Capítulo 6.

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(Esta historia es solo una adaptación la
autora es @AllysonDeVil)

Becky llegó a su casa bastante adolorida
Conducir un auto definitivamente no es
buena idea cuándo has recibido tantos
golpes en el abdomen, los brazos, la
espalda, las piernas, la cara..En fin: Todo el cuerpo.

Cada minúscula parte de su anatomía le
dolía como mil infiernos. Cada vez que
intentaba mover un solo musculo un
sentimiento de quemazón la invadía y
le hacía soltar gritos de dolor, seguido
de unas cuántas lágrimas y un montón
de insultos hacía sí misma dentro de su
cabeza.

Subió a su habitación, gritando con cada paso que daba y llorando, no a causa del dolor, sino del odio que sentía hacía sí misma.

Un baño de agua fria fue lo primero
que necesito para relajar su cuerpo
adolorido.

Cuando supo que ya era suficiente, que la sangre se le había despegado del cuerpo y se sentía solo un poco mejor, salió de allí y comenzó a mirarse en el espejo.

Se espantó al ver su reflejo Definitivamente, jamás había estado
peor.

Una lágrima amenazó con salirse de
sus ojos mientras escuchaba a su mente
decirle <Estúpida, lesbiana. Esto es lo que te mereces>

Se estremeció.

La voz de su mente sonaba exactamente como la voz de Billy.

Lentamente, comenzó a detallarse.

Su labio estaba roto.

Flashback.

En cuánto Becky se volteó a mirar a Billy y Non, su corazón se paralizo al igual que su cuerpo. No había nada que hacer. No tenía donde huir.

-¡No te quedes allí sentada!.-le ordenó
Billy mientras le sujetaba el cabello
y la lanzaba contra el suelo, haciéndola
gemir de dolor.

Jamás olvidaras este día, Becky Armstrong, lo prometo.

Billy volvió a sujetarla del cabello y la
levantó. Ella se mordía el labio, intentando reprimir sus gritos de dolor. Tenía que ser fuerte. Tenía que resistir.

-¡Suéltala, estúpido!

-No, preciosa, él no la perderá de nuevo

Y así fue como Non comenzó a golpear a Noey, no sin que esta se defendiera lo
suficientemente bien como para que este
recibiera unos cuántos golpes de vez en
cuando.

Irin intentó ayudar, pero un solo
puñetazo de Non la hizo caer al suelo,
inconsciente.

Billy, sonriendo como siempre, obligó
a Becky a arrodillarse frente a él y gritó
a delante de toda la cafetería:

-¡Señoras y señores, con ustedes: Becky Armstrong!

Todos los de la cafetería rieron y gritaron en ese mismo instante, mientras las mejillas de Becky se llenaban de lágrimas silenciosas y su cabeza de insultos.

No todos en la cafetería eran malos.
En realidad, muchos no aprobaban la
conducta de Billy y Non, pero tenian
miedo de enfrentárseles, pues sabían cómo terminaría todo.

-Puedes golpearme todo lo que quieras,
Billy. Pero eso no te hará más
hombre.--susurró. Si él iba a herirla, ella lo golpearía donde más le dola: su ego.

Fue entonces cuando el puño de Billy
aterrizó sobre su rostro, haciéndola
probar su propia sangre.

Fin del flashback.

La chica de la ventana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora