojos C/O. Era famosa en rusia por ser la mejor bailarina más joven de la historia. Llevaba bailando desde que era prácticamente un bebé y se convirtió en una estrella apenas a los 10 años. A ella le gustaba el ballet, pero si sueño nunca fue convertirse en una estrella del ballet. Su sueño siempre fue ser patinadora sobre hielo. Pero su madre era una famosa profesora de ballet y vio que su hija tenía mucho potencial para bailar, de modo que la obligaba a ir a clases sin saltarse una sola.
Por muy pocas ganas que tuviera, T/N no perdía la gracia para bailar. Con sus 15 años era un prodigio. Muchas veces se escapaba para ir a ver las competiciones de patinaje sobre hielo, ya que le encantaba.
A escondidas de su madre, se compró unos patines y se iba a patinar a una pista de hielo con la excusa de que "iba a entrenar" para que su madre no la descubriera. Su madre realmente estaba orgullosa de ella porque no sabía la verdad. T/N estaba, literalmente, en peligro de muerte al hacer esto, ya que su madre le tenía estrictamente prohibido hacer cualquier otro tipo de deporte que no fuera el ballet, ya que decía que sino, perdería su esencia y dejaría de ser una estrella.
Gracias a las coreografías grabadas de los patinadores y a algún que otro entrenador que se ofreció a enseñarle, T/N aprendió rápido las cosas básicas para patinar y pronto pudo hacer bastantes cosas. Le pareció muy parecido al ballet, ya que uno debía moverse con la misma gracia y elegancia que una bailarina, además de que la elasticidad debía permanecer intacta y había que pulirse.
Un buen día, había otro campeonato de patinaje, y T/N fue a verlo.
Para que la gente no la reconociera y no empezara a hacerle preguntas ni a pedirle autógrafos, debía taparse cuerpo al completo para pasar desapercibida.
En ese campeonato, participó Yuri Plisetsky, otro joven prodigio en el mundo del deporte. Con 15 años patinaba con la misma agilidad que un adulto. T/N lo admiraba aunque no lo quisiera admitir.
El campeonato terminó, Yuri quedó segundo. El primero, cómo no, era el mejor patinador de todos los tiempos. Víctor. Nadie lo había superado nunca desde que inició en las pistas. Y, una vez más, había ganado la medalla de oro.
T/N decidió irse yendo a su casa para que su madre no le preguntase cosas, ya que no le gustaba tener que darle explicaciones.
Cuando ya llevaba unos pocos minutos de camino, chocó con alguien a quien no había visto hasta el momento del golpe.
- Quieres mirar por dónde vas?! Mentecato...!- escuchó gritar a lo que parecía un niño joven.
- A quién llamas tú mentecato?! No sabes respetar a una mujer??- miró al propietario de la voz y se quedó helada.
Era el mismísimo Yuri Plisetsky. Al parecer andaba rabioso por no haber quedado el primero.
- Bueno, discúlpeme señorita niña, pero no tengo tiempo de lidiar con niñitas mimadas.
- Perdona?!- se quitó la cañucha que llevaba para ocultar su rostro y se encaró hacia él- no te atrevas a hablarme así!
El rubio se la quedó mirando.
- Ouh... tú eres...T/N T/A...no es así...?
- Sí...- se coloca la capucha de nuevo.
- Disculpame.
- Da igual...
- Bueno. Adiós.
El chico se fue
- (Qué fue eso...? Menuda manera de conversar con tu ídolo...)- pensó.
Regresó a su casa, donde su madre la esperaba.
- Has entrenado duro?
- Muy duro, madre...
- Bien. Recuerda, debes mantener en alto la buena fama que tienes.
- (Ya estamos otra vez con lo mismo...acaso importo yo...?) Sí...madre...
- Así me gusta. Báñate y ve a cenar.
Varios días más tarde, una tarde T/N tomó sus patines y decidió ir a practicar. Fue a una pista cercana, pidió permiso y entró. Le advirtieron que la pista no estaría sola para ella ya que había alguien más. No le importó, pero cuando entró y vio de quién se trataba por poco le da algo.
- Otra vez tú?- dijo Yuri al verla- parece que me persigues.
- No persigo a nadie, listillo. Sólo vengo a practicar.
- Tú? Pero si haces ballet. Para qué quiere una bailarina hacer patinaje?
- Porque es mi sueño- lo mira con brillo en los ojos.
- (Vaya...habla enserio....)- pensó él- bueh, haz lo que quieras. Trataré de no reírme si te caes.
- Pues como a que tú no te habrás caído nunca. Como eres tan profesional...
- Eh, ni se te ocurra ensuciar mi nombre.
- Cuándo he hecho yo eso?? No te inventes cosas anda. Déjame tranquila.
- Pfft. No vas a durar ni dos segundos aquí dentro.
- Por qué mejor no te callas esa bocaza que tienes y te limitas a hacer tus cosas??
El rubio se quedó impactado ante la respuesta de ella ya que nunca nadie solía contestarle. Más impactado se quedó al ver que la chica patinaba bastante bien, e incluso sabía hacer pasos que un principiante no haría ni a la tercera.
- (Tiene potencial...) Oye, tú.
- Qué quieres ahora??
- Por qué haces ballet?
- Porque mi madre me obliga...ella es profesora de ballet...una de las mejores...pero no tiene en cuenta lo que yo quiero...
- Pues díselo.
- Me mataría. Literalmente.
- Arriésgate. Tienes muchísimo potencial para esto.
- Tú crees?- sus mejillas se incendiaron. Que tu ídolo te diga eso es algo que no siempre pasa.
- Claro. Hazme caso. Si quieres puedo darte mi número y cuando vaya a entrenar en algún sitio te aviso y vamos. Podríamos patinar juntos.
- P-pero...mi madre...
- A mí tu madre me la suda. Si se entera, pues le dices lo que hay. Mira mamá, no aguanto más esto. Quiero dedicarme al patinaje sobre hielo. Si me quieres echar de casa, pues échame. Y punto. Y si tiene algún problema, que venga y me lo diga. Si se atreve, claro.
T/N sonrió emocionada y le agradeció miles de veces.
