P. 9.CARTA DE DIOS

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Campanilla, quiero aclararte a través de un acontecimiento que te ha pasado como son las cosas.

Estas delante de mi ofreciéndome tus cosas, y no te atreves a ofrecerme tú miseria, lo que tú quieres ofrecerme es tú amor, pero delante de tú amor está tú miseria como si fuera una sombra que no te deja que me ofrezcas tú amor.

¿Por qué es campanilla?

¿Cuál es la sombra que te lo impide?

Esa sombra que te lo impide yo te la quiero aclarar, porque tú la ves de una manera y yo la veo de otra.

Esa sombra que tú ves, la ves como una miseria ¿por qué la ves como una miseria?

Porque te impide ver la realidad.

Mira campanilla y te darás cuenta cual es esa miseria que te impide ver la realidad.

Esa miseria campanilla es el perdón que no quieres dar y no quieres olvidar.

¿Qué tienes que perdonar y olvidar y te impide ofrecerme tú amor y ves en ti como miseria?

Campanilla, ¿recuerdas que pasa en el proceso de los santos?

Cuando buscan en alguien la santidad porque se ha visto en su vida, los hombres, desconfiados y sin amor como siempre, buscan un abogado al que llaman del diablo, el diablo también tiene abogado, es más, además de abogado es fiscal y juez, eso poniéndonos en el caso de los hombres.

Es lo que hacen los hombres, aunque la causa sea de Dios.

Muchas veces campanilla, sé que piensas o dices y es verdad, yo te he visto hacerlo, y sé que piensas o quisieras que alguien te ofendiera grandemente para poder perdonarlo, para demostrar el amor que Dios ha puesto en tú corazón.

Pero te pasan acontecimientos pequeños, y esos te duelen más, no porque sean pequeños, porque es una pequeña espina encima de otras y se va formando una herida.

¿Sabes por qué campanilla?

Porque al creerte que no te la mereces, te cuesta olvidar más que perdonar, no la tienes que perdonar al creer que te la mereces, pero si tienes que olvidar.

¿Sabes quién te lo impide y te lo hace ver?

El diablo, que viene corriendo sin que lo llamen y se convierte en abogado y no deja que lo olvides, sino que siempre lo tengas presente para que te siga haciendo daño.

Como es natural y corriente te clavaron una espina, y en vez de callar, el abogado del diablo te hizo protestar, para que te dieras cuenta que eras una víctima y esclava de los demás, aunque tú con buen juicio y con la verdad reconocías que eso es lo que siempre habías querido ser, esclava por amor, el abogado insistía más y más, haciéndote ver que no era justa la protesta que te hacían cuando tú creías hacerlo bien, y como veo que sigues haciéndole caso al abogado al fiscal y al juez, que son tres en uno siempre dispuestos a condenar hacer daño y separar a unos de otros, por eso te lo quiero aclarar campanilla.

Los hombres entendidos y como hombres equivocados como siempre, unos no creen en el mal, y otros creen que alguien que está poseído por él es alguien que hecha espuma por la boca y hace cosas raras, ¿y qué cosa hay más rara que hacer daño a los demás a los que está llamado a amar?

Todos los hombres tienen un abogado del diablo, ya lo sabes, hasta en la causa de los santos lo buscan como acusador y fiscal para ver si es verdad lo que con su vida y sus acciones demostraba su santidad.

Y Dios campanilla también tiene un abogado para los hombres, es un abogado defensor y amante de la verdad, el abogado de la verdad, es su Espíritu Santo que manda desde el cielo para demostrar la verdad, y tú verdad campanilla esta mañana es que no quieres perdonar, pero perdonarte a ti, porque crees que lo has hecho mal, y no lo has hecho mal campanilla, es que te han herido, y al hacerte daño te has quejado, y aunque lo has hecho a viva voz lo has hecho para ti sola sin molestar a nadie, has protestado culpándote a ti, que es lo busca el abogado del diablo, y no te quieres perdonar y no quieres olvidar, y por eso solo ves tú miseria, y no ves el amor que tú me quieres ofrecer porque no te crees digna de hacerlo.

Y eso es lo que siempre busca el mal, hacer daño, que te sientas mal, que no te perdones a ti misma para seguir haciéndote daño.

Escucha campanilla y comprende, tú quisieras que alguien te ofendiera para poder perdonarlo pero que no fuera de los tuyos, ese perdón te resulta más fácil.

¿Por qué?

Porque si te ofenden es porque no te conocen, no saben cómo eres.

Y eso campanilla me pasa a mí, le pasa a Dios, los hombres lo ofenden grandemente y los perdona y los disculpa porque no lo conocen, no saben lo que hacen, al no tener más que un abogado y un fiscal acusador, el del diablo, y no tienen al no conocerlo un abogado defensor que les enseñe la verdad, y sin la verdad ¿qué pueden saber?

¿Qué pueden hacer?

Nada campanilla, por eso Dios los disculpa y los persona, a Dios le duelen más las espinas de los que se dicen sus amigos sus hermanos y su madre, que son los que escuchan su palabra y están todo el día con su nombre en los labios y dicen amarlo, y después, por una tontería sin importancia, olvidan el amor y le clavan las espinas a través de esos hermanos amigos y madres que dicen ser, porque se supone que ellos si me conocen y saben que yo siempre lo hago todo con amor y por hacerles el bien.

Yo como tú campanilla trabajo para que ellos descansen, y no se dan cuenta que el amor en ti siempre los está cuidando, haciéndoles el bien.

Y eso es lo que no comprendías mi querida campanilla, por eso yo te lo quería aclarar, para que no hagas caso del abogado del diablo cuando venga a engañarte con mentiras y heridas sin importancia que duelen.

¿Qué duelen?

Sí, pero tú las espinas las puedes convertir en amor quitándoles el dolor y convirtiéndolas en flor, viendo que son más los actos de amor que tienen contigo que las espinas que te hieren, y con el perdón que lleva siempre el amor puedes convertir en flores de las que gustan a Dios como son las campanillas, que no se nota su olor, y que no tienen espinas para herir a los demás porque solo dan amor, ese es su olor, el amor, no lo olvides campanilla.

 Sí, pero tú las espinas las puedes convertir en amor quitándoles el dolor y convirtiéndolas en flor, viendo que son más los actos de amor que tienen contigo que las espinas que te hieren, y con el perdón que lleva siempre el amor puedes convertir...

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