One Shot- The Vampires Diaries

07/ Klaus Mikaelson

Separarme un tiempo del caos que llamó vida no está del todo mal.

Recorriendo el mundo tratando de evitar cruzarme con Damon, no lo odio es mi hermano después de todo. Pero a veces cansa.

Ya no puedo contar con las manos cuantas veces salve a Stefan, mi querido hermano de nuestro hermanito endemoniado.

Alejarme por un tiempo es lo mejor, tal vez unos años o unas décadas.

Y creo que Nueva Orleans es la mejor opción, para una vampira como yo. Mi cabello se ondea con el viento mientras deambuló por las calles, veo a las personas reír y celebrar sus sonrisas me contagian.

- Hermoso, ¿Verdad?

Me volteo, y mis ojos caen en...

- ¿Klaus?

El rubio de ojos verdes se acerca a mí vistiendo un traje blanco que le favorece demasiado.

- Tanto tiempo, amor.

Ruedo los ojos.

- Sabes que llamar por ese apodo a todas hace que pierda el efecto.

Baja la cabeza con una sonrisa y me mira sonriendo de costado.

- Es diferente para ti.

Rio suavemente, caminando a su lado.

- Claro.

- ¿Qué haces aquí?

- Camino.

- Annie.

Suspiro.

- Necesitaba un cambio de aires, alejarme un poco de... todo.

Asiente, comprendiendo.

Nos detenemos frente a una hermosa casa. Admiro la vieja estructura sabiendo que el interior sera de admirar.

- Es tu hogar.

No pregunto.

- Mío y de mi familia.

Mis ojos brillan, el se burla de ello. Lo ignoro preguntando por mi amigos.

- Aún no entiendo cómo es que a ellos los adoras y a mí me odias.

Me encojo de hombros, sin responder.

- Rebekah está en una fiesta, con un acompañante.

Sonrió.

- ¿Donde?

Me tiende su mano, no la tomo.

Suspira con un pequeño asentímiento.

- Vamos.

Luego de un trato en silencio llegamos a la fiesta, busco con la mirada a mi amiga rubia. Hasta que la encuentro, lleva un vestido blanco con el cabello recogido, está hermosa.

Yo por otro lado llevo un vestido azul y el cabello color chocolate suelto, cae en forma de bucles hasta el final de mi espalda.

Klaus se pierde por la multitud, buscando al acompañante de Bekah que por sus palabras comprendo que es su amigo lo cual me sorprende. Lo encuentro compartiendo un trago con un joven que está de espaldas a mi.

Rodeo a las personas que están bailando y me acerco a su mesa, suspiro con cansancio al ver quién es la persona que está tomando al lado del original.

- ¿Stefan?

El castaño levanta la vista encontrándose conmigo, su sonrisa se engancha y se para de donde está sentado para venir hacia mi con euforia.