San Valentín: Not Another Song About Love.

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Quiero hacer un breve parentesis, nota, aviso, ficha de info, como quieran llamarle en que aquí NO romantizamos los comportamientos que Minho tuvo para atraer la atención de Jisung durante el fanfic, vale. Nada jsutifica que una persona te trate tan mal. SIN EMBARGO, esto es un fanfic y se requiere para la trama. REPITO, yo YO en mi vida diaria, en mi entorno, NO ROMANTIZO nada de lo que escribí así que pido separar la realidad de la ficción, ESTO ES SIMPLE FICCIÓN PARA NUESTRO ENTRETENIMIENTO

Ya, es todo, les tqm <3

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Si tomábamos en cuenta las decisiones que Jisung llevaba tomando desde lo que parece el principio del año escolar, debería haber proclamado su amor eterno a Severus Snape en el cuadro que se encontraba en la oficina de la directora, incluso haberle preguntado a McGonagall si querría ir al baile de Halloween, y otro puñado de ridículas ideas que se atravesaron en su cabeza antes de proclamar que las haría antes de que se cumpliera lo que sus amigos decretaban, sintiéndolas tan ridículas como lo que ellos decían.

Ahora bien, Jisung estaba negado a ponerse los guantes de boxeo y plantarse frente al Sauce Boxeador antes de volver a tragarse sus palabras, y quizá era el motivo por el que seguía encerrado en su habitación con las cortinas corridas y un viejo pergamino que mostraba cada rincón del castillo mientras, a su lado, una capa de invisibilidad se mantenía hecha un revoltijo.

Veía el nombre de Lee Minho de pie en las puertas del gran comedor, estudiantes pasaban a su lado, manchas de tinta en el mapa mientras Minho parecía ir y venir por el pasillo, pero Jisung no salió de su habitación, tan sólo colocó el mapa sobre la capa invisible y, abrazando sus rodillas, recargó la mejilla en ellas, lágrimas de frustración deslizándose por sus ojos mientras el fuego del rencor hormigueaba en su estómago hasta desaparecer su apetito.

Aún sentía sus labios cosquillear ante la presión de su boca, el sabor a menta ardiente en la lengua mientras el calor de sus manos al sujetarlo le hacía estremecer. Sin embargo, también recordaba los hechizos punzo-cortantes que fueron lanzados desde el otro lado del pasillo, las agujetas anudadas que le hicieron caer de bruces infinidad de veces, las risas a sus espaldas cuando eso sucedía.

A todo eso sólo se le sumaba la incredulidad de que el filtro de amor más poderoso del mundo olía como él para Jisung, recordando ese dulce niño que aceptó sus mentas a cambio de sus chocolates para que no tuviera que comerlas y Jisung se cuestionaba qué tan patético tenía que ser como para que nunca sintiera atracción por nadie más.

Se pasó de manera brusca la manga de su sudadera por el reguero de lágrimas en sus mejillas, ¿no había llorado mucho por culpa de aquel chico ya? El perfecto Lee Minho, con su maldito cabello dorado cual snitch y su sonrisa de dientes brillantes; el mejor promedio de todo el colegio, el mago del futuro más prometedor. El mismo Minho que se burlaba de Felix y molestaba a Changbin por su condición licántropa; el mismo Minho que siempre le decía cosas sólo porque Jisung se negó a agachar la cabeza y ceder a su abuso de poder.

No se supone que quiera besarlo, que quiera volver a sentir sus brazos alrededor mientras el pecho del mayor vibra bajo su toque como el ronroneo de un gato. Odia las mentas y ese estúpido cabello rubio que le hace confundirlo con la snitch en el campo de quidditch.

Suspiró sonoramente y se dejó caer sobre su almohada, tomando la otra de repuesto y poniéndosela en el rostro para gritar a todo pulmón contra ella. Cuando respirar se volvió difícil, arrojó la almohada a un lado y volvió a tomar el mapa, alzándolo en el aire y viendo aún las pequeñas manchas que era Minho en el pergamino caminando frente a la puerta del comedor. A veces se alejaba lo suficiente como para ir en dirección a la torre Ravenclaw, pero después regresaba a la entrada y duraba unos largos segundos ahí antes de volver a intentarlo.

Travesura Realizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora