HERMOSA PLAYA, MALDITO PROTECTOR SOLAR.
Milly apoyaba sus manos en la ventanilla mientras sacaba la cabeza por la ventanilla. A pesar de que le había dicho que dejara de hacerlo.
Su cabello rubio y corto a los hombros se sacudía violentamente contra el viento.
Su risa se extendía a lo largo del auto y hacia juego con la canción de fondo.
Azote juguetonamente su trasero y jale el cinturón para meterla de nuevo al auto.
Refunfuño, pero acabó setàndose como debía.
—Creo haberte dicho más de tres veces que te metieras dentro del auto, amor —ella volteo hacía mí y bajo sus lentes para mirarme.
—Vamos, no seas tan amargado. ¡Estamos en la Playa!
—Y eso no amerita que te pongas en riesgos colgando del auto.
—No seas aguafiestas, Daddy —hizo un terrible puchero que casi logra que me estacione en medio de la nada y la folle contra el capo.
—Estamos cerca, tal vez el toque del agua helada te calme un poco la hiperactividad.
—Sabes que no lo haramá —se estiro y me besó cerca de la comisura de los labios.
Su pelvis tocó con la palanca cambia, apoyándose unos segundos sobre mis manos.
Su suave ronroneo llego a mis oídos como una dulce melodía.
— Lo bueno es que a estas horas la playa aún está despierta y podemos gozar un tiempo a solas detrás de las rocas —murmuro de nuevo en mí oído, mientras besaba toda la extensión de mí cara.
—Si sigues besándome así terminaremos robando en la arena y no como quieres.
—Está bien, está bien —alzó las manos al aire y se acomoda otro vez en asiento.
Los quince minutos restantes se propuso cantar, gritar y hacer bailes raros al ritmo de Taylor Swift.
Cuando por fin logré estacionar y bajar todo, Milly saltaba como resorte e imploraba que fuéramos directo a la arena.
Le dejé adelantarse y salió disparada a la arena, gritó y Chilló lanzado sus zapatos lejos y comenzó a zapatear.
Acomode la manta, la canasta y las sillas mientras ella hacía vaya a saber que.
Poco a poco al ver qué no le decía nada comenzó a alejarse para meterse al agua.
La lo grita y casi hacer un berrinche cuando algo desconocido le tocó el pie pero se le pasó rápidamente cuando resbaló y cayó de pompas.
—Amelia ven a ponerte protector. El sol ahora sí es fuerte —grite para que pudiera oírme.
Yo estaba sentado en una de las reposeras, traía un sombrero playero, una camisa, mis shorts y una Chancas.
Ella se volteo y negó metiéndose más hondo el agua.
—Amelia. Ven ahora o nos vamos.
Obviamente hizo otro berrinche y se sacudió en el agua, hasta que decidió salir y caminar muy peresosamente hacia mí.
—No me gusta el protector solar, es asqueroso.
—No importa si te gusta o no. La última vez que vinimos a la playa tuviste que dormir boca arriba y aloevera. —una mueca surcó su rostro al recordarlo.
Realmente se había quemado mucho y tuve que llenarla de cremas y ungüentos.
Cosa que por supuesto no le gustaba, todo lo que fuera cremoso y pegajoso, ella lo odiaba.
Todavía refunfuñando. Se sentó al ras de mis pies dándome la espalda.
Empecé por los hombros y su cuello, ella levantó sus brazos, cuando acabe la parte superior se giro y puso una de su piernas intencionalmente en mí pelvis.
—¿También vas a huntarme las piernas, no? —acotó relamiéndose los labios y sonríendo juguetonamente.
Maldita niña del demonio, quieres jugar.
Juguemos.
Apliqué más protector en mis manos y comencé a masajear sus piernas con suavidad y sin prisas.
Jale sus pierna y la acerque más a mí, bajé por sus muslos, llegando a una zona peligrosa, seguía acariciando sus piel nivea mientras mantenía el contacto visual.
La sentí torcerse debajo de mis manos cuando simule arañar sus piel con mis uñas.
Impaciente como siempre se paró y se sentó sobre mí con cada pierna a ambos lados.
La silla playera tembló bajo nosotros, amenazando con caerse si nos movíamos mucho. Eso no nos importó.
—Me toca a mí aplicarte el proyector, Daddy —ella pareció saborear aquel sobrenombre. Una sonrisa juguetona se extendía por sus labios, mientras que la travesura bailaba en el brillo de sus ojos.
—Todavía no terminé, muñeca —sonreí mientras jalaba tentativamente la tira de la parte superior de su bikini.
¿Sí había mencionado que era una playa nudista, verdad?
A ella poco pareció molestarle quedar desnuda en un espacio tan descubierto como lo era la playa. Pues a decir verdad, no había nadie a nuestro alrededor.
—¿Dejarás que juegue un rato contigo? —pregunte tomando su cuello y contorneando su labio inferior con mí lengua.
Un pequeño quejido escapó de sus pequeños labios rosados seguidos de un asentimiento.
—Palabras cariño, quiero palabras. —dije apretando su nalga luego se un juguetón azote que la tomó desprevenida y la hizo brincar sobre mí.
— Puedes hacer lo quieras conmigo, Daddy.
Y eso fue lo único que necesité para empezar el verdadero deleite.
Estaba segura que una sonrisa que podría rivalizar con la del diablo se dibujó en mí rostro.
Mí pequeña Amelia, llevas provocándome todo el puto día.
Es hora de que Daddy se divierta torturando un poco a su pequeña y caprichosa rubia.
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N/a: Buenooo so hola again Peoplee.
Así que después de meses volví a publicar en este intento de lindo.
Tenganme paciencia ok? Me aventuré mucho en este libro por qué soy asquerosamente mala con el Smut (si irónico debido a la temática del libro ya sé). Pero bueno repito hago lo mejor que puedo.
Decidí dividir este cap por ese mismo motivo. Asi que disfruten este y esperen a la segunda parte.
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[✓] ❝𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 ❞ - 𝔐𝔞𝔱𝔱 𝔖𝔪𝔦𝔱𝔥
Fanfiction❝𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘❞ - 𝔐𝔞𝔱𝔱 𝔖𝔪𝔦𝔱𝔥 -𝐏equeños OneShots de Matt Smith siendo el Daddy de Milly Alock _______________ ᴅɪғᴇʀᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇ ᴇᴅᴀᴅ ᴍᴇɴᴄɪóɴ ᴅᴇ sᴇxᴏ ᴅᴅʟɢ ᴄᴀsᴛɪɢᴏs