capítulo 1

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Hola, primero que nada me voy a presentar. Me llamo Jason, y soy como muchos me han llamado con el pasar de los años: “El coleccionista”, título del que sinceramente estoy muy orgulloso. Se preguntaran porqué tal título, no? Bueno, desde mi niñez tuve ciertos comportamientos que no muchos veían con buenos ojos; tenía una leve obsesión con saber cómo se veía la anatomía de los seres vivos, tenía la manía de traer a pequeños animalitos a la puerta de mi casa con un poco de alimento. Ya que tenía la fortuna de vivir cerca de un bosque, se me era muy sencillo que lleguen a mi. Nadie sabía de esto ya que mis padres casi siempre estaban trabajando, con tan solo 9 años ya me dejaban solo dada mi avanzada madurez mental. Desde chico era muy correcto en muchos sentidos o tal vez eso era lo que quería demostrar jaja. Cuando mis padres se iban de casa me dejaban unas 8 horas a mi disposición para que pudiera ejercer mis….como quien dice, “obsesiones”.
A veces tenía suerte de atraer a algún animal y otras veces no, era depende la carnada que empleaba, me daba cuenta de que las verduras no eran muy eficaces, pero si la carne cruda; atraía bastante por su fuerte aroma. El problema era que tenía que guardarme trozos por la noche porque mis padres eran muy estrictos y controlaban todo, y cuando digo todo es TODO. El primer día no tuve suerte pero ya el segundo si, un bello y pequeño felino sucumbió a la carne que había colocado en la especie de trampa que con mi avanzada inteligencia pude fabricar. Tenía un mecanismo de cierre con un clavo por dentro, para que cuando el animal tire de la carnada el objeto punzante perfore su cráneo con fuerza y sin hacer sufrir tanto a la criatura. Ese día cuando vi como el clavo perforaba su cráneo y dejaba ver esa sangre tan modestamente bordó, fue el mejor día de mi vida. No se cómo explicarlo, fue como si una explosión de éxtasis hubiese inundado mi cerebro.
Tomé al animal de su cabeza y podía sentir como convulsionaba sobre mi mano, la deslice suavemente hacia abajo dejando a la vista el enorme clavo que dio fin a su vida. Que bella y retorcida sensación fue la que sentí en ese momento, parece ayer, es hoy todavía que pensar en la sangre de ese animal me hace querer volver a retomar mi título. Luego de quitar al pobre pero ya liberado animal lo lleve a mi habitación, más exactamente mi closet, donde mamá nunca entraba porque me exigía siempre que yo mismo me guardara mi ropa. Así que era la excusa perfecta para saber que nunca descubriría mi pequeño lugar al que yo llamaba “el jardín de la serenidad”, jaja. Lo había escuchado en la TV, en un programa de animales exóticos, coloque el cuerpo sin vida en el suelo sobre una manta, luego fui a la cocina y tomé las cuchillas de mi papá que con mucho esmeró siempre cuidaba. El filo de las mismas era sorprendente. Tomé su cabeza con mi mano izquierda y con la derecha empleando el cuchillo lo inserte muy sutilmente en sus globos oculares haciendo palanca hacia fuera, que hermoso era sentir como los nervios se desprendían de las órbitas, ahhhhhh…….Era tan hermoso conocer cómo era un animal por dentro. Unos minutos más tarde, ya había descuartizado casi la mitad del animal, separando todos sus órganos y poco a poco fui despellejándolo, separé todo y lo guardé en frascos con agua que en mi ignorancia no sabía cómo se conservaban. Ya está, mi objetivo ya lo había cumplido exitosamente. Mis padres mucho no se preocupaban por mi, ellos solo trabajaban y trabajaban, se podría llegar a decir que materialmente estaba excedido pero en lo que respecta a amor familiar estaba muy escaso, eso mucho no me importaba ya que mi mente estaba empapada de ese crudo y virgen sentimiento que solo yo entendía.


Mi vida social era un mártir para mí, en la escuela era el “rarito”, nunca encaje en ningún círculo con nadie, es más, sufría de mucho bullying de parte de mis compañeros. Esos maltratos que fui sufriendo a diario los silenciaba con el chillido agónico de esos animales. Unos años más tarde, específicamente 3, ya con 12 años y una muy grande experiencia autodidacta de anatomía animal, fue creciendo aún más mi sed por querer saber más y más de este bello mundo. Los maltratos en el colegio se fueron agravando cada vez más, los chicos ya no me insultaban o escupían, ya había subido un nivel más, ahora esperaban que fuera a orinar y cerraban la puerta del baño con tranca y me golpeaban duramente, el odio que tragaba y tragaba era inimaginable. Lo peor que me pudieron hacer y que hizo un click en mi cabeza fue que uno de ellos defecara sobre mi rostro magullado y lacerado, pude sentir como su excremento caía sobre mi rostro y boca. Me anulé por completo, mi cerebro se apagó para no sentir tal agonía. Ese día el poco amor que podía quedar por los seres humanos se desvaneció en el aire como si de un suspiro se tratara. Me levanté frío y sin nada en mi mente, caminé hacia la salida del baño arrastrando mi portafolio orinado y salí al pasillo. Podía ver cómo todo el mundo se reía de mi, pero no los escuchaba, seguramente por el excremento que había tapado mis oídos. Por parte agradecí eso. Con mis ojos irritados por la orina, el olor a la materia fecal y la sangre de mis heridas, salí de la escuela, llegué a mi casa y como siempre mis padres no estaban. Me metí a la bañera y dejé que el recurso más transparente de la tierra lavara mi alma, las lágrimas se iban con toda mi humanidad por el sumidero, ese día murió Jason y nació un ser lleno de odio y oscuridad.


Mis padres habían llegado del trabajo y fueron a mi habitación y me vieron limpio pero lastimado, y que creen que me dijeron? NADA, ABSOLUTAMENTE NADA!!. Vieron que me encontraba vivo y listo, eso bastaba para ellos. No me hice mucho drama ya que no sentía nada de nada por dentro, solo mire a mi madre a los ojos fijamente con una mirada vacía, y así me quedé mirando 2 horas la puerta de mi habitación luego de haberse cerrado. Lo único que pasaba por mi cabeza era como tenía que actuar de ahora en más respecto a aquellas personas que liberaron a ese bello ser que me había convertido. Me acosté con mi sonido de lluvia que ponía en la TV para poder relajarme, cerré mis ojos y un nuevo mañana me esperaba.

Si les gusto denme su opinión para el segundo capítulo, este es solo el comienzo del mal,desde gracias por haber leído este primer capítulo.

el coleccionista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora