FLORES [ONE-SHOT]

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Nunca les dirá lo que le ha estado pasando.

Todo lo que le ocurre es cuestión de él mismo y nadie más.

Nunca buscará perjudicar a los demás en sus problemas.

Pero... Aún así, duele.

Duele tanto que sus pupilas llueven todo el tiempo.

Duele tanto que cada latido de su corazón es una punzada de dolor.

Duele tanto, que hasta el Hanahaki se ha plantado en su interior.

Ya perdió la cuenta de cuántas veces ha muerto por esa enfermedad, aquella que lo condena a hacerle saber que nunca es amado como él lo hace.

Su ausencia no es tan sólo por el trabajo de ser una parca, sino que busca alguna manera, una cura para aquel mal que lo persigue a donde quiera que vaya.

Todo comenzó... Cuando finalmente aceptó sus sentimientos.

Admitió que de su corazón brotó un sentimiento, uno prohibido.

Y lo sabía, él lo sabía que lo que sentía estaba mal, que no era lo correcto.

Pero aún así, intentó hablar con aquella persona que le robaba el aliento, aquel con quien se sentía seguro. Aquel que lo protegía, le enseñaba e incluso jugaban y compartían un pequeño hijo juntos.

Su bendición, aquel pequeño huevito quien los junto en primer lugar.

Chayanne lo era todo para ellos, jamás se perdonarían si algo le llegase a pasar.

Pero aún así, La Muerte Misericordiosa intentó platicar con él, su pareja platónica acerca de sus sentimientos.

Pero no pudo hacerlo, no después de haber escupido unos pétalos esa misma mañana.

Él lo sabía, sabía que era aquella enfermedad, y no podía sentirse más miserable que el mismo día que descubrió que su amor fue tan grande que la enfermedad tuvo que llegar a decirle: "no lo hagas, él no te ama".

...

El tiempo pasó, y el esqueleto cada vez se fue haciendo más débil.

Por suerte, sus ropas le ayudaban a cubrirse gran parte de su cuerpo, por lo que podía pasar desapercibido la mayoría del tiempo.

Pero cuando el problema se hacía cada vez más grande, las flores se lograban remarcar en su ropa y ya no podía salir sin ser cubierto por una larga y holgada túnica que lo cubría desde su cuello hasta la punta de sus pies.

Cada mañana, se levantaba con el espantoso dolor en sus entrañas, eso si es que no lo levantaba a mitad de la noche causando que nunca pudiera reconciliar un descanso pleno.

Sentía como las raíces y las flores comenzaban a abrirse paso, abriendo y perforando cualquier cosa que tuvieran enfrente; los huesos, la piel, obstruian las venas y sus pulmones también. El oxígeno muchas veces era insuficiente, pero lo disimulaba perfectamente.

Al ser un ser no mortal en este mundo causaba que su sufrimiento fuera más eterno, más doloroso y duradero.

Las flores que crecían dentro de él eran siempre rojas, color carmín como la sangre y también grandes, como el amor que sentía hacia él.

Rápidamente se fue al baño y vomitó allí, o más bien, escupió todas las raíces, pétalos y flores que no lograron adherirse lo suficiente como para evitar ser desechadas de su cuerpo.

Su boca le dolía, ¿acaso flores brotaran de sus encías?

Sentía fuertes punzadas en la cabeza, ¿crecerán pétalos en vez de cabello a partir de ahora?

Feathers & FLORES [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora