El joven Gilbert entra a la casa cansado, pero no físicamente si no más por el lado de lo emocional.
El echo de que sus amigos odien a la chica que ama, no es algo lindo con lo que vivir.
Escucha voces en la cocina, con un suspiro se acerca a ver qué sucede.
Todos guardan silencio al verlo de pie en la puerta.
Jeremy pasea la vista observando el rostro de todas las personas.
Frunce el ceño con desconfianza.
— ¿Qué sucede? —interroga Jeremy al verlos a todos planeando algo.
Al ver que no se iría sin una respuesta, Damon responde:
— Planeamos matar a la chica Mikaelson. Es la debilidad de Klaus después de todo.
El joven disimula su preocupación, mirándolo con aburrimiento.
— ¡Damon! —reprocha Elena.
El vampiro la mira confundido— ¿Qué?. Ya es bastante grandecito como para quedarse fuera de la acción.
Su hermana lo mira mal.
— ¿A cual hermana específicamente? —Jeremy temió la respuesta.
— Anneliese.
La respuesta de Stefan lo helo completamente.
Bajo la vista a la mesa y cuando vio lo que había en ella, Jeremy Gilbert quiso morir.
Agradeció que todos estaban observando los planos y notas en la mesa, de lo contrario hubiesen notado como empezó a transpirar frío.
Ya había perdido a muchas personas, no la perdería a ella también.
Metió una excusa y salió de la casa rápidamente.
Al corroborar que no lo seguían subió rápidamente al auto y condujo hacia un departamento.
Su pecho se movía con cada respiración agitada, gotas de sudor caían por la frente del adolescente. Sus manos apretaban con tanta fuerza el volante que sus nudillos se volvieron blancos.
Aceleró a fondo y sintió la sangre en su labio, lo libero al notar que se estaba lastimando.
Al ver el edificio freno de golpe, causando un chillido en los neumáticos. Abrió la puerta y corrió hacia el lugar.
Subio las escaleras como si su vida dependiera de ello.
Abrió la puerta de un tirón luego se usar su llave, sus ojos pasearon por la habitación con desesperación.
— ¿Jer?
Suspira al oír la voz suave de su novia.
Cierra la puerta dejándose caer, pasa saliva con dificultad. Cierra los ojos al sentir unas delicadas manos tomar su rostro.
Las lágrimas de alivio salen sin pudor, alza sus manos enredando los brazos en la cintura de la chica arrastrándola hacia él. Quedando el sentado contra la puerta con Annielise sentada sobre su regazo, su costado descansando contra su pecho. La barbilla de Jeremy descansa sobre la cabeza de Annie. Se aleja y la mira desde arriba.
Annielise lo observa preocupada y extasiada al mismo tiempo. Sus grandes ojos marrones lo inspeccionan con curiosidad, suspira dejándose abrazar, ya que el adolescente no da indicio de querer dejarla ir. Se acerca a él y lo besa profundamente. Un gemido sale de lo profundo de Jeremy que hace a Annie temblar.
El se separa observándola con tanta admiración y amor que Anneliese Mikaelson por primera vez no se siente digna de merecer tanto.
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