Ryouta avanzó cautelosamente a través del gran terreno que era el jardín de la casa que sería su objetivo, siguiendo las indicaciones precisas que le habían dado sobre la ubicación de la pintura "El coracero en el bosque". El corazón le latía con fuerza, mezcla de emoción y miedo a ser descubierto.
Finalmente, llegó a la puerta trasera de la casa lujosa de Shōgo Haizaki. Con manos temblorosas, manipuló la cerradura y logró acceder sin despertar sospechas. Entró silenciosamente, con cada paso calculado, evitando hacer ruido en el suelo de mármol.
La luz de la luna se filtraba por las ventanas adornadas de cortinas elegantes, iluminando el salón donde la valiosa pintura estaba expuesta. Ryouta caminó hacia ella, cautivado por su belleza y sabiendo que valía una fortuna en el mercado negro.
Sin embargo, justo cuando Ryouta estaba a punto de alcanzar la pintura, escuchó un ruido detrás de él. Se giró rápidamente y vio a Shōgo Haizaki parado frente a él, con una sonrisa siniestra en su rostro.
"¿Pensaste que podrías robarme sin que me enterara, Ryouta?", dijo Haizaki burlonamente. "Ya sabía de tus intenciones desde el principio. Has caído en mi trampa".
El corazón de Ryouta se hundió mientras Haizaki se acercaba lentamente. La desesperación se apoderó de él, mientras pensaba en Aominecchi, a quien nunca volvería a ver. Lamentó no haberle dicho lo mucho que lo amaba y se arrepintió de haberse involucrado en este peligroso robo.
Haizaki agarró a Ryouta violentamente y comenzó a golpearlo sin piedad en un rincón oscuro de la sala. Ryouta gritaba de dolor y suplicaba por piedad, pero Haizaki parecía disfrutar cada golpe que le propinaba.
Después de dejar a Ryouta inconsciente, Haizaki lo arrastró hasta el sótano de la mansión y lo encerró en una celda oscura. Ryouta se despertó horas después, con el cuerpo adolorido y la mente llenas de pensamientos de arrepentimiento y tristeza.
Mientras tanto, Haizaki contemplaba la pintura "El coracero en el bosque" que había protegido tan celosamente. A medida que pasaban las horas, comenzó a percibir la verdadera belleza de la obra de arte y se obsesionó con ella. Un nuevo deseo nacía en su interior: poseer a Ryouta como su compañero, como una obra de arte personal.
Ryouta, atrapado en la oscuridad del sótano, solo podía pensar en Aominecchi y en el amor que nunca pudo expresarle. Lamentó profundamente no haberle dicho la verdad antes de verse envuelto en esta situación desesperada. Sabía que sus caminos nunca se cruzarían de nuevo y eso lo llenaba de dolor y tristeza.
Mientras tanto, en la mente retorcida de Haizaki, su obsesión por Ryouta crecía cada vez más. Planeaba hacer de él su posesión más preciada, sin importarle el daño que eso pudiera causar.
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El bandido de la máscara de plata
Fanfic*******Contenido sexual no apto para menores******* Este es mi primer fanfic espero los disfruten y que me apoyen con los demás que vienen :)Esta historia esta basada en un amor unilateral(?) y prohibido(?) creo que es necesario que lo lean para s...