— De acuerdo, tenemos 15 años y habrán muchos chicos que querrán salir con nosotras.
Rio suavemente— Lo sé. Ve al punto, Annie.
Suspiré— Solo prométeme, prométeme. Qué ninguno de ellos será Tyler. Por favor, no el idiota de mi hermano.
Frunció el ceño— No entiendo.
— Sólo hazlo, Care. Eres mi mejor amiga y.... te amo.
Sonrió con cariño— También te amo, linda.
— Lo sé —la observé fijamente— ¿Lo prometes?
— Lo prometo —rodo los ojos burlona.
Y para confirmar, eleve mi mano hacia ella. Extendí mi dedo meñique dándole a entender lo que pretendía, ella lanzó una carcajada, pero de igual manera entrelazó nuestros dedos.
Sellando nuestra promesa.
O eso creí.
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Años más tarde...
Mi boca se seco al ver la imagen frente a mi.
Sentí mis ojos llenarse de lágrimas ante tal escena.
— ¿Qué carajos?
Mi susurro llegó a oídos de ambos, se separaron abruptamente.
Yo por mi parte estaba petrificada en la puerta.
— Mierda —siseo Tyler, la culpa reflejada en su rostro.
— Annie...
Caroline se levantó de la cama, en donde hace segundos estaba enrollándose con mi hermano.
Me aleje de ambos decepcionada, soportaría todo menos esto.
Esto no.
— Annie, yo... hay una explicación.
— No es posible.
Me giré saliendo de la habitación, baje las escaleras sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas aún más. Sentí los pasos apresurados de Caroline pisando mis talones.
— ¡Annie, espera!
La ignore siguiendo mi camino en dirección al auto de Damon, mi amigo me lo había prestado por una corazonada.
Y vaya mierda.
La voz de la rubia detuvo mis pasos, sus lamentos llenos de dolor y súplica.
Me giré hacia ella con pesadez— ¿Esto es lo que estuviste ocultándome?
— Annie, no se suponía que lo descubrieras así —nego entre lágrimas.
— No querías que lo supiera nunca de echo, ¿cierto Caroline?
