¿Estoy flotando?

565 36 2
                                    

No dejaba de recordar la extraña sensación que sentí en el bat mitzvah de Benjamín. Me sentí en otro mundo. ¿Qué pudo haberlo causado?

Me encontraba hablando con Mateo mientras caminábamos por los pasillos del asilo.

-¡Uy, ya llegaron los libros!- Dice la señora O'Leary emocionada.

-Shh.- Dice una chica para callarla.

Qué perra.

-Al parecer la señora O'Leary se quedó sin libros.- Le digo a Mateo mientras pasábamos al lado de ella. -Tranquila señora O'Leary, le buscaré un libro que seguro le encantara, solo deme unos minutos.- Le digo para caminar hacia donde está la chica.

-Oye, la señora O'Leary necesita sus libros.- Le reclamo a la chica.

-¿Anna?- Dice la chica o más bien Stace al voltearse.

-¿Stace? ¿Qué haces aquí?- Pregunto.

-Estoy siendo voluntaria.- Dijo señalando su papel que decía "voluntaria".

-¿Y ustedes qué hacen aquí?-

-Creí que sabías que era voluntaria con Mateo y Andy.- Le respondí.

-Anna, pedí un Uber para ir a mi casa, ¿vienes?- Dice Andy.

-No, para la próxima.- Le respondo.

-Bueno, me tengo que ir. Adiós.- Dice Andy para luego irse.

-Sí, claro, me gusto verte por aquí.- Dice Stace.

-Sí. Igual.- Le respondió Andy sin interés.

Andy caminó, e hizo unos movimientos frente a un señor con su balón de basquetbol mientras decía "muy lento abuelo."

-Dios, qué idiota.- Dije riendo levemente, pues fue muy gracioso. -¿Quieres hacer algo con Mateo y yo?- Le pregunté a Stace.

-Claro.- Responde.

Mateo, Stace y yo estuvimos toda la tarde haciendo manualidades mientras bromeábamos y reíamos.

Al parecer, Stace se dió cuenta de que estaba equivocada y el asilo no era tan malo como ella pensaba.

-¿Quieren ir por unas hamburguesas?- Pregunté. -Yo invito.-

-¡Claro!- Responde Stace.

-No puedo, tengo que cuidar a unos perros, me ofrecí de voluntario.- Dijo Mateo encogiendo los hombros. -Tal vez otro día.-

Cuándo llegué al restaurante recordé que algo que nunca le había preguntado a Stace.

-Stace, nunca me dijiste que pasó el día que fueron a casa de Kym.- Le dije.

-Bueno...- Stace comenzó a contarme.

Al terminar la historia de como Stace casi se mata por haberse tirado al acantilado y accidentalmente su toalla sanitaria se saliera.

-¿Todo se rieron?- Pregunté.

-¡Sí!- Respondió Stace. -Hasta Lydia. Desde ahí comenzó todo.-

-Tal vez no quiso hacerlo. Probablemente, lo hizo por presión- Dije. -¿No crees que deberían arreglar las cosas ya?- Pregunté.

-No lo sé.- Respondió.

Esto tenía que parar. Y yo ya tenía mi plan. Nadie se quedaría con Andy Goldfarb.

-Ya me tengo que ir Stace.- Digo apurada recogiendo mis cosas.

-Adiós...- Dijo Stace, sin terminar de decirlo porque ya me había ido.

Fui lo más rápido a casa de Tara.

-¡Tara, necesito tu ayuda!- Dije mientras tocaba la puerta desesperadamente.

-¿Anna? ¿Qué pasa?- Preguntó Tara asustada.

-Tengo un plan. Andy no se quedará con nadie y así Stace y Lydia podrán reconciliarse.- Expliqué apurada.

-¿Qué?- Preguntó confundida.

-Seré muy amiga de Andy y haré que se enamore de Kym.- Expliqué. -Serían la mejor pareja, ¿verdad?- Pregunté.

-No lo sé...- Dijo Tara. -¿Y si no se gustan?- Preguntó.

-Tendré que recurrir a mi plan b.- Dije con una pequeña sonrisa.

-¡¿Hacer que se enamore de ti?!- Preguntó.

-No.- Dije asqueada. -Matarlo.- Respondí. -Es broma, obviamente.- Dije riendo.

-Bien. ¿Y cuándo empezarás?- Preguntó.

-Justo ahora.- Respondí para luego sacar mi teléfono y llamar a Andy.

-Oye Andy, habla Anna.- Digo. -¿Quieres salir hoy?- Pregunto.

-Claro, sí, sí.- Dice.

-Bueno, en el parque nos vemos.- Dije antes de colgar.

-Listo.- Dije alegremente. -Lydia y Stace volverán a hacer amigas.- Dije saltando con emoción.

Caminé unos minutos para llegar al parque, el sol brillaba más de normal, y hacía demasiada calor.

-Me estoy asando.- Le dije con una pequeña risa a Andy.

-Igual, y bueno, ¿qué quieres hacer?- Preguntó.

-Sígueme.- Le respondí.

Vengo a este parque algunas veces, hacen actividades para niños pequeños y eso significa que hay muchos juegos... Pero mi favorito sin duda es el trampolín.

-No puede ser.- Dijo Andy. -¿Un trampolín?-

-¿Qué? ¿No te gusta?- Pregunté.

-¡Claro que sí!- Responde. -Es mi favorito.-

Andy y yo empezamos a saltar en el trampolín. Sentía que cada vez saltaba más y más alto.

Por un momento Andy y yo chocamos nuestras miradas mientras reíamos.

¿Estoy flotando?

Colorido Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora