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HACE 5 AÑOS.

"Mira Cotzumi" leí mi nombre en un cartel de "se busca". Con furia agarré mi daga y rompí el papel, estaba escondida en un callejón de los marinos.

Llevaba una semana desde que escapé del orfanato, estos días fueron suficientes para que la maldita de Ursula hiciera un maldito espectáculo con mi supuesta "desaparición"

Me escondí detrás de unas bolsas de basura al escuchar a los marinos acercarse, me quedé en ese escondite hasta que oscureció, dada la noche podía vagar por las calles tranquilamente.

Corrí al oír voces y con agilidad logré subirme al techo de una de las casas de esa pequeña y angosta calle. Corrí y salté por los tejados con cuidado de que nadie me viera o escuchara, esta era la única manera en la que podía estar al aire libre sin ser perseguida.

Amaba la noche, el viento que acariciaba mi rostro y la luna que iluminaba mi camino.

Estaba consciente de mi realidad, era una niña abandonada por el mundo y que tendría que sobrevivir por su cuenta, claro que esto último muy decisión mía no era.

Me senté en un tejado mirando el cielo estrellado, bajé mi mirada a mis brazos descubiertos mostrando algunas cicatrices en estos, algunas hechas por mi y algunas hechas por los demás.

Apenas recordaba las razones exactas por las cuales tenía mis cicatrices, los recuerdos eran borrosos si esque no eran nulos, supongo que mi mente me hizo un favor al bloquear esos momentos y dejarme seguir adelante.

Miré con atención mi herida más reciente, no los quiero aburrir con mi.triste historia pero creo que mencionarlo puede ser bastante útil para mas adelante.

Nunca conocí a mis padres, me dijeron que llegué con tres semanas de vida al orfanato. Aveces despertaba con cortes o heridas ocasionadas por otros niños del orfanato, siempre fueron muy territoriales y egoístas. Siempre peleaban por la comida y como yo no tenía intenciones de pelear siempre me quedaba con las sobras.

Así que tuve que aprender a defenderme, nadie me enseñó. Por suerte aprendo rápido y pronto encontré las armas que me facilitarian todo. Mis cuchillos y si puede ser raro pero la verdad no me importa.

Siempre tuve buena puntería y solo tuve que trabajar un poco más en mi fuerza.

Por andar en mis pensamientos no noté lo inestable del techo y este, en un segundo, había atravesado el techo cayendo sobre lo que parecía era una mesa. Me removí en el suelo con dolor.

— AHHHHH!! — el chillido de un niño que parecía de mi edad casi me rompe los tímpanos. Asustada salí corriendo por la puerta sintiendo la adrenalina recorrer mi cuerpo.

Cegada por la adrenalina corrí a un barco que estaba embarcando, me escondí detrás de unos barriles, sin poder evitarlo me quedé dormida.

— pss — me removí incomoda al notar que alguien intentaba despertarme — oye niña, tienes que irte antes de que Zeff te encuentre — miré al niño rubio frente a mi que tenía una mirada entre preocupada y divertida.

— quien es Zeff? — pregunté y bueno fue justo a tiempo por un hombre rubio gigante con delantal y ceño fruncido.

— Que haces aquí mocosa? — preguntó apuntándole con un gran cuchillo.

SOCIAL PATH [roronoa zoro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora