Capítulo V

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|Narrador Omnisciente|


El fuerte tiembre de aquel celular taladro en los oídos de él. A Luke le irritaba el ruido por las mañanas, pero pareció olvidar ese pequeño detalle cuando se dio cuenta que estaba en un lugar que no era su habitación, sino de alguien más, y se percató que un pequeño cuerpo dormía aferrada a él, cosa que lo hizo sentir nervioso pero a la vez bien, de una forma que no lograba comprender. Después de divagar como había llegado hasta aquella casa, se percató de que el celular que se encontraba sobre la mesa de noche volvía a sonar taladrando sus oídos, y por un momento se pregunto como Samantha podía tener el sueño tan profundo que aquel molesto ruido no la despertaba.


-Sam, hermanita, llegaré hasta la noche, la madre de Joe me invitó a ir de campo con ellos...- se escuchó la voz de un chico un tanto infantil, al otro lado de la línea.


-¿Hola?- Luke no sabía lo que hacía pero solo había atinado a contestar la llamada entrante del teléfono de ella.


-¿Quién eres?- preguntó el chico al otro lado de la línea.


-Luke- dijo el rubio pero después se sintió estúpido, aunque no se le podía culpar no era de convivir demasiado con personas.


-¿Y dónde está mi hermana?- parecía por el tono de voz que al chico todo esto le resultaba gracioso.


-Ella sigue dormida- dijo Luke encogiéndose de hombros sin saber porqué lo hacía. Por inercia miró hacía Samantha quien permanecía dormida aún.


-Típico de ella, cuando despierte dile que llame- dijo el chico.


-Claro-finalizo el rubio sintiéndose confundido por lo que acababa de pasar.


Sabía que era imposible poder volver a conciliar el sueño, miró la hora en el teléfono de ella y se sorprendió de que no fuese ni tan temprano como pensaba, ni tan tarde como imaginaba. No quería despertar a Samantha, Luke no quería llegar a casa aún, sabía que sus padres asumieron que estaba en casa de Calum o con Michael. Luke sintió cómo su estómago comenzaba a quejarse del hambre que sentía, así que se puso de pie y caminó hasta la planta baja para después dirigirse a la cocina, sabía que era  de mala educación  tomar comida de la casa de alguien a quien apenas conocía, así que se decidió por cocinar un desayuno para los dos, era buena idea para demostrarle que estaba dispuesto a entablar una amistad con ella, ahora que Samantha compartía su secreto.




Samantha sintió aquella poderosa necesidad de despertar,tenía una inmensas ganas de ir al baño y un hambre que amenazaba con consumir sus propias entrañas si no atendía a ello. Así que lo hizo, más dormida que despierta se puso de pie y caminó flojamente hasta el baño de la planta alta de la casa, cuando esto sucedía y ella se espabilada recordó a Luke, ¿acaso él se había ido sin decir nada?, entonces volvió a su habitación y la ropa de él aún estaba sobre la silla de su escritorio, él no se habría ido en pijama, ¿o sí?. Ella bajó hasta la cocina y se encontró con la escena que nunca creyó ver, aquel chico de lindos ojos azules le cocinaba el desayuno, había dos platos sobre la mesa, junto con un par de vasos con jugo, ella no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta de lo lindo que él estaba siendo.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2015 ⏰

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Esclavo del Espíritu |Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora