Ya no hay sueños

0 0 0
                                    

Me quedo tumbado en la cama, como cada noche, como cada mañana, sin saber que me depara el futuro.
En parte me hayo tranquilo, pero por otra parte tengo la inquietud de que algo no va bien, que mi vida se acorta a cada minuto que pasa, como si pagará un año de mi vida por cada día que traspasa.
Médicos y demás no saben que me sucede, pero mi cuerpo cada día está peor, anemias, niveles bajos de casi todo, hasta el colesterol malo y bueno van a la par de bajos. Me pregunto si algún día llegaré a saber si es mi muerte la que aguarda, si en algún momento jamás me despertaré. Sé que 3 personas en mi vida se pondrán tristes, a eso sin añadirle familiares. Siendo sinceros, pocos amigos tengo que me hablen y menos aún que me contesten cuando yo hablo. Se que puedo ser cargante, a veces incluso pesimista, así que no les guardo rencor alguno.
Esta es una carta para quien quiera saber lo que siento al fin y al cabo, pierdo la cabeza con cada párrafo escrito en este lugar. A veces imagino que no existo, otras que puedo llegar a ser algo más de lo que soy, pero la vida me humilla, me escupe y ahorca con su cuerda del destino. Cortame la cabeza, déjame decapitado, la vida es una pena,  dulce cuando estás acompañado y amarga cuando estás solo.
No quiero dejar a nadie a tras, los quiero muchísimo a todos aquellos que conmigo se quedaron y hasta los que me dejaron. No se cómo pero el cariño sale solo de mi.
Ojala morir, no por egoísmo, sino por dejar en paz a aquellos que se preocupan por mí, no quiero verles sufrir por mí sufrimiento, ni verles tristes por mís pensamientos. Quiero que vivan sus vidas, sean felices y me recuerden de vez en cuando con una sonrisa.

Diario de un locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora