1945- Hiroshima y Nagasaki

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Los temblores continuaron y las náuseas aumentaron a medida que las horas pasaban, el costado de su rocosa superficie quemaba como si el mismo Sol lo hubiera incendiado con sus rayos solares.

Se sentía enfermo, débil y asustado.

Su vista era borrosa y sus lágrimas le quemaban los ojos, está convencido en este punto que esta ciego a causa de los químicos que penetran en su corteza.

¿Este es el precio de tener vida? ¿De albergar la mayor creación jamás vista dentro el? Lo odia, lo aborrece, quiere cambiar de lugar y que otro sufra este inmenso dolor en vez de el.

Pero no puede hacerlo porque el es único capaz de soportar este dolor, esta carga llamada humanidad.

Esta condenado a su muerte, simplemente lo sabe.

Los gritos desgarradores de aquellos inocentes resuena en sus oídos, como una sinfonía macabra donde el es la única audiencia presente. Recordándole el sufrimiento, el dolor y la injusticia que ocurre sin que el pueda intervenir.

Y el grita.

Llora y golpea la nada buscando una escapatoria para aquella sensación de horror tan desagradable que surgen y se asienta en el interior de su núcleo. Como un cáncer que se expande y desnutre su vitalidad.

Quiere que todo se detenga, llama a su Luna en un llanto auxilio, buscando refugio en sus brazos porque creé que se esta rompiendo.

Creé que se esta muriendo.

Con los ojos ciegos y la garganta apenas funcional busca inútilmente su amada Luna sin resultados, dejando un vacío en su frágil mente.

En este punto de no retorno, desea un milagro, una salvación divina que acabe con su sufrimiento. Rezando a un inexistente Dios misericordia por ser el contenedor de su horrorosa creación.

Y asi, en un colapso mental contemplando en lanzarse al sol en busca de alivio, la segunda bomba cae.

Fecha de caducida ║SolarballsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora