Segundo Acto

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I don't understand why everything I adore

Takes a different form when I squint my eyes

Have you ever done that, when you squint your eyes

And your eyelashes make it look a little not right

And when just enough light comes from just the right side

And you find that you're not who you're supposed to be?

Forest - Twenty One Pilots

Era un poco contradictoria la manera en la que su mente podía llegar a jugarle en contra. Repitiendo constantemente la misma escena cómo si no existiese nada más.

El sonido de aquel tren pasando con rapidez, robándole ese único instante de vacilación aún le retumbaba en los oidos.

Curiosamente, a pesar de estar pensando sobre ello de manera un poco obsesiva casi a diario, varios detalles se iban desdibujando de su memoria conforme pasaba el tiempo. Ya no podía recordar con exactitud el día que sucedió. Solo tenía una vaga noción del frío que hacía en aquel momento. Aunque todo ello carecía de importancia ahora.

Aún así, era capaz de rememorar con una precisión casi absurda la forma en la que se sintió al escuchar lo último que él le dijo. En cómo su pecho ardió ferozmente cuándo el traqueteo del tren que pasaba le interrumpió cuando quiso decir su nombre. En la falta de aire repentina y la sensación de mareo al darse cuenta de lo que estuvo a punto de hacer.

Terminó por esfumarse del lugar en un instante para no pensar en cometer un error así de nuevo.

Ya había pasado poco más de un año desde aquello. Oda Sakunosuke ya no tenía la menor posibilidad de acercarse a la Mafia. Dazai se había encargado personalmente de que así fuera.

Ahora, mientras observaba sin aparente interés el paisaje a través de las ventanas panorámicas, se dió cuenta de que nunca había tenido la oportunidad de admirar la vista. Tal vez porque todas las veces que estuvo en aquella oficina solo podía estar alerta de cualquier movimiento que hiciera su jefe, por lo que nunca había podido estar allí sin la constante sensación de peligro acechándole.

Normalmente el lugar estaría iluminado con luz artificial, ya que las ventanas se mantenían cerradas para resguardar a quien estuviera allí de la posibilidad de algún ataque sorpresa. A pesar de que el vidrio estaba diseñado para soportar balas de distintos calibres, las ventanas siempre estaban bajo la protección de pesadas laminas de acero balístico. Pero mantenerlas de esa forma también impedía que pasara la luz natural. Y él realmente detestaba la manera en la que esa oficina lucía bajo la tenue y enfermiza luz de las bombillas, no quería sentirse más atrapado de lo que en realidad estaba.

Así que esa mañana, en cuanto puso un pie en la oficina, decidió que por lo menos quería disfrutar del paisaje.

Dazai echó un vistazo a su alrededor. Durante los últimos días había hecho lo posible por evitar entrar allí, bajo pobre la excusa de tener otras cosas que hacer. En realidad estuvo vagando por el puerto, intentando figurar el hecho de que su plan realmente estaba funcionando.

De cierta forma no creía poder llegar a acostumbrarse a estar día y noche sentado en el mismo sitio, revisando papeles y dándole órdenes a los ejecutivos, quienes hasta hace poco eran sus iguales en cuanto a nivel jerárquico. Era ciertamente un gran cambio, aún más después de estar cerca de dos años en medio de distintas misiones, sin haberse preocupado ni por un segundo por el papeleo.

La antigua oficina de Mori, (su mente aún no procesaba la idea de que debía empezar a llamarla suya), ahora lucía un poco descuidada, eso a pesar de que no habían pasado más de un par de días desde la última vez que alguien estuvo allí.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2023 ⏰

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