EL MANTO VIEJO
Campanilla, ¿recuerdas cuando no comprendías lo que era sufrir por mi cuerpo?
Ya sabes y comprendes que todo no lo puedes comprender de una vez, tiene que ser poco a poco como te lo puedo ir revelando.
Sabes cómo fue escrito el Evangelio y por qué lo escribieron, para que cuando los discípulos que estuvieron conmigo no estuvieran ya, quedara el testimonio de lo que habían vivido conmigo.
Recuerda que a ellos también les dije que no podían saberlo todo de una vez, que cuando viniera sobre ellos el Espíritu de la Verdad mandado por mi Padre Dios, él se lo iría revelando todo poco a poco en la medida que lo fueran descubriendo y comprendiendo.
También sabes que ellos predicaban primero a donde yo los mandé, a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel, a los que tenían conocimiento, aunque fuera equivocado de quien era Dios. Los que vivían de las costumbres que de generación en generación habían aprendido y enseñado.
Sabes que Mateo fue el primero en escribir el Evangelio. Los demás se copiaron de él aunque si te das cuenta cada uno lo escribe a su manera, sin embargo Juan no lo copio, escribió un Evangelio distinto aunque fuera lo mismo, Juan había descubierto el vino nuevo. Lo mismo le pasó a Pablo, Pablo no conocía a los apóstoles ni había hablado con ellos, ni ellos le enseñaron el Evangelio, fue Dios por gracia quien se lo reveló.
¿Por qué te cuento esto ahora campanilla?
Porque te cuesta rezar con las oraciones aprendidas a lo largo de tú vida. Es la oración que reza toda la iglesia por costumbre, yo también la rezaba lo mismo, fue trasmitida por los salmistas que eran los que la vivían en distintos momentos de su vida, hablamos del manto viejo y de remiendos nuevos, sabes campanilla que un buen escribano saca de su arca lo nuevo y lo antiguo, el que ha probado el vino nuevo sabe que no se puede echar en odres viejos, porque se estropearía el vino y los odres, lo mismo que a un manto viejo no se le puede echar un remiendo nuevo, porque el roto se haría mayor.
¿Por qué te digo esto campanilla?
Porque te quiero explicar lo viejo y lo nuevo, yo rezaba con los salmos, hasta que fui llevado por el Espíritu al desierto a escuchar a mi Padre que me enseñó cosas nuevas.
¿No te ha pasado lo mismo a ti?
Intentas rezar con algunos salmos y no puedes, porque ya no te dicen lo que te decían antes, cada cosa tiene un tiempo, y tú has probado el vino nuevo y no lo puedes echar en odres viejos.
¿Cuáles son los odres viejos?
Son las costumbres campanilla que se hacen viejas.
Cuando te pones a rezar con el salmo "mi alma está sedienta de ti Dios mío, o mi carne tiene ansia de ti como tierra reseca agostada y sin agua," ¿en verdad lo puedes decir?
¿Tú alma no está saciada del Dios vivo?
Tú carne no está reseca, está llena de enjundia.
¿Por qué crees que siendo mayor y enferma te sientes joven?
Porque tú carne no está reseca está saciada.
Cuando te pones a rezar recordando otros tiempos en los que ibas hacia la casa de Dios entre el bullicio de la fiesta y entre cantos de júbilo.
¿Ahora echas de menos esos tiempos?
No los echas campanilla porque tú corazón siempre está de fiesta por vivir en la casa del Señor. Te digo estas cosas porque te voy revelando la verdad, porque el que prueba el vino nuevo se trasforma, cambia, deja las viejas costumbres y comienza a vivir lo nuevo, porque no puedes echar en odres nuevos el vino viejo.
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CARTAS DE DIOS
SpiritualCampanilla, ¿recuerdas cuando no comprendías lo que era sufrir por mi cuerpo? Ya sabes y comprendes que todo no lo puedes comprender de una vez, tiene que ser poco a poco como te lo puedo ir revelando. Sabes cómo fue escrito el Evangelio y por qué l...