Brujos en apuros || Haikyuu

Prólogo

— El sentimiento de despertar puede impactar de varias maneras al ser humano. Muchos se despiertan alegres, queriendo vivir como nunca lo hicieron, otros enojados al pensar en levantarse de la cama. Sin embargo, no muchos viven lo que nuestro lamentable  protagonista siente: los colmillos prominentes de un dragón. —

— ¿Qué mier...? ¡Ah!, ¡Mamá, papá!, ¡Alguien! — Gritó el hechicero, intentando golpear torpemente el hocico del dragón. Sudor bajando por su rostro mientras movía sus piernas para golpear la lengua apestosa de su contrincante. Una posición claramente incómoda es cómo se definían las mañanas para Oikawa Tooru, un joven que simplemente quería vivir en paz.

— Sus acciones no lo hacen digno de ser un brujo poderoso; pero créanme cuando les digo, él y su pandilla son grandiosos juntos. —

— Kuroo, ¿podrías dejar de hablar con esa maldita voz elegante y salvarme de una vez por todas? Esto no es divertido — Demandó Oikawa, el cuál tenía la mitad de su cuerpo en la boca del dragón.

El mencionado volvió su mirada al hechicero, tomándose unos segundos para pausar su video, y levantarse de una vieja — y apestosa — silla.

— Eres un asco, ¿por qué no puedes apoyarme en mi sueño de ser youtuber? ¡Ya tengo siete visitas anuales! — Exclamó el moreno, tomando la mano de su compañero, dejando que el brujo apoye todo su peso en él y se librará del enemigo.

Nótese su dejo, ésta persona es la que arruina el sueño del protagonista, a pesar de sus malos encuentros, han sido mejores amigos durante toda su vida, siendo cercanos debido a sus lamentables condiciones.

— Porque... — comenzó, un ceño fruncido adornó la cara de Tooru, irritado por la ignorancia de su amigo — ¡jamás se ha visto a un intento barato de "líder espiritual" subir videos a YouTube sobre su compañero de vida muriendo!

Una persona que no los conoce diría que son enemigos fingiendo llevarse bien, en todo caso, tendría razón. Sin embargo, lo de fingir lo han llevado tan bien que ahora, por inercia, son amigos, o eso es lo que trata de pensar Oikawa.

— No son sólo videos... Es mi estilo de vida, madre, y no dejaré que me quites mis sueños de esa manera — Exclamó de vuelta, intentando imitar la personalidad de una doncella que vió en la televisión.

— Para, por favor, por estas cosas niego conocerte... — Murmuró, usando un tono diferente para demostrar su vergüenza actuada. Lo que decía era mentira, muchas veces el hechicero presumía a su amigo, intentando buscarle algo positivo para que no lo odiaran tanto. Si les preguntan a los campesinos el por qué, todos te darán la misma respuesta: Oikawa no quiere ver a su mejor amigo ser quemado.

— Pft, claro, repítete las cosas que quieres creer.

Pero ambos saben que las cosas no se quedarán así para siempre, ambos saben que en cualquier momento, el miedo de ambos se hará realidad. Para Oikawa, su miedo es volver a encontrarse vacío. Para Tetsuro, es que Tooru vuelva a encontrar su antigua mitad.

— Nadie debe saber eso — Murmuró Kuroo mirando al piso, sabiendo que esa pequeña voz en su cabeza lo delataría también, que en cualquier momento, esa voz se haría realidad.

Disfrutó ese silencio casual entre ambos, jugando con sus pies, esbozando una pequeña sonrisa al ver esa piedra moverse de un lado al otro por el simple hecho de que su pie la esté moviendo.

— Eh... — Musitó el hechicero, casi hipnotizado por lo que su amigo estaba haciendo — Lo que sea, alístate Kuroo, haré el desayuno para ambos, tú busca la información del nuevo pueblo.

— Capitán, sí, capitán — Afirmó el moreno vivaz, colocando su mano derecha en su frente. Después de unos segundos, su posición volvió a la normalidad, sin embargo ahora tenía una expresión confundida — ¿De qué pueblo estamos hablando?

— Ugh, ¿para qué te pago? Me refiero a Laperra. — Respondió una voz lejana, por supuesto, mientras Kuroo hacía un show terriblemente aburrido, Oikawa ya se había puesto a trabajar.

— ¡Já! En primer lugar, ni siquiera me pagas, en segundo lugar, es Laputa, ignorante. — Se defendió, cruzando los brazos para demostrar su "enojo".

— ¿No es lo mismo? Suenan igual de vulgar, déjame en paz, estoy ocupado con los huevos. — Añadió, mirando a su sartén sucia, y con una arcada, rompió dos huevos y los comenzó a freír.

Definitivamente, sería un día demasiado largo, con muchos adjetivos "negativos" para añadir, y sólo cuatro considerados normales.

————————————

Capítulo corto para darle la bienvenida a nuestros lamentables amigos, Oikawa Tooru y Kuroo Tetsuro.

Por si necesitan un poco de ayuda, las narraciones que comienzan con un guion largo son relatos de Kuroo para su estúpido blog.