Capitulo 3

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Gracias por cuidar de mí - Caperucita
No hay que pero creo que debes irte tu mamá debe estar preocupada- lobo
Que tal si...mejor nos divertimos - Caperucita

La mano de Caperucita acaricia el pectoral y va bajando hasta llegar el pene, al sentir que está duro ella se sorprende, acuesta al lobo, ella ensaliba su mano y toca el pene para luego meterlo en su vagina.
El lobo agarra las caderas de la chica mientras ella brinca, él ve como los pechos suben y bajan cada vez que el pene sale y entra en ella. No pudo  resistirse el lobo acercó su boca al pecho paso su lengua arriba, abajo, de un lado a otro en el pezón.

Caperucita gimia más fuerte, dejo de moverse ahora el lobo agarro las caderas y empezó a moverse, caperucita se acostó, coloco sus tobillos en los hombros del lobo, mientras ella mira el pectoral musculoso y velludo le da tanto morbo hacerlo con el lobo pero le excita más ver el rostro ya que tiene unos rasgos masculinos muy marcados, ojos profundos y una barba negra que cubre la mitad de su rostro.

Más duro lobito- Caperucita
Apenas estoy calentando - lobo

Ahora el lobo voltea a Caperucita y ella queda en cuatro, él se pone encima de ella y abraza su cintura para meterlo más, no solo rebotan los pechos igual las nalgas de cada embistada, el lobo suelta a la chica pero aún sigue embistiendola  está vez se puso derecho y su mano agarro la nuca para jalar el cabello de la chica.

Cada vez las penetraciones eran duras y profundas. El jalo la cadera para dejar todo el semen en ella y no salga ninguna gota, Caperucita se acostó y quedó dormida por tanto placer, después se levantó y se fue a su casa, el lobo la acompaño en el camino para cuidar de ella.

Días después Caperucita va a casa de su abuela para recoger algunas cosas ya que la abuela dejo herencia pero nunca fueron a buscarlo por miedo al lobo.

La caperucita roja y el lobo feroz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora