Capítulo 1: Un espejo nuevo

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De prisa y a todo tren me abro camino en medio del bullicio citadino. Un objetivo claro y poco tiempo para cumplir la meta, esas palabras resumían a la perfección mi situación actual.

La finalidad, lejos de armonizar con los estereotipos asociados a cualquier joven en una sociedad netamente consumista, dígase, la compra de accesorios, perfume, cosméticos, ropa o calzado  solo se resumen a comprar un espejo nuevo. Casi llegando a mi destino, dirijo la mirada en dirección a un pequeño local que parece tener lo que busco, descuido la marcha por unos segundos  y termino tropezándome con alguien inesperado, alguien que desearía no haber conocido o mejor dicho reconocido.

- Alisha ¿eres tú?

-¿Disculpe?- las palabras se deslizan solas de mi boca  llenas de extrañeza y curiosidad ¿Quien diantres es este tipo?

-¿Estudiaste en la Universidad Autónoma, especialización: humanidades y te graduaste como una de las mejores en el año 2020? ¿Me equivoco?- tantea de una manera que me resulta escalofriante.

Es idea mía o acaba de recitar toda esa palabrería barata con una sonrisa triunfal como si fuera algo sumamente importante.

-Si –afirmo, a fin de cuentas ya lo sabe ¿de qué sirve negarlo?- ¿Quién eres?- pregunto dejando salir solo una de las tantas cosas que pasan por mi cabeza en estos momentos.

-Soy Alejandro- responde manteniendo esa peculiar sonrisa que  a mí particularmente me resulta bastante incómoda - el representante de la graduación Nº 62, hicimos juntos una colaboración para el proyecto, que luego fue tu tesis.

-¡A sí! Alejandro ¿Cómo estás?-no tengo ni la más remota idea  de quien sera este  individuo pero mi sexto sentido advierte que cuanto antes termine con esta conversación mejor.

-Casi no te reconozco, solías ser muy bonita ¡Cómo has engordado! claro eso no significa que ahora no lo seas,  es decir fisícamente aun eres bastante agradable, ¿Me comprendes verdad?- dice al tiempo que me guiña el ojo y la verdad ya no sé ni que decir - en fin, un placer verte.

-Lo mismo digo-correspondo casi por inercia.

Lo mas interesante en todo esto es que al principio me recordaba por ser inteligente, haber contribuido al proyecto e incluso la tesis, al fin y al cabo éramos rivales y eso de la colaboración fue solo para una tarea grupal, ¡Recordó hasta la estupida tarea!pero luego todo quedó eclipsado por mi aspecto físico, este mundo tan desagradable y superficial- reflexiono de camino a la cristalería.

Entre más lo pienso, más me enojo, ¡Que conversación tan molesta!, no es que él fuera muy delgado y apuesto, de cómo era a lo que es, pues es como de la noche al día, entonces ¿porque apuñalarme de esa forma? La culpa es mía por hacer un derroche de tacto y decencia con alguien que no merece la más mínima gota de educación.

-Señorita- interrumpe una empleada al verme pasear de aquí para allá sin haberme convencido- ¿Desea algo en particular?

-Disculpa estaba distraída, este espejo ¿Cuánto cuesta?

-200$ en caso de que esté buscando algo específico o tal vez si me dijera en qué tipo de habitación lo colocará, podría encontrar un modelo que se adapte mejor a lo que está buscando

- Es para mi dormitorio, me gustaría que fuera de pared, pequeño o mediano, los modelos grandes no me gustan- aun no tengo el placer de conocer a una sola persona, que disfrute del martirio de recordar a las víctimas que deja a su paso el aumento nocturno, es un reporte diario, o más bien, si tuviera que describirlo, sería algo así como una bitácora de guerra sobre la invasión de calorías y grasas al organismo.

Y ¡Si al menos fuera uno solo!, pero al espejo lo secundan la ropa, luego viene la familia, los amigos y por ultimo satélites (o individuos ajenos a tu vida) que aparecen de vez en cuando, como el de hoy por ejemplo, (estos tres últimos son los peores, porque tiene la capacidad de hablar y emitir criterios sin ningún tipo de filtro o consideración) Ahh!!!! ¿En qué momento empezó a retorcerse mi vida de esta forma?- me reclamo en un suspiro, ganándome alguna que otra mirada de lastima por parte de los presentes, de seguro están buscando el tornillo que me falta.

-Señorita- dice la empleada mientras sostiene un espejo mediano, enmarcado en latón, recién sacado del almacén - ¿Qué le parece? Es bastante práctico y además muchos de nuestros clientes lo prefieren, de hecho nos habíamos quedado sin existencias.

-Me gusta, ¿Cuánto cuesta?

-680.99 $ pero si lo paga a plazo por cada período se le realizara un descuento de...

-Olvídalo, pagare todo de un solo plazo- sus ojos se iluminan y desconozco las razones, al parecer recibirá recompensa por venderme el espejo pero la verdad poco me importa. Con sumo cuidado lo envuelve, cobra la suma y me lo entrega con una sonrisa deseándome una buena tarde.

Hubiera querido hacer pública mí visita a este lugar más que cualquier otra cosa, ¿Será que la gente piensa que las gordas no tenemos espejos y sienten la necesidad de decirnos cuanto hemos aumentado de peso? No es como si llevaran la cuenta ¿Verdad? ¿O sí?

AlishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora