Chapter 3

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Pov Jm

Estaba entrando en crisis, no sabía que hacer, no estaba listo para enfrentar a Jungkook enojado, lo peor de todo es que era por dos razones: Entre a su habitación cuando no debía y pero aún, rompí su muñeco.

-¿¡Jimin!?- me llamó una vez más, sus pasos se escuchaban cada vez más cerca, puse mis manos en mi boca tratando de no emitir algún sonido. Tenía que hacer algo cuanto antes, tenía que encontrar alguna escapatoria, la ventana no era opción no quería morir tan joven, aunque era más viable que tener que enfrentarme a la furia de mi mejor amigo cuando se entere lo que le hice a mi reemplazo.

Eso es! El muñeco era una réplica idéntica de mi, como no se me ocurrió antes. Me subí rápidamente a la cama y me senté en la misma posición en la cual estaba mi copia, peiné mi cabello y arreglé mi ropa, suavicé mi expresión facial y me metí en mi papel de muñeco.

Segundos después la puerta fue abierta y entró el dueño de mis pensamientos y corazón, se notaba lo desconcertado en su rostro probablemente por no recibir una respuesta de mi parte. Dejo su mochila en su escritorio, se quitó su chaqueta dejando sus fuertes brazos a la vista, peinó su cabello hacia atrás y se sentó en su silla, se notaba un poco sudado probablemente había venido a pie.

No era difícil adivinar que se notaba preocupado, mantenía sus ojos cerrados y con su cabeza atrás, se veía tan sexy. Abrió sus ojos y observó su habitación, hasta detener su mirada en mi, se puso de pie y se acercó a la cama.

Mi corazón estaba latiendo rápidamente que sentía que podría escucharse por toda la casa, estaba temiendo que se diera cuenta y me echara cruelmente, trataba de mantener la calma para que no se diera cuenta.

Posó su mano sobre mi cabello, comenzó a acariciarlo con lentitud, enredando sus largos dedos entre los mechones, bajo su mano hasta mis mejillas sintiendo su cálido tacto y las apretó un poco. Odiaba con todo mi ser que apretaran mis cachetes pero tenía que aguantarme, yo solito me metí en este asunto y ahora no podía quejarme.

Se sentó sobre la cama, comenzó a revisar mi ropa, era posible que se diera cuenta, pues la sudadera del muñeco era azul pastel y la mía es de un tono durazno, pero afortunadamente por el momento todo estaba marchando bien. Hasta que levanto mi sudadera y mi encaje blanco quedo a la vista, tenía que estar preparado por si mi confesión salía bien pero los planes tomaron otro rumbo al andar de metido donde no me llamaban.

Dejo al descubierto mi pecho y pasó sus manos con delicadeza por él área, dibujando líneas imaginarias y apretando un poco mis pezones haciendo que casi soltara un bajo gemido.

Sin duda alguna, esto sería una tortura, una deliciosa tortura. Era mi castigo por el crimen que cometí al decapitar a mi doble.

Afortunado ese muñeco que todos los días tiene a Kook.

De verdad estaba poniendo toda mi fuerza de voluntad por no hacer algún movimiento o emitir algún gemido pero los labios de mi mejor amigo sobre mi pezon, no me ayudaban para nada. Empezó dando pequeñas lamidas y terminó succionando

Mi alma volvió a mi cuerpo cuando alejó sus labios de la zona, se alejó un poco y se puso de pie, tal vez podría huir si se iba.

Pero suerte la mía cuando se quito la camiseta, dejándome apreciar su abdomen marcado y cada uno de los tatuajes que adornaban su piel, una leve capa de sudor lo cubría dándole un aspecto mucho más sexy.

Como deseaba enterrar mi cara en su pecho.

Me contuve de lamer mis labios ante tal vista, ahora mismo solo soy un producto inanimado. Nuevamente se acercó a mi y se sentó en la cama, deslizó su mano tatuada por una de mis piernas, desde el pie hasta posarla en la parte interna de mi muslo, acariciando suavemente la zona.

S*x Doll- Mini Au Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora