𝟏𝟗𝟔𝟖
—Soojin... Soojin, ¡Soojin! —La mencionada dió un pequeño salto del susto en su asiento derramando un poco del agua que estaba tomando encima de la tela de la falda de su vestido.
—Chanwoo quédate ahí, no te preocupes.— Dijo la madre de Soojin con una sonrisa tensa sobre su expresión cuando vió que el chico tenía intenciones de levantarse.
Chanwoo se quedó callado en su lugar, Soojin subió las escaleras y en su cuarto comenzó a cambiarse, realmente odiaba utilizar esos vestidos incómodos, ni siquiera eran de su talla, eran muy pequeños, toda su ropa la elegía su madre.
Por un momento se mareó y se deslizó por la pared hasta quedar sentada en el piso abrazando sus piernas.
Escuchó pasos por las escaleras, cada vez más cercanos, entonces se levantó del suelo y limpió sus lágrimas con sus muñecas para no dejar rastro de sus emociones.
—Soo... lo siento —La voz de su amigo de la infancia y prometido Chanwoo se coló a través de la puerta cerrada, dejando a Soojin respirar y cerrar sus ojos al saber qué no era su madre.
—No te preocupes Chan, no hay porqué disculparse.
—Aún así quería saber si estabas bien, amor.
La palabra dejo una sensación de amargura en la boca de Soojin, quién aún así respondió con palabras qué solo harían qué esa sensación empeorara.
—No te preocupes amor, estoy bien. —Escuchó los pasos ahora alejándose, dejando su espalda semi desnuda chocando contra la pared en alivio y sus pulmones llenarse.
Respiró una, dos, tres veces y volvió a vestirse, decidió qué ya no bajaría de nuevo aunque eso le costara algunos gritos, no sabía porque se sentía así últimamente, conocía bien a Chanwoo y se sentía bien a su alrededor, habían empezado su noviazgo con un trato del padre de Chanwoo y la madre de Soojin, se casaría con él y tendrían una familia de al menos un varón para qué hubiera quién heredara la empresa de los Choi después de Chanwoo, eso pasó hace tres años, a los seis meses se comprometieron y no pudo ser más feliz
Y más qué sentirlo, lo sabía.
Podía simplemente obligarse a sentir algo por Chanwoo ¿No?... Es decir, él era un muy buen tipo, era guapo, tenía dinero, la amaba, su relación era ridículamente aceptada por su familia, eso es lo que debería importarle.¿No?
Chanwoo era maravilloso, ¿Porque no podía simplemente enamorarse de él? ¿Porque su estúpido corazón no podía amar a alguien tan bueno? Tan atento, tan bueno, tan perfecto ¿Por qué?
Tal vez sólo estaba confundida, debía darse un tiempo para pensar y pasar más tiempo con Chanwoo para conocerlo mejor y el viaje a París qué haría el próximo mes con su escuela sería la oportunidad perfecta.
La oportunidad de conocer al amor de su vida.

—¿Piensas salir así? ¿Los vestidos qué te compré?— La madre de Soojin recitaba posiblemente la décima quinta vez cansando los oídos de su hija.
—Tranquila mamá, esto sólo es para usar en el vuelo, cuando esté allá usaré todavía los vestidos qué me compraste.— Soojin le dió una sonrisa forzada a su madre.
—Más te vale, esos pantalones flojos se ven horribles y puedo decir lo mismo de tí ahora mismo— dijo pasando sus ojos de arriba a abajo por el cuerpo de su hija quién vestía unos pantalones beige algo flojos, y un corset negro sobre una camisa blanca con mangas flojas, antes de hacer una mueca y cerrar la puerta de la habitación de Soojin.