Herida abierta.

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El adolescente logro romper las cadenas que tomaban sus brazos, pero las demás que tomaban varias partes de su cuerpo no lo logró. Eran gruesas... La gente que vio como lo rompió actuó y muchos hombres de gran altura y gran fuerza le tomaron de los brazos expuestos.

Izan logró escupir tal bozal de su boca, apenas tuvo sus brazos libres y no dudo en rancarse tal cosa de un tiro.

Los mismos hombres lo tomaron y le decían amenazas que se calle o sería peor. A Izan no le importaba, ver a su mamá así en esa clase de situación lo ponía tenso, cómo a cualquiera con una persona especial.

El hombre de negro estaba preparando su hacha, le estaba poniendo filo con mucha paciencia.

Miró a la mujer y vio como asintió un señor que estaba a cargo de tales castigos. El tipo ya preparó el hacha, había terminado y su brillo del arma lo podía notar el hijo, estaba lo suficiente bien como para partir a un humano o animal vivo.

── ¡NO! ¡NO! ¡TE LO RUEGO PORFAVOR NO! ¡HARE LO QUE SEA! ¡ME VOY, NUNCA REGRESARÉ! ¡NUNCA MÁS PISARE ESTE LUGAR! ¡P-PROMETO IRME LEJOS!

Pobre chico, él elevó sus brazos como queriendo abrazar a su mamá pero la mujer que era madre del adolescente no lo miró, tenía su mirada perdida.

El hijo aún suplicaba, decía que haría cualquier cosa pero el señor a cargo del caso solo respondio haciendo una señal para que termine con esto al sujeto que cargaba el arma blanca.

El hombre de negro le hizo caso, así que, elevó el hacha con fuerza y luego bajo para que el hacha se encuentre con el cuello de la chica, el tiempo para Izan se hizo lento en ese preciso momento para su mente y sobre todo, ojos.

Todo lo que lo rodeaba se hizo negro, estaba sintiendo un colapso que lo dejaba con mucho pero mucho dolor, sus brazos se estiraron en busca de tomar a su mamá como un niño pequeño y tenerla entre él y llevarsela.

"Recuerda que siempre seré tu mamá, pase lo que pase, siempre estaré contigo aunque nos separen."

────── Porfavor no me dejes... ¡¡¡PORFAVOR NO ME DEJES!!! ¡¡MAMÁ!! ¡¡MAMÁ!!

El adolescente cayó de rodillas en ese oscuro lugar, se arrastró en el suelo a gatas. El dolor inmenso en su cuerpo era fuerte que temblaba y sentía como si una herida se estuviera haciendo en medio de su pecho. Izan aún tenía el brazo levantado tratando de alcanzar a su mamá todo adolorido. Él la vió como una silueta blanca y pura, tal como una vez lo imagino.

La hermosa mujer y misteriosa del pueblo solo volteo por última vez a mirar a su hijo y dedicarle su clásica sonrisa que le dió a Izan apenas lo obtuvo en sus brazos.

"Losiento." Dijo aún sonriendo inocente, pero sus ojos veían el dolor, decía mucho más que las palabras.

La chica le dió la espalda y a pesar de caminar para irse Izan se levantó como pudo y se fue corriendo a ella para atraparla e irse con ella, parece que estaba al borde del colapso que lo consumía, porque sus ojos que estaban llenos de lágrimas y de su boca que salían llantos o gritos, suplicaban de que no la deje, no quería esto, no lo quería.

Por más que corría rápido tratando de atraparla no la podía alcanzar, era raro pues la silueta de su madre caminaba mientras que el corría, aún así ni podía alcanzarla, al revés, ella se hacía más lejos. De tanto correr se perdió la mujer, ya se había ido.

El joven cayó de rodillas al piso frío de tal sitio oscuro y se cubrió sus oidos. Ya que ese lugar tan vacío y negro se había llenado de risas y burlas, escuchar como esas voces de varios momentos se burlaban de él lo hacían ponerse peor que al cubrirse sus manos temblaban.

🐈‍⬛ - Dinos La Verdad Gatito. (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora