Microrrelato

13 0 0
                                    

Solemos buscar refugio en los demás y muchas veces nos encojemos ante acontecimientos indeseados, nos escondemos en nuestros bunkers particulares llorando por consuelo. Es reconfortante encontrar apoyo, necesitamos de vez en cuando un cimiento suave que nos merma el golpe de la caída o que nos evite tropiezos innecesarios.


Son muy pocos los intrépidos que saltan, los atrevidos a convertirse en pilares. Son los que con fuerza y coraje no sucumben ante sus opresores. Se sacrifican por el bien colectivo. Pueden ser pilares para muchos. Ellos también ceden, aunque jamás se rinden. Eventualmente se apoyan en el colectivo al que defienden. Existen también los osados que protegen indirectamente a la humanidad. Los altruistas que dan su vida por la tierra; el continente y sostén de la vida que tantas veces es amenazado por el hombre y la mujer.


Los héroes necesitan de la humanidad para su existencia. Si la humanidad creyera en sí misma y no tropezara constantemente no requeriría de héroes. Me gustaría creer en un mundo sin héroes, un mundo que no exija ayuda. Quiero creer en un universo que carezca de todo sufrimiento, vanidad y dolor. Mas ¿qué sería de la humanidad sin héroes?


Cada uno de nosotros puede desear en su interior una humanidad ideal, pero dudo en la extinción de las caídas y los saltos. Me muestro escéptica ante la idea de un mundo sin errores.


La vida es un hecho enigmático, los héroes son enigmáticos.

HeroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora