Dejarse llevar

Consecuencias

     Ya era el día siguiente, y la luz gris del día traspasaba levemente las cortinas blancas de la habitación.

    Como todas las mañanas, Mariana no se tomó el tiempo de ver su celular, por lo cual solo lo tocó para detener su alarma matutina, se preparó para ir al instituto y partió.

     Una vez que salió de casa, sacó su teléfono y se puso al día. Sin embargo, una oleada de mensajes inundó su bandeja de notificaciones.

    Margo🌷
21:16 •  Mariana, ¿Fuiste tú la que publicó esa foto? Dime que no, por favor.
21:20 • Mari, se que estás despierta, cuéntame por favor lo que sucedió. ¿Qué dijo John?
21:30 • MARIANA

     Mariana no entendía lo que sucedía. ¿Que foto?

     Debajo, había otro mensaje directo en Instagram.

  @DannaSilva_
   22: 00 • Hola, Mariana. No se por qué publicaste esa foto, pero se que fuiste tú. De verdad, no se que fue lo que te hice, pero por favor bórrala. ¿Que es lo que quieres lograr con todo esto? Ya pasó un año y las cosas han cambiado, yo he cambiado.  De verdad, elimina esa foto, por favor.

    22: 15 • Es por lo de John, ¿verdad?
Oye, en serio que nunca fue mi intención herirte, de verdad me gusta desde hace mucho tiempo, y dió la casualidad de que....

     Mariana cayó en cuenta a que se refería Margo y Danna con lo de la foto. De repente, los recuerdos de lo que había hecho la noche pasada inundaron su cabeza, recordó cómo se sintió al ver a John junto a Danna, y lo que hizo cuando llegó a casa.

     El mundo de Mariana comenzó a temblar. Y su cuerpo comenzó a sentirse más pesado de lo normal.

    Entro a Instagram, y efectivamente, ahí estaba la foto. No tenía descripción, por suerte.

    La culpa y el arrepentimiento se abalanzaron en el cuerpo de Mariana como un tsunami.

    ¿Qué había hecho?

     —No, no.....

     Lo más apresuradamente posible, eliminó la foto, y a su vez, la cuenta de Instagram que había creado para publicarla. Ni si quiera vió a los dos lados de la calle mientras la cruzaba, por lo cual casi es atropellada. Se sentía mareada. No sabía quien la había poseído la noche anterior, pero eso no era en lo absoluto algo que ella haría.

    Cuando llegó al instituto, no vio a Danna por ninguna parte. Corrió por todos los pasillos en busca de ella, sin resultado alguno. En un momento de su busqueda, chocó bruscamente con el pecho de un estudiante.

     —¿Mariana? —dijo John, alejándose lentamente mientras se sobaba el pecho—. Mariana, ¿Qué fue lo qué pasó?

    —John, de verdad, yo no...

     Al ver la muchacha no decía nada más, él pelinegro agregó:

     —Danna ayer me contó todo.

     «Todo» Pensó la Mariana.

     —¿Todo?

     —Todo - Afirmó él, cruzando los brazos sobre su pecho.

     —John, de verdad, no se que fue lo que me sucedió —Balbuceó Mariana.

     —Oye, tú no harías algo así...

     —De verdad, lo siento demasiado. 

     —¿Lo siento? No es conmigo con quien te tendrías que disculpar.

     Mariana tomo aire, desesperada.

     —Te juro que he estado buscando a Danna por todo el instituto, pero no la encuentro.

     El semblante de John se oscureció por completo. Al parecer, la noticia no pareció sentarle nada bien.

     —Desde ayer no me responde mensajes ni llamadas. 

     Mariana miró hacia todos los lados con la esperanza de encontrarla, sin embargo, se rindió en el acto.

     —Ya borré la publicación —dijo Mariana mirando hacia el suelo—. Apenas caí en cuenta de lo que había hecho, la eliminé. Lo siento tanto...

     John se le quedó mirando por un rato, totalmente pasmado, hasta que  el timbre para entrar a clases sonó y se dirigió a su sala, dejando a Mariana completamente sola en ese oscuro pasillo.