Perdición

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La joven saiyajin caminaba, despacio, sintiendo como a cada paso que daba el mundo se le caía a pedazos, por lo que trataba que su andar fuese tranquilo, para que dicho golpe doliese lo menos posible, tratando inútilmente de qué sirviese como un efecto placebo; y no arreglaba nada, no la calmaba, lógico, no es como si todos los días uno fuese el causante de las desgracias de miles de personas, que perecían a tu costa, tratando de defender su vida y la de sus semejantes, mientras tú eras incapaz de hacer nada, solo observando cómo todo se iba destruyendo, de tal forma que era imposible de controlar el llanto que se te escapaba, chillando a todo pulmón y dejándote la voz en el proceso.
Pan sabía que ella era la culpable de todo, sentía como si fuese el propio ser que causó tantos estragos, el monstruo que mató vilmente a sus padres, sus abuelos, sus amigos, todo...
las plantas, la naturaleza, los seres vivos, ¡¿ahora dónde estaban?!
¿¡Por qué era incapaz de hacer nada, por qué jamás podía defender a otros y quitarse ese estigma de "damisela en apuros" que parecía llevar siempre escrito a fuego en la frente!?
Todo estaba más que perdido, jodido y destruido: el Caos en todo su esplendor hacía cada vez más notablemente su aparición, fuego, muerte, sangre, chillidos agonizantes, súplicas, llantos.
Y la muchacha no hacía más que mirar, en silencio, después de haberse hartado de llorar, sabiendo de antemano que aquella lucha nadie la iba a arreglar, que no iba a venir nadie, que nada lo iba a derrotar, porque, de hecho, la muerte nunca tendrá rival.

-¡Maldito monstruo, joder!-Chilló, desesperada, llevándose las manos a la cabeza y tirándose del pelo, como si su enemigo estuviese en sí misma, en sus acciones, en sus miedos y en todo lo que no hizo, por idiota, por pensar que los demás siempre arreglarían las cosas, y que la fémina jamás debería intervenir, pues, a fin de cuentas, ¿qué iba a lograr hacer, alguien así? Después de lo que sus asustados y doloridos ojos avistaban, ya jamás podría estar en calma-

Bra...
Bra Brief...
la chica de sus sueños...
la de cabellos azulados y mirada color cielo, tal como la pelinegra percibía su alma; su sonrisa, que le provocaba perderse, lo que la quería no tenía número concreto, y lo que le dolió verla caer de la forma en que lo hizo jamás saldría de su angustiado corazón...
la había perdido...
a su amor...
a la que deseó poder tener a su lado siempre...
ya no regresaría...
no viviría para contarlo...
no volvería a escuchar su armoniosa voz...
no tendría otra ocasión de hablarle y contarle cada preocupación, cada alegría, cada derrota y devolverle el favor...
lo había sido todo...
había sido amor...
y odio...
rencor...
dolor...
tristeza...
alegría...
esfuerzo...
fuerza...
tenacidad...
...y todo aquello le había sido arrebatado, todo lo que se merecía, todo, se lo habían arrebatado, se lo habían arrancado brutalmente de las manos...
todos habían llorado...
y Pan Son no pudo remediarlo...

¿Cómo no iba a ser fuerte?
¿Cómo era que no podía serlo?
Más sabiendo las historias de su padres, Gohan y Videl, que lo dieron todo y más para sus sueños y metas alcanzar.
Y sus abuelos, Goku y Milk, con todo lo que ambos habían pasado, le habían advertido e incluso animado a ser fuerte y decidida, ¿por qué, por qué simplemente no podía, con una petición como aquella, una tan sencilla?

Pero debía aceptarlo: jamás podría proteger a nada, ni nadie, por mucho que entrenase, o "mejorase".
Solo le quedaba caer al suelo, devastada, y llorar toda la eternidad a aquellos a quienes no supo cuidar.
Ese era su destino fatal...

Aquel que no podría evitar, que siempre la atacaría, sin parar, sin tregua, sin piedad..
por eso lloró, tirada en el suelo, esperando que lo que tenía que pasar ocurriese de una buena vez, a fin de cuentas, ya nada quedaba por proteger...

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