P. 4.UNAS PEQUEÑAS ESPINAS

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Querida campanilla, ¿te gustan todos los pintores famosos?

¿Y los escritores famosos?

¿Y los predicadores famosos?

¿Y todos los que son admirados por los hombres sean del oficio que sean y de la condición que sean?

Cómo yo te conozco sé que no es así.

Sé que muchos tienen mucha fama en muchas cosas y a ti no te gustan.

Así es el gusto particular de cada uno.

Sé también que hay gente sencilla que son admirados en todo, principalmente por su familia y sus amigos que también son sencillos.

Sé que es por tantas gracias como he derramado en ti, y por esas mismas gracias que crees inmerecidas, te sientes como esa nada que muchos te echan en cara, al ver que no haces las cosas como a ellos les agrada.

No sientas ningún dolor mí querida campanilla, porque yo te doy el valor con las gracias recibidas con las que te doy mi amor.

El valor que te doy yo, y ellos no pueden ver porque te ven inferior.

Y esa es tú pequeña cruz mi querida campanilla, es la cruz más pequeñita con la que podías soñar, por querer seguirme a mí según me dices a mí que soy tú amado Señor.

Sabes mi querida campanilla, que las cruces grandes las he llevado contigo para que no sintieras dolor y pudieras sopórtalo, y en ello vieras mi amor, dando alegría y consuelo al ser grande tú dolor.

Esa cruz tan pequeñita que tanto te duele a ti es para seguirme a mí, que sin cruz mi campanilla no me podrías seguir. Es tú cruz de cada día para poderme seguir.

¿Qué te duele?

Ya lo sé.

No olvides que yo soy tú y a mí me duele también, no por mí, lo sabes bien, ni por ti mi campanilla, es por quien no sabe amar que le tendría que doler si supera amar también.

Es tan pequeña tú cruz que te debía de alegrar, pero como eres sensible a ti te da por llorar. Tú no lloras de dolor tampoco guardas rencor a quien te clava la espina, pues tan solo es una espina lo que te causa dolor.

Yo para ser como tú soy un mal escritor que siempre dice lo mismo y lo encuentran repetido al hablar siempre de amor.

En todo mi campanilla me he puesto en tú lugar y hago las mismas cosas que a ti te suelen gustar, aunque no nos salgan bien y no le gusten a todos, es lo más natural que siempre suele pasar.

Por eso mi campanilla te tenías que alegrar, porque siempre estoy contigo ocupando tú lugar porque vivimos unidos.

Porque el amor que tú sientes nace de mi corazón y por eso campanilla es tan sensible tú amor, al estar unido al mío siendo más grande mi amor.

Por eso mi campanilla te tenías que alegrar cuando te claven espinas, espinas tan pequeñitas que hieren tú corazón por estar lleno de amor, como me hicieron a mí, y mi dolor fue mayor.

Alégrate campanilla y da siempre gloria a Dios que derrama en ti su gracia para que se vea su amor, en las gracias que derrama dentro de tú corazón.

 Y eso lo espero yo de los que saben amar y aceptan esas espinas que parecen natural, pero que hacen heridas al amor que siempre da y todos ven natural. 

 

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CARTAS DE DIOSWhere stories live. Discover now